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De Opinión

Por un tránsito en bicicleta seguro en el DF

26-11-2015, 4:19:38 PM Por:
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En los últimos días han muerto varios ciclistas en la capital. ¿Qué se debe hacer para protegerlos y promover el uso de este medio de transporte?

Cualquiera que transite por la Ciudad de México es testigo del caos vial. Nadie respeta las normas de tránsito; y nadie lo castiga. Los autos se pasan semáforos, atraviesan calles en sentido contrario y pisan los cruces peatonales; los peatones prefieren correr tres carriles antes que subir a un puente; los ciclistas transitan por las aceras y no usan casco; y las motocicletas inventan carriles. Todos nos sentimos con el derecho a hacer lo que queramos. Y ese desorden pasa factura. 

Esta semana se anunció que en tan solo en 9 días, seis ciclistas fueron arrollados en vías primarias del Distrito Federal. Tres perdieron la vida. En 2015 se han reportado más de 120 accidentes de este tipo en la capital del país, de los cuales 15 por ciento terminaron en el fallecimiento de la víctima. No hay duda: tenemos que exigir mejores condiciones para transitar, pero también educar a los ciudadanos y eliminar la impunidad. No es una exageración; es un asunto “de vida o muerte”.  

La CDMX se ha promovido, desde hace unos años, como una ciudad “amigable” con los medios de transporte alternativos. Esto surgió a raíz del grave nivel de contaminación que domina el Valle de México, de la ineficiencia y sobre demanda del transporte público y del creciente parque vehicular que ha generado un tráfico insoportable a cualquier hora del día. Programas, asociaciones y hasta “bici delegados” han nacido para contribuir con esta propuesta.   

El ejemplo más destacable es el Sistema de Transporte Individual Ecobici, que arrancó en febrero de 2010 con 1,114 bicicletas en distintos puntos de la metrópolis. En la actualidad, el programa cuenta con cerca de 180 mil usuarios registrados y ha contabilizado más de 25 millones de viajes. En cinco años, Ecobici ha disfrutado de buena reputación al ofrecer un modelo confiable y práctico para transitar en bici. Sin embargo, la semana pasada sufrió otro revés cuando Monserrat Paredes, de 21 años, murió al ser atropellada en Paseo de la Reforma a bordo de una bicicleta perteneciente al programa. Paredes no es la primera víctima usuaria de Ecobici y tampoco será la última… a menos de que se hagan mejoras inmediatas en la vialidad.

La preocupación por la cantidad de accidentes, así como el interés de la sociedad civil en crear una urbe bike friendly, ha dado lugar también a distintas asociaciones que promueven y protegen el uso de la bicicleta. Bicitekas es una de ellas. Esta organización realiza paseos y manifestaciones con la intención de sensibilizar a la gente en cuanto a movilidad y cuidado del medio ambiente a través de foros, cursos y publicaciones. 

También está Bicired (o Red Nacional de Ciclismo Urbano) cuyo objetivo es reunir a organizaciones y colectivos para trabajar en beneficio de la movilidad urbana sustentable. Por su parte, Muévete en Bici es un programa del Gobierno que promueve el transporte en bicicleta, cuyo proyecto más exitoso son los paseos dominicales por Paseo de la Reforma y otras avenidas. Además, hay programas de recompensas para quienes utilizan este medio de transporte, como tu Ola, que premia a aquellos ciudadanos que actúan a favor del planeta. 

Pero quizás el boom del uso de la bicicleta en el DF alcanzó uno de sus mejores momentos cuando Víctor Hugo Romo (del PRD) ganó como delegado en la Miguel Hidalgo, donde se encuentra la turística colonia Polanco. El “bici delegado”, como se le conocía, prácticamente dedidó su gobierno -el cual dejó para lanzarse como diputado- a andar en bicicleta y “mejorar” la vialidad para los velocípedos… (bueno, y a enriquecerse con el controversial proyecto de remodelación de avenida Masaryk). 

Pero no fue Romo el primero en promover estos cambios. Han sido los gobiernos socialistas del PRD en la Ciudad de México los que han impulsado este tipo de iniciativas, junto con el apoyo ciudadano. Durante los mandatos de Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, principalmente, se crearon las ciclovías con pasos elevados (aunque creo que AMLO nunca probó lo difícil que resultaba subir y bajar de ellos) y los paseos dominicales, los cuales disfrutan cientos de capitalinos (¡yo incluida!). 

Lo que sí logró Romo fue llevar esta idea a un nivel más local, facilitando la ejecución de las propuestas. Como delegado, entregó cientos de bicicletas a estudiantes, quitó espacios de estacionamiento de autos para dar paso de las bicis y mandó pintar los carriles de derecha con el letrero de prioridad a las bicis. Todo lucía muy bonito hasta que se enfrentó al tráfico y a la falta de civismo vial. Los ciclistas, empoderados, hacían lo que querían; y los automovilistas, como siempre, también. A Romo le faltó entender que no es suficiente crear los espacios, sino que es esencial educar a la gente para que los use correctamente. Su propuesta no era mala, pero se quedó a la deriva y no fue replicada en otro lugar del DF. 

Por eso, otro factor clave es trasladar estas iniciativas más allá del corredor Reforma-Polanco-Condesa-Roma. Si bien estas colonias fueron buenos sitios para comenzar con el proceso de cambio -debido a la infraestructura y proactividad ciudadana- no representan un porcentaje importante de la metrópolis. De hecho, de los ciclistas que murieron recientemente, uno circulaba en Iztacalco y el otro en Ticomán. Para conseguir verdadero impacto en el mejoramiento de la calidad de aire y en la circulación es necesario incrementar iniciativas ciudadanas y gubernamentales en otras zonas de la capital. 

¿Qué más se requiere para proteger a los ciclistas y evitar más muertes relacionadas con esta actividad? Claramente, hacer campañas más completas de educación a peatones, ciclistas, motociclistas y automovilistas sobre sus derechos y obligaciones. Esta parte debe venir reforzada por reglamentos y autoridades que exigan su cumplimiento -creo que se debería obviar (por ser imprescindible) la eliminiación de la impunidad en los accidentes y la corrupción.

El nuevo Reglamento de Tránsito del DF da protagonismo al uso de la bicicleta, exigiendo también cumplimiento de normas. En la normativa se señala el deber de indicar cambio de carril y las prohibiciones de transitar por aceras o espacios destinados a los peatones y de utilizar audífonos mientras se conduce. En caso de incumplimiento, deberán pagar multas o incluso pueden ser sancionados con arresto administrativo de 6 a 12 horas. 

A muchos nos gustaría usar la bicicleta para trasladarnos al trabajo, pero lo cierto es que hoy sigue siendo una actividad de riesgo. Me encantaría que la ciudad tuviera espacios claros y seguros, donde todos convivan en armonía. No concuerdo con quienes dicen que es imposible; creo que, poco a poco, la gente se irá sensibilizando y entendiendo que estas alternativas no son opcionales, sino obligatorias si queremos seguir viviendo aquí. 

Por ahora, luchemos por el derecho a transitar en bicicleta… eso sí, comenzando por respetar a todos los demás. 

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