Libertades de izquierda y libertades de derecha
La izquierda defiende las libertades individuales y la derecha las libertad económica. Pero todas las libertades son buenas para el desarrollo del ser humano, incluso las que no vayan de acuerdo con nuestra manera de pensar.
La “izquierda” suele luchar por las libertades individuales: libertad de género, libertad en el matrimonio, libertad para el consumo de drogas, libertad de elección para una mujer embarazada.
La “derecha” suele luchar por la libertad económica: libre competencia, mercado, propiedad privada.
El siglo XX fue la gran lección de los extremos y la pérdida de libertades individuales. En Estados Unidos, a principios de siglo, se generaron monopolios privados que coartaban la libertad de competencia; el capitalismo de compadrazgos (Crony-Capitalism). En los años 70 se inició una guerra contra las drogas que aún pretende regir la vida personal de cada quien, pero con especial énfasis en las minorías.
Europa por su parte, se dividió en el fascismo que aplastaba libertades individuales, y el comunismo que aplastaba libertades económicas.
En México, hasta principio de los años 80, vivimos un estado rector de la economía que favorecía a unos cuantos empresarios y al gobierno, por encima de la competencia económica y el beneficio de los compradores. Hoy sufrimos por la corrupción gubernamental, en todos los niveles, que favorece al compadre y enriquece al político. Y por una guerra contra el mercado de las drogas que beneficia al narco y a los narco-políticos.
Las libertades son importantes. Los países que respetan y promueven todas estas libertades personales tienen un mayor grado de desarrollo económico, social y personal.
¿Qué le hace daño a las libertades personales? Los prejuicios, la desinformación, el pretender que el Estado debe meterse en la vida personal de cada quien.
¿Qué le hace daño a las libertades económicas? El capitalismo de compadres, los moches, la corrupción gubernamental, la idea de que el Estado es un buen empresario, el monopolio estatal, el monopolio privado.
El antídoto contra la coerción de las libertades individuales es el respeto a los demás.
Los antídotos contra la coerción de las libertades económicas son: la competencia, la transparencia y la rendición de cuentas.
En ninguno de los casos queremos un Estado metiche que trastoque el equilibrio económico o que se meta en la vida privada de cada quién.
Los políticos no suelen sintonizarse con el bien común, sino con el bien personal, lo que les da más votos, más poder y más recursos económicos. Por ello, deben ser vigilados en todo momento por una sociedad alerta, informada y participativa.
En todos los casos requerimos un sistema judicial que nos defienda de los abusos del Estado; ya sea en la formulación de leyes o decretos, o en la aplicación de la ley. Si de justicia penal hablamos, también se requiere la independencia del Fiscal.
La información también es un buen antídoto contra los prejuicios, los moches y la corrupción. Los sistemas que promueven el libre flujo de información son fuertes, los sistemas que obstaculizan la información son débiles.
El poder se combate con poder: división e independencia de poderes, incluyendo al Fiscal; el monopolio se combate con competencia entre empresas; el moche y la corrupción se combaten con el poder de la información pública en manos de la sociedad.
No caigamos en el juego de los partidos. Todas las libertades son buenas para el desarrollo del ser humano, aun las que no vayan de acuerdo con nuestra manera de pensar y por tanto, no queramos ejercerlas. Todo gran reto social requiere la participación informada de la sociedad.
*Santiago Roel es Director y fundador del Semáforo Delictivo, herramienta de rendición de cuentas, evaluación y análisis del comportamiento de la delincuencia y violencia en México.
Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.