Lo bueno, lo malo y lo feo de las finanzas de México en el año 1 de AMLO
El manejo de las finanzas públicas en el primer año de gobierno de AMLO fue ‘bueno’ a secas, pues cumplió con las metas propuestas de superávit primario y deuda,
2019 fue el primer año natural del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y a finales de enero de 2020, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) publicó el informe de finanzas públicas y deuda pública correspondiente al cuarto trimestre de 2020. Esto quiere decir que ya se tienen los resultados del desempeño de las finanzas públicas el año pasado.
¿Por qué debería importarnos esto? Las finanzas públicas son, en un término simple, el dinero de la nación, es decir, el dinero de todos. Estas estadísticas dan a entender la posición financiera del país y del gobierno, cómo se comportaron los ingresos, egresos y deuda del año pasado, y compararlos con los del año pasado. Las finanzas públicas son muy importantes para el gobierno, son una ‘carta de presentación’ ante los inversionistas y los acreedores. Unos resultados malos o por debajo de lo proyectado pueden afectar las perspectivas crediticias del gobierno, que puede seguir financiándose, pero con intereses más altos.
Te presentamos lo bueno, lo malo y lo feo de las finanzas públicas en 2019, el primer año de AMLO
Lo bueno: Meta de superávit primario superada y deuda controlada
Para explicar qué es el balance primario, es necesario recordar que el eje rector del paquete económico que se realiza cada año es el balance primario, es decir, la diferencia entre lo que se ingresa y lo que se gasta, pero sin contar el pago por intereses de deuda.
Para el ejercicio fiscal de 2019, la SHCP se comprometió a obtener un superávit primario equivalente al 1.0% del producto interno bruto (PIB) del país. Y de acuerdo con el informe de la SHCP, la meta no fue solamente cumplida, sino superada. Al cierre del año pasado, el superávit primario fue de 1.1% del PIB.
Por otra parte, la deuda pública mostró un comportamiento decreciente con respecto al PIB el año pasado, al cierre de 2019, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), esto es la medida más amplia de la deuda pública, fue del 44.7% del PIB en 2019, esta fue menor si se le compara con el 44.9% de 2018, el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto, e inclusive fue menor que el 45.3% que estaba presupuestado en el paquete económico de 2018.
“Después de este resultado, creemos que probablemente no se producirá una rebaja en la calificación soberana este año, ya que la Ley de Ingresos de 2020 es un poco más realista, el gobierno está totalmente comprometido con la disciplina fiscal”, dijo el banco británico Barclays en un reporte acerca de los resultados de las finanzas económicas de 2020.
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Lo malo: menos ingresos tributarios
Los ingresos totales del sector público tuvieron un incremento en 2019, de 5.115 billones (millones de millones) en 2018 a 5.384 billones en 2019. Sin embargo, los ingresos tributarios quedaron por debajo de lo que se tenía presupuestado.
La recaudación por impuesto sobre la renta (ISR) fue de 1.686 billones de pesos, una variación de -2.2% con respecto al año anterior. Cabe mencionar que en la variación real, ya se descuenta la inflación.
Mientras que en el impuesto al valor agregado (IVA), los ingresos fueron de 933,326.8 millones de pesos, 2.3% menos con respecto a lo programado. Los ingresos fiscales fueron afectados por una débil actividad económica en 2019.
La semana pasada, el Inegi reportó que el PIB de México en 2019 tuvo una contracción de -0.1%. esta es la primera caída de la economía en el país por razones internas desde 1995.
Por otro lado, el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) salvó los ingresos tributarios en 2019, pues la recaudación por este concepto fue de 460,495 millones de pesos, 113 mil millones más que en 2018 y 27.9% más que lo presupuestado en 2019.
Y si se toma en cuenta solamente el IEPS a las gasolinas y el diésel, el crecimiento real fue de 53%.
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Lo feo: se tuvo que agarrar del ‘guardadito’
Para compensar los menores ingresos tributarios, la SHCP recurrió al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), en total, se usaron 121,227 millones de pesos en 2019, y los recursos que quedan de dicho fondo son 158,544 millones de pesos.
Los recursos del FEIP son precisamente para eso, para cuando los ingresos son inferiores a lo presupuestado. Sin embargo, el gobierno ya tuvo que usar parte del ‘guardadito’ en su primer año completo, con todo y un subejercicio del gasto público de 15,600 millones de pesos.
A manera de balance general, el manejo de las finanzas públicas en el primer año de gobierno de AMLO fue ‘bueno’ a secas, pues cumplió con las metas propuestas de superávit primario y deuda, pero los ingresos tributarios fueron menores a los programados y tuvo que usar parte de los ahorros para compensar esa caída. Con la primera prueba superada, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador comienza su segundo año con nuevos retos.
Francisco Muciño Periodista. Finanzas públicas, energía, negocios, innovación y las historias que contienen.