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Finanzas

Las tasas de interés negativas ya son una realidad en México y esta es la causa

07-09-2020, 6:10:00 AM Por:
© Depositphotos

En México, los pagarés bancarios y los depósitos a plazo son los instrumentos más utilizados por el pequeño ahorrador, pero empiezan a arrojar rendimientos negativos.

El recorte de la tasa de interés de referencia del banco central mexicano y el aumento de la inflación vuelve a generar un escenario adverso para las inversiones de corto y mediano plazo. De hecho, para todo tipo de inversiones aunque las primeras son las más afectadas.

Dicho escenario deriva en una consecuencia que incluso podría ser ideal en este proceso de recuperación económica porque sería un estímulo para el consumo, de no ser porque en realidad afecta la confianza sobre la misma economía, lo que no es nada favorable.

Las tasas reales de interés nuevamente vuelven a ser castigadas, como en otras épocas, a tal grado que en la realidad muchos rendimientos ya se ubican en terreno negativo, el ahorro de menudeo es el que más padece las consecuencias, pero los grandes capitales también lo reflejan.

Este es el “modus operandi” de las tasas reales negativas para el pequeño ahorrador

El Banco de México (Banxico) ha recortado ya diez veces la tasa de referencia en un año. Desde agosto de 2019, cuando empezó la campaña de recortes acumula una contracción de 3.75 puntos, lo que ha llevado este indicador a un nivel actual de 4.5 por ciento, el más bajo en cuatro años.

Si esta misma tasa se pagara también a los rendimientos de menudeo, los de los pequeños inversionistas, las cosas no estarían tan mal toda vez que dicho rendimiento es todavía ligeramente superior a la inflación.

Pero la tasa de referencia es sólo eso, una referencia para los mercados. En el llamado interbancario, dicha tasa tiene más presencia, mientras que en el mercado de menudeo es un indicador que simplemente sirve para conocer la tendencia de las tasas que se pagan. En realidad, los rendimientos son mucho más bajos, si a esto se le agrega el deterioro inflacionario, tenemos que este escenario es otro, uno en el que las tasas reales negativas son dominantes.

Veamos los comparativos numéricos para explicar de lo que hablamos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación del país durante el mes de julio se ubicó en 3.62 por ciento a tasa anual; por otra parte, como ya habíamos comentado la tasa de referencia del Banco de México en su más reciente revisión fue colocada en 4.6 por ciento.

Hasta ahí las cosas están más o menos bien ya, que la tasa de referencia de Banxico es superior en 0.88 puntos a la inflación más reciente. Es decir, tenemos una tasa real de rendimiento positiva. Pero como decíamos, esta tasa no es la que se paga a los pequeños inversionistas, el rendimiento es mucho menor.

De acuerdo con el sitio de internet del Banco de México, en julio de 2020 los bancos pagaron en promedio a sus clientes una tasa neta anual de 1.02 por ciento para depósitos bancarios a plazo de 2 meses, 3.34 por ciento anual a 3 meses y 3.01 por ciento a 6 meses.

Asimismo, en el mismo mes les pagaron a sus clientes una tasa promedio de 1.58 por ciento anual por captar recursos mediante Pagaré con plazo de 28 días, 2.38 por ciento anual para el plazo de 91 días y 2.68 por ciento anual por una inversión a plazo de 182 días.

Como observamos, todas las tasas anteriormente señaladas son inferiores a la tasa de referencia del banco central mexicano, y también son inferiores a la inflación, es decir, arrojan rendimientos reales negativos. Los inversionistas en pequeño tienen otras opciones, es cierto, pero eso depende de sus necesidades de liquidez, en México los pagarés bancarios y los depósitos a plazo son los instrumentos más utilizados por el pequeño ahorrador debido precisamente a que manejan el corto plazo.

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Las tasas bajas son por un entorno nacional y mundial, no por el éxito monetario

Líneas arriba mencionamos que, en un año, el banco central mexicano ha recortado 10 veces su tasa de referencia, cuando inició el movimiento este indicador se ubicaba en 8.25 por ciento.

El descenso de la tasa ha obedecido primordialmente al contexto nacional e internacional en el que todos los bancos centrales del mundo debieron reducir estos indicadores para abaratar el dinero y con ello intentar estimular a las economías.

El Banco de México no ha sido la excepción, no podría ir a contracorriente de la tendencia mundial. Pero esto mismo es un signo de desconfianza y cautela, Banxico no baja su tasa por una estrategia de control inflacionario, aunque haya tenido relativo éxito en el tema, lo hace porque el contexto global así lo exige.

Si las economías de México y el mundo estuvieran en una situación diferente, las tasas bajas y negativas en términos reales para muchos inversionistas serían un estímulo para el gasto y el consumo, pero también en este asunto, el de las tasas de interés, vivimos en un mundo inédito.

Incluso, el tema de las tasas reales negativas es probable que se vuelva cotidiano en México por una simple razón: actualmente es una tendencia mundial que al parecer ha llegado para quedarse por un largo rato.

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