¿Qué necesita el Sureste de México para atraer a Tesla y más inversiones?
Solamente una de cada diez empresas industriales en México están instaladas en el Sureste de México. Los "imanes" de inversión son otros
El debate por la ubicación de la próxima planta de Tesla se incrementó este lunes con las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien prácticamente descalificó la ubicación de la planta en el estado de Nuevo León, ya que la entidad tiene problemas en el abasto de agua.
En contraste, el presidente prácticamente dio su total beneplácito para que la planta se ubique ya sea en el estado de Hidalgo, cerca del nuevo aeropuerto construido por su administración, o bien en cualquier otra entidad del sureste de México, en donde señaló que se cuenta con el 70 por ciento del agua del país.
El problema es que, si bien el vital líquido es necesario para cualquier empresa, familia o ser humano; en el caso de Tesla no es el único factor, incluso una fábrica de alta tecnología como la que se pretende construir, otorga mayor peso a factores como la mano de obra y cadenas logísticas, así como la infraestructura.
Sureste, necesita desarrollo
No hay la menor duda de que el sureste de México necesita desarrollo. A lo largo de los años esta parte del país ha quedado rezagada, la falta de inversiones públicas y privadas han brillado por su ausencia.
La vocación del sureste de México está claramente orientada a la prestación de servicios turísticos. El turismo es parte esencial y el desarrollo industrial es sumamente limitado. Pero esta realidad no cambiará de la noche a la mañana.
Es cierto que otras administraciones no hicieron mucho por cambiar la realidad de esta región de México, no al menos en proporcionarle más vocación industrial.
Lamentablemente ese desarrollo industrial no se consigue de la noche a la mañana, y menos si no se ha trabajado en él: actualmente, 1 de cada 10 empresas industriales se asientan en el sureste mexicano, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía actualizadas hasta 2019, pero difícilmente se habrán modificado de manera significativa en tres años.
Las razones son obvias, no es el exceso de agua lo que valoran las empresas para elegir el sureste mexicano como sede de sus operaciones; sí es un factor muy importante pero no determinante, son otros que tienen más peso.
Infraestructura, logística, cadenas de valor, cercanía y mano de obra calificada, los “imanes” para las inversiones
Los “imanes” para el asentamiento de industrias están claramente definidos: infraestructura en general, desde conexión con caminos, aeropuertos, puertos, etc., hasta planes de expansión a largo plazo. Desde luego eso incluye servicios (agua, luz, seguridad, etc), que se entienden como parte complementaria de la gran infraestructura general. Industrias con necesidad intensiva de agua, como las cerveceras, no se han asentado en el sureste pese al exceso del vital líquido, clave para sus operaciones. Hay otros factores más determinantes.
La infraestructura determina la eficiencia de otros factores como la logística, la implementación de cadenas productivas y de valor, así como el aseguramiento de mano de obra calificada, que se ubica en donde se le demanda; es decir, en las mismas zonas (incluso las instituciones educativas orientan sus planes de estudio al perfil de la demanda laboral en la región).
Tesla quiere esos “imanes”, no agua
Empresas como Tesla requieren precisamente de los “imanes” señalados anteriormente para asentarse en cualquier destino, entendiendo que el servicio de agua es parte de los servicios que toda empresa, familia o individuo requiere.
Con el argumento de la falta de agua en el estado de Nuevo León, se trata de generar la imagen de que el norte ya no es adecuado para las inversiones industriales, eso puede tener serias repercusiones. En efecto, el estado de Nuevo León tiene problemas de abasto de agua, por políticas equivocadas de otras épocas. ¿No sería mejor trabajar para solucionar el problema?
Tesla ya está contratando personal en Monterrey
Al menos hasta el cierre de diciembre de 2022, Tesla había colocado en diversos portales regionales y nacionales anuncios con la demanda de trabajadores en Monterrey, Nuevo León.
En aquellos días, de acuerdo con la página de la Bolsa de Trabajo de Tesla en México, había 23 ofertas de empleo, algunas en la Ciudad de México, otras en el Estado de México, en Jalisco y Monterrey, ninguna en el sureste.
En total eran cuatro los puestos que se buscaban para Nuevo León: gerente de atención a clientes, analista de ventas para el área de ventas y mercadotecnia, analista de logística en el área de Cadena de Suministro y analista de logística para el área de Finanzas. La compañía fundada por Elon Musk tiene una fuerza de trabajo global de 100,000 empleados. La sede principal de la automotriz se encuentra en Texas y opera seis fábricas en tres continentes (América, Europa y Asia).
Un gigante que busca negocio, pero no a cualquier costo
Como sabemos, México se ha vuelto sumamente atractivo por el Nearshoring; es decir, la recolocación de operaciones de las compañías globales en sitios o destinos cercanos a sus mercados de mayor consumo.
Pero las empresas no dejan de tener intereses. No se trata solamente de llegar a cualquier destino, sino que ese destino debe reunir ciertos requisitos para ser elegible. No es que las empresas hagan rehenes a los gobiernos o los países de sus inversiones, pero tampoco pueden aceptar cualquier condición si esta no se adapta a sus necesidades.
Tesla es un gigante global y México es una excelente oportunidad, pero no la única. Si la empresa detecta que no hay condiciones para sus inversiones, simplemente no invertirá, está en juego un monto inicial para nuestro país de 10 mil millones de dólares, miles de puestos de trabajo entre directos e indirectos, así como varias décimas de crecimiento económico.
Al decir que Tesla es un gigante, no es en sentido figurado. El fabricante de vehículos eléctricos de lujo tuvo un beneficio neto de 12,556 millones de dólares en 2022, un 167.7 por ciento más que las ganancias que obtuvo en 2021.
Tan solo en el último trimestre de 2022, las ganancias netas de Tesla ascendieron a 3,687 millones de dólares, 58.8% más que en el mismo periodo de 2021. La empresa facturó el año pasado 81,492 millones de dólares, para un incremento interanual de 51.4 por ciento.
En cuanto a producción, la compañía estadounidense produjo 1 millón 369 mil 611 vehículos, un aumento del 47 por ciento. Solamente en el último trimestre de 2022 Tesla fabricó 439 mil 701 automóviles, 44 por ciento más que en el mismo periodo de 2021.
Para 2023, la compañía prevé invertir 3 mil 600 millones de dólares en la planta de montaje que tiene en el estado de Nevada, lo que le permitirá añadir 3,000 puestos de trabajo y dos líneas de producción: una para baterías y otra para el camión de transporte Semi.
El 1 de marzo, cuando se celebra el día del inversor, Tesla ofrecerá detalles de la próxima plataforma de vehículo que está desarrollando y de su próxima planta en el continente americano, hasta hace poco el estado de Nuevo León en México, que tiene todos los requisitos, se perfilaba como destino indiscutido, aunque fue cuestionado por el propio presidente. Ojalá no nos vayamos a quedar sin una inversión cuantiosa y desperdiciemos la oportunidad de contar con una fábrica que será referente mundial y una vivencia del futuro en el presente. Tesla, al parecer había tomado su decisión, ojalá no la cambie.
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