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Finanzas

México es una ‘mina de oro’ para las apps de créditos

15-07-2022, 8:55:17 AM Por:
© Especial

El mercado de las apps sin regulación ha "explotado" en el país como consecuencia de la necesidad crediticia no cubierta.

México es un país con alto déficit crediticio; en nuestro país falta crédito en todos los ámbitos y no es un problema nuevo, pero sí muy alarmante.

Como en todo, cuando queda un espacio desocupado, algo o alguien lo llena. Ese es el caso del mercado crediticio de menudeo, enfocado en personas físicas que necesitan préstamos que la banca tradicional y hasta la banca emergente no atiende porque sus políticas de calificación crediticia no se los permite.

Con ello, se ha detonado un mercado que brinda atención a quienes demandan crédito, pero con tasas de interés verdaderamente estratosféricas, que rayan en el agiotismo; sin olvidar que muchas de estas empresas son el origen de otro tipo de problemas, como los famosos “montadeudas”.

Créditos agiotistas

Es cierto que las tasas en México y en el mundo van al alza, pero pagar costo de triple dígito por un crédito es agiotismo puro. Por increíble que parezca, muchos ciudadanos mexicanos lo pagan.

Alto Nivel hizo una revisión a varias de las apps que prestan dinero en el mercado mexicano, la elevada tasa de interés es la constante. Y no se trata de cualquier tasa.

Algunas de las apps que revisamos fueron: Tala, Paay, Lendon, Creditea, Loans, Kueski, Okredito.

De acuerdo con los datos, la tasa de interés más baja que paga una persona que pide un préstamo en alguna de estas aplicaciones está ligeramente arriba de 10 por ciento anual, pero prácticamente ninguna app tiene un costo así, sin olvidar que se cobran comisiones que en realidad elevan la tasa y la alejan del supuesto 10 por ciento que ofrecen inicialmente.

Pero si una tasa cercana al 10 por ciento anual es cara, hay otras que dejan helado a cualquiera.

Así, la tasa máxima que se identificó en la revisión a las aplicaciones fue la de Tala, que llegó a la astronómica cifra de 1,239 por ciento anual, y por increíble que parezca, hay quienes toman este tipo de créditos y pagan tal costo, de otra manera no se explica la oferta vigente en el mercado.

Pagar un crédito de 1,239 por ciento anual equivale a pagar casi 160 veces la tasa actual de referencia del Banco de México, y 31 veces el costo promedio de una tarjeta de crédito, que ronda un rango de 40 por ciento. Y por si fuera poco, esta app te cobra una comisión de hasta 28% del monto prestado a un plazo de 30 días.

Es cierto, los préstamos son pequeños, o relativamente, ya que van desde 500 pesos como mínimo a 20,000 pesos como máximo.

Sin embargo, lo anterior no quita los actos de usura que se realizan en un país en el que la bancarización todavía tiene mucho por avanzar. No es culpa directa de los bancos, pero sí refleja el grado de baja cobertura que estos tienen, ¿cómo explicarse que haya mexicanos que estén dispuestos a pagar tasas de interés que no se pagan en ninguna otra parte del mundo por un crédito?

Falta de regulación, el otro problema

Muchas de las apps que participan en este mercado crediticio informal, no están reguladas por las autoridades financieras mexicanas, por no decir que prácticamente ninguna.

Es cierto que hay ejemplos de aplicaciones menos onerosas, o aquellas que tienen esquemas de financiamiento bajo regulación, pero el mercado de las apps sin regulación ha “explotado” en el país como consecuencia de la necesidad crediticia no cubierta por los servicios bancarios tradicionales o los alternos.

Eso nos lleva a una serie de problemas que se han denunciado muchas veces, desde el hostigamiento de la cobranza hasta incluso tragedias personales y/o familiares.

Basta con que una empresa se registre como comercio, para realizar actos de préstamo de recursos a la tasa que prefiera.

La Ley Fintech ha tratado de poner orden en este caos, pero todavía funciona a medias, las financieras reguladas son unas cuántas mientras que las ENR (Entidades no reguladas), pululan en el mercado crediticio nacional.

Sistema bancario, sólido pero con deficiencias

Si medimos al sistema bancario por su penetración en la economía, tenemos que ha sido altamente eficiente al insertarse en las grandes ciudades como la opción de financiamiento.

Sin embargo, cuenta con graves deficiencias como el hecho de que no alcanza para bancarizar a las clases populares, mucho menos para llegar a los sitios más apartados del país.

De acuerdo con las cifras previas a la pandemia, 8 de cada 10 sucursales bancarias se ubican en ciudades grandes o medianas, el resto se encuentra disperso en las pequeñas, aunque hay casos en los que los bancos brillan por su ausencia a muchos kilómetros a la redonda, lo que ha permitido que detonen ofertas como la de los corresponsales bancarios, aunque sin atender al mercado de crédito.

Es casi un hecho que después de la pandemia pocas o nulas sucursales bancarias se han abierto, mucho menos en las pequeñas comunidades.

Así, en México el crédito es uno de los grandes pendientes, lo que ha generado situaciones inconcebibles, como el hecho de que algunos usuarios tengan que pagar más de 1,000 por ciento anual por un préstamo, para no creerse.

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