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Economía

Inflación a la baja no significa reducción de precios y esta es la razón

20-06-2023, 6:15:00 AM Por:
© Especial

El daño del proceso inflacionario actual ya está hecho, para revertirlo hace falta otro fenómeno.

La tasa mensual de inflación en mayo en México ubica este indicador en 5.84 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Dicha tasa es inferior a la del mismo mes del año anterior cuando se ubicaba en 7.65 por ciento.

Es un hecho que observamos poco a poco una reducción en el aumento general de precios, ya nos alejamos del máximo de 8.70 por ciento registrado en septiembre del año pasado, que prendió todas las alarmas en el país.

La trayectoria bajista de la inflación será entonces un factor positivo al menos en lo que va del presente año.

Pero, hay un problema para la inmensa mayoría de los bolsillos de los mexicanos, y también está relacionado con la inflación.

El golpe está dado, la queja recurrente de la población en general es lo caro que está todo, lo que han subido los precios, el aumento en el costo de la vida.

La mala noticia es que los precios se mantendrán altos, difícilmente bajarán y, de hecho, tenderán a subir más.

Inflación a la baja no significa que precios bajen, solamente suben menos.

Por ejemplo, si comparamos la tasa de inflación de mayo de este año, señalada arriba y que se ubicó en 5.84 por ciento, con respecto a la del mismo mes del año pasado de 7.65 por ciento, no significa que los precios generales bajaron 5.84 por ciento en mayo de este año, sino que subieron menos que el año pasado, justamente en una magnitud de 5.84 por ciento.

La inflación va a la baja, eso es algo innegable, pero erróneamente suele considerarse que dicho comportamiento o frase (inflación a la baja), es sinónimo de reducción de precios, cuando en realidad los precios siguen al alza, sólo que lo hacen en menor magnitud.

Es así como los precios del “punto de partida” en el proceso inflacionario no se vuelven a ver.

Esto ha sucedido por décadas y explica por qué el impacto de un repunte inflacionario es devastador para el poder adquisitivo y el consumo, los precios por lo general no vuelven al punto de partida, cuando menos la inmensa mayoría de ellos.

Lo anterior es importante porque hacia adelante, este proceso inflacionario que en los hechos todavía vivimos (la tasa de 5.84 por ciento es casi el doble de la meta objetivo de 3 por ciento de Banxico), debe ser incluido en la estrategia para la recuperación del poder adquisitivo, una tarea que puede decirse ha sido, es y será generacional.

En otras palabras, el proceso inflacionario actual trascenderá a la siguiente administración, es cierto que en gran medida dicho fenómeno tuvo que ver con factores externos, pero controlarlo en primera instancia y abatible llevó casi medio sexenio, de ese tamaño fue su impacto.

Y como señalamos, los precios difícilmente volverán al punto de partida, a menos que se registre cierto fenómeno.

¿Qué se necesita para que los precios vuelvan a niveles previos?

Para que los precios regresen a su punto de partida después de un fenómeno inflacionario, es necesaria la presencia de otro fenómeno que no se presenta tan fácil, y que también tiene sus factores en contra.

Una deflación sería necesaria para que los precios en una economía regresen a su nivel de partida e incluso más abajo, después de un proceso inflacionario.

El proceso deflacionario es por naturaleza el mecanismo por el cual los precios sí bajan porque no hay inflación sino lo contrario, una reducción generalizada del nivel de precios.

Sin embargo, los especialistas señalan que la deflación es mucho más difícil de controlar que la inflación, y puede dañar la estructura económica del país o región que la padezca porque deprime el consumo en exceso, a grado tal que estimular el crecimiento se vuelve una tarea titánica que muchas veces no puede cumplirse, para muestra hay un país: Japón.

Pero incluso en ese caso hay diferencias, nunca será lo mismo un proceso deflacionario en una economía como la japonesa que en una emergente.

De hecho, la mayoría de los bancos centrales del mundo prefieren siempre la inflación que la deflación.

Para concluir, debemos acostumbrarnos a los precios actuales e incluso esperar que suban más, aunque ojalá lo hagan cada vez a menor velocidad. Volverlos a ver al punto de partida de hace 3 años será poco probable en mucho tiempo. Y si ocurre, no necesariamente será una buena noticia, sino un signo de que algo más grave está ocurriendo.

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