Lo peor no ha pasado para el peso; aún faltan las elecciones de EU

El peso mexicano es la moneda más golpeada en los mercados cambiarios globales por la crisis del coronavirus. Con respecto al nivel más alto del dólar alcanzado el 23 de marzo, en 25.1350 pesos por dólar, la caída de la moneda es de 33.08 por ciento, al cierre del pasado martes la depreciación era de 26.45 por ciento.

La caída del peso tiene profundas implicaciones en la economía mexicana, sólo por mencionar una de las más importantes vale la pena recordar que las históricas pérdidas de Pemex, por 562 mil 300 millones de pesos, equivalentes a poco más de 28 mil millones de dólares, estuvieron directamente ligadas a la caída de nuestra moneda.

Lamentablemente la recuperación del peso es un tema que no se ve cercano; de hecho, la “pesadilla cambiaria” que vive México en estos primeros meses del año podría mantenerse por un tiempo más, con los efectos que ya todos conocemos.

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Lo que viene podría llevar a nuevos máximos

La moneda mexicana está hoy altamente sensible a la información sobre la economía mexicana, lamentablemente las malas noticias seguirán fluyendo en las semanas siguientes y eso no es alentador para la recuperación de la divisa. De entrada, de acuerdo con las expectativas del Fondo Monetario Internacional (FMI), México será la economía latinoamericana más afectada por la crisis sólo después de Venezuela (un país que no tiene remedio), con todas las malas expectativas que esto puede generar en la cotización del peso con el dólar.

México además no ha implementado un plan de rescate fiscal, mientras el mundo entero sí lo ha hecho. Las consecuencias serán graves de acuerdo con los analistas que siguen el desempeño de la economía mexicana ya que esto provocará una caída profunda en el PIB y una recuperación muy lenta, se estima en un escenario optimista que México saldrá de la recesión en 3 años.

Así, sólo en el segundo trimestre del año la tasa anualizada de caída en el PIB será mayor al 30 por ciento (se estima una caída trimestral de cuando menos 8 por ciento que multiplicada por 4 arroja un desplome sin precedentes).

Pero no solamente es la información económica nacional la que mantiene extremadamente presionado al peso, las noticias provenientes del exterior son poco favorables para las economías latinoamericanas y existen muchas dudas sobre la fuerza con la que “jalará” al peso una eventual recuperación del dinamismo estadounidense, recuperación que por lo pronto será a partir de 2021 ya que este 2020 la expectativa es que el PIB de nuestro vecino del norte se desplome un promedio de 5.5 por ciento. Todo eso incluso provocaría que en algún momento de las semanas siguientes, el dólar podría probar nuevos máximos contra el peso, con todo y el arsenal que el binomio Fed-Banxico tienen para evitar una depreciación desordenada del tipo de cambio, que no la depreciación por sí misma.

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La batalla política en EU le pegará al peso

Dejemos la economía de lado por un momento. El segundo semestre del año será de intensas presiones e incertidumbre para el mundo entero porque entrará en plena forma un elemento de gran relevancia: la elección presidencial en Estados Unidos.

Señalamos que dejaríamos de lado la economía por un momento, pero es imposible hacerlo por demasiado tiempo porque el factor económico jugará un papel determinante en la batalla política de la nación más poderosa del mundo. Al inicio del año, el presidente Donald Trump parecía llevar una cómoda ventaja rumbo a su reelección, pocos nubarrones en el firmamento se avistaban.

Hoy, la economía podría llevar a una batalla más equilibrada con el inminente candidato presidencial demócrata Joe Biden. será tiempo de contrastes, de incertidumbre, de ofertas, ataques a diestra y siniestra en los que la economía de México y su divisa estarán altamente expuestos. Salvo que se logre aislar, es probable que el peso resulte afectado estos meses, o cuando menos, será una divisa etiquetada con la palabra “cautela”

Técnicamente el punto de quiebre está en 23.20 pesos

De acuerdo con algunos análisis como los elaborados por Banco Base, técnicamente el peso podría mejorar su posición en el mercado si y sólo si empieza a cotizar sobre niveles de 23.20 pesos por dólar o menos, aunque las variaciones cambiarias son tan profundas que eso no garantiza eventuales periodos de presiones contra la moneda.

Estas mismas expectativas no descartan que en las siguientes semanas el tipo de cambio vuelva a tocar niveles máximos; si arrecian las presiones contra la divisa mexicana un “objetivo” del mercado está en 27 pesos por dólar. De concretarse, significaría una depreciación adicional para el peso de 7.42 por ciento respecto al máximo vigente hasta ahora.

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Antonio Sandoval