Límites en la comunicación de pareja

Por Psic. Moisés Fernando Balcazar Becerra
Psicología y Educación Integral, AC. 55 23 03 09.

La comunicación es una expresión de uno mismo y el intercambio de nuestras ideas. Nosotros nos comunicamos un 70% de nuestro tiempo de diferentes formas: verbal (habla), escrita y no verbal (signos, gestos o expresiones corporales), y esta misma es un proceso social fundamental. La comunicación emocional se refiere al tono de voz que utilizamos al hablar, las miradas, gestos, contacto físico, cualquier detalle que demuestre la coherencia entre lo que se dice y lo que se siente.

Por otro lado, la comunicación no es únicamente expresarnos y el que los demás nos escuchen y entiendan; comunicarse también implica saber escuchar y entender al otro, así se fomentan los lazos y vínculos de unión y empatía.

Muchas veces, al querer comunicarnos, caemos en una serie de errores que sólo nos llevan a malos entendidos, disputas e incluso a pérdidas fuertes; estos errores son, por ejemplo: imponer nuestro criterio a la otra persona, ser rígidos o inflexibles, expresar quejas y defectos de la otra persona con frecuencia y/o de forma extremista, creer que nuestro punto de vista es mejor que el de otros, no dejar que la otra persona termine de expresarse o querer adivinar lo que va a decir, enojarse cuando la opinión de la otra persona es diferente de la nuestra, o darle la razón a la otra persona siempre, aunque no la tenga, mantenerse callado cuando alguien está tratando de comunicarse o simplemente no saber escuchar.

Y esto sucede de manera inconsciente ya que colocamos una expectativa muy alta en nuestra comunicación sobre el otro; es decir, damos por hecho que si nosotros entendemos que es lo que estamos diciendo el otro muy posiblemente lo va entender de igual forma, pero ocurre de que en muchas ocasiones ni nosotros mismos conocemos la finalidad de transmitir ciertos diálogos o discursos utilizados en nuestra comunicación.

La forma más sencilla y accesible es que comuniquen sus pensamientos y sentimientos de manera franca y clara. Cuando su cabeza diga “sí”, pero dentro de Uds. Quieran decir “no”, no necesita elegir una de las dos, lo mejor es decirle a tu pareja que no estás seguro o que necesitas más tiempo para pensarlo.

No trates de adivinar los pensamientos ni los sentimientos de tu pareja. Cada uno tiene sus propios pensamientos y sentimientos, y tu eres responsable de hablarlo para que te comprendan. De esta manera, tu pareja no tiene la necesidad de adivinar.

Asume la responsabilidad de tus decisiones. En lugar de culpar a tu pareja por cómo se siente o por lo que está pasando, pregúntate de qué forma pueden haber contribuido tus decisiones, accidentales o no, a la situación. Expresa tus sentimientos sin culpar a tu pareja. Por ejemplo, es mucho mejor decir algo como: “Estoy dolido por nuestro malentendido”, que decir: “Heriste mis sentimientos por la forma en que lo dijiste”.

Muchas personas se sienten culpables cuando intentan establecer nuevos límites de respeto, especialmente, en relaciones largas. Es difícil cambiar patrones de conducta antiguos.

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