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Economía

La “última milla” de la desinflación será prolongada, y la más delicada

07-05-2024, 1:50:01 PM Por:
© Especial

La evidencia histórica señala que los bancos centrales tardan hasta varios años para regresar la inflación a su objetivo, con riesgo de rebrotes.

El Fondo Monetario Internacional advirtió en un análisis elaborado la semana pasada por su Consejero Financiero y Director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital, Tobias Adrián, que los bancos centrales están en una fase decisiva del proceso de desinflación.

Sin embargo, la llamada “última milla”, refleja retos importantes, es de hecho la fase más complicada del movimiento desinflacionario. El propio FMI advierte que hay evidencia reciente de que la desinflación puede haberse estancado en algunos países, y que la inflación subyacente puede ser persistente en algunos sectores.

En otras palabras, bajar la inflación a los niveles objetivo de los bancos centrales no es tarea fácil, la mayoría de los bancos centrales están precisamente en dicha tarea y los riesgos son mayúsculos.

Históricamente, la desinflación en su fase de “última milla” es prolongada y en algunas ocasiones se han registrado “rebrotes” inflacionarios que hacen temer riesgos de que se revierta la tendencia de los precios; de hecho, ya ha sucedido en algunos períodos históricos. ¿Es probable que estemos en riesgo de rebrotes inflacionarios? La historia puede enseñarnos un poco más.

El rebrote de los años setenta, la gran lección

El propio FMI tiene registro de algunos periodos de alta inflación, sus consecuencias y sobre todo si acaso eso significó un “rebrote” en la tendencia de los precios generales de las economías.

Por ejemplo, a comienzos de la década de 1970, el conflicto armado en Oriente Medio disparó los precios del petróleo, ante dicha situación los bancos centrales del mundo entero lucharon frenéticamente para controlar la inflación. La historia nos dice que después de aproximadamente un año, la situación aparentemente se normalizó.

Con una inflación que en apariencia estaba bajo control, los banqueros centrales de la época confiaron haber restablecido la estabilidad de precios, eso ayudó a que muchos países relajaran la política monetaria para reactivar sus economías golpeadas por la recesión previa, pero los ajustes prematuros de tasas a la baja o las medidas de relajamiento monetario llevaron a que la inflación reapareciera, un segundo proceso inflacionario llevó a la economía global a los problemas que registró en la siguiente década, la de los años ochenta.

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Según los especialistas del FMI, lo sucedido en la década de los años setenta del siglo pasado dejó una gran lección que se resumen así: “La historia nos enseña que la inflación es persistente. “Corregir” la inflación y volver al nivel previo al shock podría llevar años“, dice el FMI. Pero, ¿cuántos años o cuánto tiempo?

El propio FMI responde la interrogante por medio de sus especialistas; así, el 40 por ciento de los países analizados no lo lograron incluso después de cinco años, mientras que el 60 por ciento restante le llevó un promedio de tres años.

Todavía más interesante, un gran porcentaje del tiempo requerido para bajar la inflación a los objetivos de los bancos centrales se concentró en la llamada “última milla”, es decir cuando la inflación se ubica muy cerca del objetivo considerando el nivel que alcanzó, pero se estanca o registra “rebrotes” que la vuelven a elevar, aunque sea marginalmente, más o menos lo mismo que hoy vemos.

Bajar la inflación abruptamente, en forma lineal lleva relativamente poco tiempo, incluso puede considerarse como un proceso exitoso en prácticamente todos los bancos centrales que enfrentan el problema, pero cuando la inflación se ubica aproximadamente a entre 100 y 200 puntos base del objetivo, entra en su fase de “última milla”, y su abatimiento es mucho más complicado.

El FMI advierte que, históricamente, los bancos centrales suelen dar a la inflación por vencida y relajan la política monetaria prematuramente en cuanto las presiones en los precios comienzan a ceder. 

Lo anterior es un grave error porque la inflación no tarda en volver. En los años setenta del siglo pasado países como Dinamarca, Estados Unidos, Francia y Grecia fueron algunos de los casi 30 analizados que relajaron prematuramente la política monetaria después del shock en los precios del petróleo de 1973, el 90 por ciento de los países que relajaron su política monetaria la inflación volvió a acelerarse en la “última milla“.

Las dos claves para bajar la inflación en la “última milla”

Vencer a la inflación en la “última milla” es la parte más delicada, pero incluso debería ser la más fácil, lo que sucede es que el relajamiento monetario impide a algunos bancos centrales mantener lo que, desde el punto de vista de los expertos del FMI, y también de infinidad de analistas en el mundo consideran que son las claves en la lucha contra la inflación, incluyendo la última fase:

1. Constancia

El FMI señala que la evidencia histórica es contundente, los países que lograron vencer la inflación adoptaron políticas macroeconómicas más restrictivas tras el shock inicial y (este es el factor crucial) las mantuvieron constantes durante varios años. Fue el caso de Italia y Japón tras el shock en los precios del petróleo de 1979. Contrariamente, los países que no corrigieron la inflación habían adoptado una política monetaria más relajada; las consecuencias las conocemos.

2. Credibilidad

La credibilidad de las políticas monetarias es otro factor determinante. Las naciones con expectativas inflacionarias mejor ancladas o con una trayectoria histórica de inflación baja y estable, tenían más probabilidades de derrotar la inflación. La credibilidad de los bancos centrales es un activo invaluable, hasta que enfrenta procesos desinflacionarios en una fase tan decisiva como “la última milla”.

Hoy, tanto el FMI como la gran mayoría de instituciones financieras, casas de análisis y estudiosos están de acuerdo en que la “última milla” de la desinflación es la que entraña más retos para los institutos monetarios, la historia es clara, esta fase hace ver espejismos a quienes se encargan de luchar contra el fenómeno y pueden cometer errores que son cruciales; hasta ahora, un shock inflacionario no ha derivado en otro gran shock luego de llegar a la “última milla” tras el proceso de desinflación, pero sí se han enfrentado riesgos como “rebrotes” que han hecho más prolongado el abatimiento de los precios, llevando a que un proceso de meses se convierta en año. Sin embargo, no debemos olvidar que vivimos tiempos inéditos, todo puede suceder. Hoy, los bancos centrales deben estar enfocados en lograr su tasa objetivo de inflación, aunque están en la fase más riesgosa: “La última milla”.

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