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Líderes

Sylvia Hernández: la mujer debe empoderarse a sí misma

25-03-2019, 8:56:41 AM Por:
© Arturo Aguirre Sylvia Hernández

Decir lo que piensa, ser valiente, mostrar carácter y fortaleza, y empoderarse a sí misma son las herramientas que llevaron a Sylvia a transitar exitosamente por grandes firmas internacionales, como Chrysler, Gruma y MetLife.

El camino hacia el éxito profesional no fue fácil para Sylvia, pues inició su carrera en la industria automotriz, que aún sigue siendo un negocio de hombres. Después de graduarse como licenciada en Administración de Empresas, especializada en Marketing, en 1987 entró a trabajar a Chrysler. “Era un mundo de hombres e ingenieros. Otra chica y yo tuvimos la oportunidad de ingresar como analistas de precios para el área de Marketing del departamento de Refacciones.

El director de Recursos Humanos nos dijo que más de 20 personas habían presentado el examen y que los mejores resultados habían sido los nuestros, pero que en realidad no habían pensado contratar mujeres porque ‘ese era un negocio de hombres’ y que el Gerente General de esa división consideró que, ante los resultados, lo justo era darnos las posiciones “a ver qué pasaba”. Entré con la convicción de lograr credibilidad y respeto en ese mundo masculino”, nos cuenta.

Años después, cuando era gerente de marca, Sylvia vivió una de las experiencias laborales que marcaron su carrera. En su primera junta con el presidente de Chrysler (un hombre con una cultura norteña muy arraigada y un liderazgo fuerte y sólido, pero poco sensible al trato con mujeres), Sylvia demostró carácter y fortaleza.

“Luego de presentarle mi marketing plan, me dijo: ‘No tengo tiempo para perderlo en estas cosas’ y tiró mi carpeta a la basura, delante de todos [Sylvia era la única mujer en la reunión]. Yo tenía dos opciones: salirme de la sala, ponerme a llorar y renunciar, o enfrentarlo. Decidí hacer lo segundo. Saqué mi carpeta del bote de basura y le dije que tal vez mi trabajo no tenía valor, pero que yo había invertido mucho tiempo en él y que por respeto y ética profesional necesitaba saber por qué mi trabajo no funcionaba. El señor fue quién se salió de la sala de juntas. Al final, obtuve su confianza y creyó en mí: incluso más adelante me promovió. En esa junta aprendí que yo podía decir lo que pensaba y que eso haría verme mejor que aquellos hombres que por miedo se quedaban callados. Yo nunca dejé que el miedo me aniquilara”.

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Tener carácter suma

Después de Chrysler, quien fuera el director general adjunto de la armadora invitó a Sylvia a trabajar en una agencia de publicidad, justo cuando los bancos entraron al negocio de las afores. Con soluciones de pensamiento estratégico y no solo de publicidad, Sylvia participó en el desarrollo estratégico para el lanzamiento de Banorte como “El Banco Fuerte de México”. La campaña fue tan exitosa, que don Roberto González Barrera, que en paz descanse, también fundador de Gruma, la invitó a trabajar para el corporativo. “Me dijo que tenía que responderle en ese momento. A veces, las mujeres tenemos que tomar decisiones rápido, así que respondí que sí. Pensé que, si un empresario de tan grandes ligas como don Roberto me había invitado a colaborar siendo mujer, quería decir que la puerta está abierta, y a mí me la abrió no por cubrir una cuota (colocar al mismo número de hombres que de mujeres en la empresa), sino por mi pensamiento y por mis skills”.

En Gruma, Sylvia enfrentó otros retos. “En las juntas, a veces sentía que cuando hablaba nadie me volteaba a ver. Incluso llegué a pensar que tenía que hablar más fuerte, y así lo hice. En una ocasión, durante una reunión con el equipo de estrategia corporativa y marketing, área que yo dirigía a nivel mundial, Don Roberto cuestionó una campaña que se había lanzado en Venezuela y que, a su juicio, nunca debió haber salido al aire. Alguien la aprobó mientras yo estaba de viaje. En esa junta también había puros hombres. Cuando don Roberto preguntó quién la había autorizado, se hizo un silencio sepulcral. Yo sabía quién había sido, pero asumí la responsabilidad porque yo era la directora. Respondí que tomaríamos acciones inmediatas y que al día siguiente estaría listo el nuevo material. De camino al elevador, Don Roberto me comentó que se sorprendió con mi respuesta; que admiraba el carácter, la fortaleza y la valentía que había demostrado. Tener carácter siempre suma para el éxito profesional de la mujer”.

De trabajar con un líder visionario en su industria, Sylvia pasó al sector de seguros, una industria conservadora y rezagada, llena de grandes retos, pero que le dejó muchos aprendizajes. Ahí Sylvia estableció modelos de innovación y se enfocó en la creación de una estrategia corporativa sólida, vinculada a la estrategia global de MetLife.

En su andar profesional, Sylvia ha tenido que sacrificar mucho, como pasar más tiempo con su familia. “Aunque, siendo soltera, es menos complejo”. La mujer debe empoderarse a sí misma y saber lo que quiere -afirma-. “Hay una frase que me encanta, de la filósofa inglesa Mary Wollstonecraft, quien estableció las bases del feminismo moderno: ‘No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas’. Y yo creo que esa es la clave para el éxito de la mujer”.

Su filosofía, en frases

“El éxito de una empresa en materia de diversidad no se mide en cuotas (qué porcentaje de hombres y mujeres trabajan en ella), sino en la generación de valor por la diversidad de pensamiento”.

“El mundo de los negocios está obligado a abrirse a la diversidad de pensamiento; a transformar en valor la diversidad adquirida, la cual tiene que ver con la experiencia, la cultura, la afinidad con la tecnología, los conocimientos que has tenido…”

“Las empresas deben tener a la persona idónea en un puesto, sin importar si es hombre o mujer. El perfil de un puesto no debe definirse por el género, sino por los skills y las necesidades de la organización”.

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