Wall Street sigue imparable al inicio de 2020; ¿cuánto más durará la fiesta?
Estos son los factores que abonan a que siga la racha de Nueva York, y también los riesgos que podrían cortarla o propiciar un descalabro mayor.
El mercado de renta variable, especialmente los influyentes indicadores de Wall Street, habrían registrado un inicio de semana muy positivo (la primera completa del año), pese a la volatilidad desatada tras los ataques con misiles iraníes a una base aérea de Estados Unidos en territorio de Irak, como represalia tras el ataque previo del 3 de enero en el que muriera el segundo funcionario más importante de Irán, el general Qasem Soleimani.
La volatilidad se tradujo momentáneamente en incrementos sobre los precios internacionales del petróleo, y una especie de “minicoberturas” con el dólar, aunque en realidad no se trató de una “corrida” financiera. Al parecer, Wall Street esperó a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos y en la penúltima sesión de la semana, incluso el Dow Jones de la bolsa de valores de Nueva York alcanzó una nueva marca histórica al rozar los 29 mil puntos.
Todavía es temprano para hacer escenarios, pero bajo las condiciones actuales y, desde luego, guardando siempre las debidas precauciones para un mercado que, como su nombre lo dice, es variable en su rendimiento y puede resultar afectado por diversos factores, las posibilidades de que siga la racha alcista de Nueva York es muy elevada en estos momentos, racha que por cierto el año pasado dejó ganancias de más de 20 por ciento en los tres principales indicadores, algo inédito. En 2019 el Dow Jones ganó 22.33 por ciento, el Nasdaq 35.22 y el S&P500 subió 28.87 por ciento.
Estos son los factores que abonan a que siga la racha de Nueva York, y también señalamos algunos de los riesgos que podrían cortar dicha racha o incluso propiciar un descalabro mayor.
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Escenario de cierre 2019 sigue muy vigente
La trayectoria de la economía estadounidense desacelerándose, pero todavía cercana a 2.5 por ciento; el nivel de sus tasas de interés en un rango de entre 1.50 y 1.75 por ciento y con probabilidades de que la Fed no las mueva al menos en la primera mitad del año, salvo que se descomponga el contexto económico.
La debilidad económica en zonas como Europa e incluso Asia, con China como estandarte de crecimiento a un máximo de 6 por ciento anual; el estancamiento económico de Japón que todo indica seguirá este 2020; los pactos de reducción de la producción petrolera en el cártel de la OPEP para no mover las expectativas de inflación y crecimiento y, con ello, buscar cierta estabilidad en el mundo.
La incertidumbre en Latinoamérica, especialmente en la parte sur del continente en donde Argentina tendrá que renegociar en algún momento del año su deuda externa, Brasil reducir sus riesgos financieros con el exterior y procurar más crecimiento, mientras que Chile deberá empezar a implementar sus reformas sociales. Todo lo anterior y más hacen de los mercados de renta variable como los de Estados Unidos una de las mejores opciones de inversión al menos al inicio de este año.
A lo anterior, se suman escenarios como la previsible firma del acuerdo entre China y Estados Unidos programado para el próximo 15 de enero con el fin de reducir las tensiones comerciales entre ambas naciones. Este factor podría darle impulso adicional al mercado porque disminuye las presiones y los efectos sobre muchas multinacionales estadounidenses.
También, el sector tecnológico mantiene sus escenarios de inversiones y crecimiento orgánico para este año, mucho se habla de que a la industria le quedan varios años de crecimiento debido a la evolución casi inmediata de sus productos, lo que ha acelerado y multiplicado sus inversiones. No sabemos el futuro, nadie lo sabe. Pero hoy, al inicio de año, Wall Street amenaza con extender su racha del año pasado.
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¿Qué podría descomponer el panorama?
Aunque el mercado de renta variable para muchos es caro, la mayoría de los analistas señalan que hay oportunidades y que eventuales periodos de toma de utilidad en los mercados, especialmente en Wall Street, podrían reimpulsar y mantener en una sana trayectoria alcista a los indicadores. Sin embargo, es un hecho que los riesgos crecerán, sobre todo a partir de la segunda mitad del año, cuando se acerque la elección presidencial de noviembre.
Pero no sólo eso, otro riesgo importante para los mercados es, desde luego, la posibilidad de que las cifras del país empiecen a señalar una mayor desaceleración (no sólo el PIB sino datos como consumo, producción industrial, confianza del consumidor, etc). China no deja de ser factor, el acuerdo que se firmará el próximo 15 de enero no será una carta de buenas intenciones ni terminará por completo con las fricciones comerciales, sobre todo si el presidente estadounidense quiere utilizar el tema en su campaña de reelección. Están desde luego muchos otros que son totalmente imponderables, desconocidos por completo, forman parte del destino que nadie conoce: desde una guerra, un magnicidio, o un colapso económico que venga por un sector al que se le ha puesto poca atención.
Así son los mercados, impredecibles igual que la economía, lo que es un hecho es que Wall Street sube y sube como la espuma, también al inicio de este 2020.
