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De Opinión

¿Estamos ante el adiós del PRI en la presidencia?

18-07-2016, 2:35:03 PM Por:
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A la luz de los resultados de las últimas elecciones, al PRI se le está castigando, este fue el primer aviso y si el partido no reacciona, su 2018 pintará para que vayan empacando.

Partidos y clase política se comportan como si fueran niños malcriados e insolentes y esperan que cada tres años sus padres ciudadanos no recuerden sus tropelías y abusos de poder.  Esperan que, con relativas buenas conductas preelectorales, sus padres ya no los sancionen. Sin embargo, en nuestro último caso, no fue así. Hoy, los padres dicen que no podemos dejarlos solos, y tienen razón. Al poder hay que acotarlo.

Como todo análisis electoral, es muy difícil ser concluyente por una sola vía; la realidad es multifactorial. Sin embargo, lo que sí se puede leer y destacar, a la luz de los resultados de las últimas elecciones, es que al partido gobernante se le está castigando y, a la vez, se le envían diversos mensajes que, si son medianamente prudentes, convendría que se detuvieran a revisar porque, sin duda, este es un primer aviso y una llamada de atención ante el inevitable precipicio priista del 2018. 

El resultado de las elecciones en 14 entidades del país mandaron mensajes a muchos actores: a esos empresarios que se esconden ante la sociedad, pero que son sumisos con el poder porque viven de los contratos del sector público y que los hace ser silenciosamente corruptos; a la pantomima de Mancera, con su Constituyente en CDMX; a todos los partidos políticos cínicos que no tienen la menor higiene ideológica y se arrejuntan con cualquiera prostituyéndose por unos cuantos votos y luego salen a decir que sus principios son los de la ciudadanía; a los independientes, que en la mayoría de los casos todavía creen que la sociedad les va a comprar esa imagen ciudadana cuando tienen pasado partidista; a los gobernantes corruptos de diversas entidades; pero especialmente al gobierno federal, por los 43 de Guerrero y los 117 de Morelos, y quizás el principal mensaje es que la ciudadanía ya está harta de la corrupción y del cinismo de la clase política. 

El melodrama de la llamada “Casa Blanca”, la burla de poner al amigo extraviado a que juzgara al mismo presidente y, peor aún, el resultado de esa investigación inocua y complaciente; la Ley 3de3, que tanto Verde como PRI boicotearon por todos los medios y con ello promueven un sistema anticorrupción sin medios, para no cazar a las “brujas” de la clase política; los Duarte, los traficantes de influencias del Estado de México y anexas. En fin, que si con todo esto que ha pasado y con lo que sucedió en los últimos comicios el gobierno federal y el partido en el poder no reaccionan, lo que no debería sorprendernos, su 2018 pinta para que vayan empacando.

Pero desde la ciudadanía son otros los retos, que no necesariamente son los mismos que los de los partidos políticos. Ayer fue el dato electoral. Hoy debería comenzar la democracia ciudadana y participativa. Ayer que votamos por X partido lo deberíamos acompañar trabajando junto con él y lo deberíamos auditar hasta el último día de su gestion.

Hoy, nuestra tarea apenas comienza: si queremos que cambie el sistema, tendremos que trabajar a diario para hacerlo y no cada tres años. Aquellos candidatos independientes no deberían desperdiciar todo ese ímpetu social que movilizaron.

Esos candidatos ciudadanos hoy pueden comenzar a sembrar organizaciones sociales legítimas que hagan contrapeso al poder, del color que este sea. Los mensajes a los sistemas político y de partidos es en dos vías: la clase política no puede ejercer el poder monopólicamente; los partidos no pueden abusar de sus prerrogativas; y la ciudadanía no puede dejarlos solos.

El columnista es profesor de Entorno Político y Social del IPADE. Tiene estudios en Ciencia y política y Alta Dirección. Ha sido consultor de organizaciones, gobierno y empresas. Colaborador en revistas y diarios a nivel nacional e internacional.

autor Profesor de Entorno Político y Social del IPADE. Ha sido consultor de organizaciones, gobierno y empresas.
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