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Los cuatro capitales del liderazgo

31-08-2022, 8:10:50 AM Por:
© Depositphotos

Una persona con alto liderazgo formado en los cuatro capitales tiene más posibilidades de alcanzar sus objetivos profesionales y personales.

Por Alberto de la Barreda Hernández*

Los medios con los que cada persona cuenta para alcanzar sus metas profesionales varían en cada caso. Sin embargo, se pueden identificar cuatro capitales que les permite a cada mujer u hombre desarrollar su liderazgo y así acercarse a sus objetivos.

Son cuatro capitales que pueden desplegarse de alguna manera y que pueden fortalecer el perfil público para conectar de mejor manera con otras personas ya sea en el trabajo, los negocios, con amistades, en la búsqueda de pareja o simplemente como impulso al atractivo social en general.

Es posible que cada ser humano tenga mayor potencia en alguno o algunos de los cuatro capitales, pero también existen formas de alzar el nivel de los capitales personales en los que se tiene menos fuerza.

Los cuatro capitales

La socióloga británica Catherine Hakim propone, a partir de varias investigaciones, que en general la gente no entiende libremente las bondades de poseer uno o varios capitales que enriquezcan el perfil social de las personas. Para ello, identifica los siguientes cuatro capitales:

Capital Humano

Es la preparación intelectual que una persona adquiere a lo largo de su vida y que abraca, claro está, la formación académica y los títulos profesionales con los que se cuenta, así como el nivel de las instituciones en donde los obtiene.

Este capital se conforma también por las aptitudes natas o desarrolladas de la persona y el nivel cultural que su experiencia, viajes, cursos, capacitaciones, trabajos y demás le han proporcionado.

Podemos resumir el Capital Humano como un currículum vitae de calidad y la cultura adquirida que precisa el buen gusto. Dicho capital se fortalece no dejando la preparación jamás; leyendo, viajando y aprendiendo para volverse una persona cada día más interesante.

Capital físico

Este es un capital muy controvertido y es al que Catherine Hakim le dedica una obra completa. Se podría simplificar con la belleza externa de una persona, su sex appeal, pero incluye la vitalidad, la condición física, el estilo y cuidado en la vestimenta. En sí, es nuestra imagen y presentación.

Todo esfuerzo por cuidar la línea, un buen corte, un peinado adecuado, proyección social positiva, arreglo de dientes, etcétera, acrecientan el capital físico. Este capital también implica un esfuerzo y compromiso para mantenerlo, aunque también a través del Capital Económico se puede alcanzar con algunos atajos.

Capital Social

No es la participación económica en lo activos de una empresa, sino esa capacidad probada de generar relaciones y contactos que permiten a una persona entrar en diferentes círculos sociales y redes de influencia.

Este puede ser el capital más difícil de fortalecer, pues intervienen el carácter y otros atributos propios de la personalidad, pero no significa que queda preestablecido de nacimiento. Se basa en el encanto y la gracia de una persona; el famoso «don de gentes», la facultad de caerle bien a la gente.

Esta energía social puede desarrollarse de manera natural al participar en clubs, grupos y reuniones de todo tipo, además de tener una actitud abierta a conocer personas, teniendo buen humor y sabiendo escuchar a los demás.

Capital económico

Por supuesto que se puede tener poder social al tener recursos económicos. Incluso los otros tres capitales actualmente tienen una orientación hacia este capital, aunque no es consecuencia natural de la potencia de aquellos.

El trabajo, herencias, oportunidades aprovechadas y la capacitación en torno a la economía y el dinero, permiten a las personas generar cada día más riquezas. En esta cuestión es tan importante saber generar dinero como saber cuidarlo. Si quieres saber más al respecto se puede consultar el siguiente artículo:

Ahora bien, el liderazgo de una persona se consolida en la medida en la que puede controlar y mejorar cada uno de los cuatro capitales en diferentes combinaciones y distintos momentos en la vida. Una persona con alto liderazgo formado en los cuatro capitales tiene más posibilidades de alcanzar sus objetivos profesionales y personales.

El liderazgo producto de los cuatro capitales es una proyección de confianza que las personas pueden percibir sobre el sujeto de dichos recursos. Es la posibilidad de que otra gente pueda construir cualquier cosa en conjunto con uno; es ganarse el respeto y el interés que brindará mayor amplitud al acceso a nuevas oportunidades.

Madurar tanto psicológica, física y espiritualmente es el producto final de una persona que mantiene sus cuatro capitales bajo control y en creciente fortalecimiento. Es un rasgo característico del liderazgo contemporáneo cuyo gran ejemplo se puede ubicar en el preparado, carismático, atractivo y acaudalado presidente sesentero de los Estados Unidos, John F. Kennedy.

*Alberto De la Barreda es licenciado en contaduría, maestro en administración pública y especialista en antropología filosófica. Profesor en la Academia de Control de la Información Directiva de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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