Los estados mexicanos que serían más afectados por una deportación masiva
Trump ha prometido deportar hasta 1 millón de migrantes por año, alrededor de 2,777 personas diarias, lo que provocaría un efecto devastador en la economía mexicana.
En Estados Unidos viven alrededor de 4 millones de mexicanos indocumentados, según cifras de BBVA México proporcionadas por su economista en jefe, Carlos Serrano Herrera. Desde luego, todos ellos estarían en riesgo de ser deportados los próximos meses si el presidente electo Trump cumple con su promesa de campaña e inicia las deportaciones masivas prometidas a sus electores, tan pronto inicie su mandato el próximo 20 de enero.
Las deportaciones son, de hecho, una constante entre México y Estados Unidos, aunque nunca se han registrado en la magnitud en la que promete Trump. El año pasado fueron deportados alrededor de 260,000 mexicanos, lo que representa un promedio de 722 migrantes deportados diariamente.
Sin embargo, el próximo presidente ha prometido deportar hasta 1 millón de indocumentados en un año, eso arroja un promedio de 2,777 migrantes deportados diariamente, lo que provocaría un problema mayúsculo de este lado de la frontera, incluso en el entendido de que los deportados solamente fueran mexicanos, tal como lo pretende el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Entre los muchos daños provocados por los efectos de una deportación masiva, estarían además de los costos inmediatos que deberá asumir el estado mexicano en alimentación, transporte y hospedaje de los deportados (así sea temporal), el de los recursos que mandan los indocumentados a sus lugares de origen y que, en muchos casos, se constituyen como esenciales para la manutención familiar y hasta de la comunidad entera.
Las entidades más afectadas
El año pasado, los tres estados que más remesas recibieron fueron: Guanajuato, con 5,414 millones de dólares (mdd); Michoacán, con 5,409 mdd y Jalisco, con 5,355 mdd.
Sin duda, estas entidades se verían seriamente afectadas por la reducción de los flujos que reciben. Sin embargo, otros estados también recibirían serios efectos porque para ellos, aunque los flujos son menores respecto a las entidades señaladas, en muchas comunidades son más que esenciales para la manutención de las familias que la conforman.
Es el caso de Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala, en varios de estos estados se encuentran además las comunidades o pueblos más pobres del país, son grandes expulsores de migrantes y el ingreso per cápita se explica en gran medida por los recursos que mandan desde sus lugares de trabajo en Estados Unidos los originarios de estos lugares en México.
De acuerdo con información del Banco de México, todas las entidades del país reciben remesas, pero nueve de ellas concentran el 59.2 por ciento del total; son las siguientes:
- Jalisco 10.5%,
- Michoacán 10.3%,
- Guanajuato, 8.7%,
- Estado de México, 5.8%,
- Oaxaca, 5.2%,
- Ciudad de México, 5.1%,
- Chiapas, 5%,
- Puebla 4.7% y
- Veracruz 3.9%.
En la mayoría de los casos, las personas o familias receptoras de remesas en México destinan ese ingreso para cubrir gastos en comida, vestido, salud y pago de deudas, entre otras necesidades, lo que les permite mejorar su calidad y condición de vida.
De acuerdo con datos del CEMLA, actualizados hasta 2022, un total de 11,129,496 adultos mexicanos son receptores de remesas en el país, de los cuales 4,627,255 son hombres y 6,502,241 mujeres.
La región del país con el mayor número de receptores de remesas es Occidente y Bajío con 3,624,339 adultos receptores; el 33% del total de receptores. Dicha región agrupa a los estados de Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, Colima y Zacatecas, por supuesto incluye a los tres principales estados receptores: Jalisco, Michoacán y Guanajuato.
Cifras del Banco de México (Banxico) señalan que en promedio cada adulto receptor de remesas en el país recibe 337 dólares mensuales, aproximadamente 6,740 pesos mexicanos al tipo de cambio de 20 unidades por dólar, descontando comisiones. Si lo medimos por hogar, cada hogar receptor de remesas recibe alrededor de 763 dólares, equivalente a 15,260 pesos. Se calcula que en el Bajío, la zona líder en recepción de remesas, aproximadamente el 21.8 por ciento de los hogares reciben remesas del exterior.
Este último dato es importante porque los hogares receptores de remesas no se ubican en su mayoría en zonas extensas urbanas, sino más bien en regiones agrícolas o del interior del país, con condiciones de pobreza notables, o incluso de extrema pobreza.
Las comunidades que viven de las remesas
Las cifras de Banxico señalan que el 30.8% de los hogares receptores de remesas, es decir una tercera parte, se ubican en comunidades de menos de 2,500c habitantes y, de hecho, prácticamente la mitad de los hogares receptores se localizan en comunidades de menos de 15 mil habitantes. En el caso de la región Occidente y Bajío el 57.7 por ciento de los hogares receptores se localizan en comunidades de menos de 15 mil habitantes.
En México existen comunidades para las que las remesas no solamente son importantes, sino que son esenciales, ya que viven de esos recursos al 100 por ciento, la caída de estos flujos representa un golpe más que severo.
Aquí algunos ejemplos.
San Jerónimo Coyula es una localidad ubicada en las faldas del volcán Popocatépetl, en el Valle de Atlixco, Estado de Puebla, en esta comunidad la migración por la falta de oportunidades es una constante, los ingresos de la comunidad son prácticamente en su totalidad del exterior.
De hecho, la gran mayoría de los migrantes poblanos provienen de comunidades rurales. En el Estado de Puebla se reconocen zonas con tradición migratoria hacia el extranjero, en donde hay cifras significativas de personas que actualmente están laborando en el área de Nueva York y Nueva Jersey, en Estados Unidos.
Por supuesto, hay muchas comunidades más que ya sea viven al 100 por ciento de las remesas que reciben del exterior, o cuando menos tienen ingresos que son mayoritarios, determinantes para la sobrevivencia de sus habitantes, comunidades que en promedio más de la mitad de sus ingresos se explican por el flujo de remesas del exterior.
La mayoría de los municipios rurales de Michoacán son un ejemplo; en Guanajuato comunidades como Yuriria y Acámbaro; Autlán de Navarro, San Gabriel, Tecalitlán, y la Región de Los Altos como Arandas y Tepatitlán en Jalisco; Izúcar de Matamoros, Atlixco, y zonas rurales de la Mixteca poblana; Chilpancingo, Iguala, Taxco, y zonas indígenas como La Montaña (Tlapa de Comonfort), en Guerrero, entidad que es uno de los estados más pobres de México y depende significativamente de las remesas.
También, comunidades de Jerez, Sombrerete, Fresnillo, y municipios pequeños como Valparaíso y Nochistlán en Zacatecas; comunidades de Ciudad Valles, Matehuala, Rioverde, y localidades pequeñas en la Huasteca potosina; Ixmiquilpan, Actopan, y municipios del Valle del Mezquital en Hidalgo.
Tres características distinguen a estas comunidades y son las siguientes.
– Generalmente son zonas rurales o semirurales con altas tasas de pobreza.
– Han experimentado migración internacional durante varias generaciones.
– Las remesas representan una fuente crucial de ingresos para cubrir necesidades básicas, educación y salud.
La posibilidad de que Trump lleve a cabo sus planes no es cosa menor, si lo hace, podría provocar un efecto multiplicador y devastador para la economía de México, esperemos qué sucede a partir del próximo 20 de enero.
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