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Finanzas

¿Las criptomonedas se acercan a un “invierno” en sus cotizaciones?

24-05-2022, 1:25:05 PM Por:
© Depositphotos

La Fed no dudará subir las tasas a un nivel “contractivo” de la economía y Wall Street ha reaccionado con desplomes en sus indicadores.

Por ahora, los inversionistas en los mercados globales no quieren asumir riesgos. Prefieren poner su dinero en instrumentos conocidos y con relativo respaldo, dándoles la espalda a otros que son altamente volátiles, como las criptomonedas.

Esta es una tendencia mundial generada por una crisis de larga duración, multifactorial y “sui-géneris”, como la calificara el propio presidente de la Fed, Jerome Powell, en una entrevista al WSJ.

La persistencia de la crisis es el factor esencial que hace temer a los inversionistas en particular, y a todos los mercados financieros en general, en que todavía habrá episodios con gran volatilidad, especialmente en las tasas de interés. Por lo tanto, indicadores de alta volatilidad como el de las criptodivisas no son las mejores opciones.

Ya los mercados descuentan para las dos próximas reuniones de la Fed, programadas para el 13-14 de junio y 25-26 de julio, ajustes de 50 puntos base en la tasa de interés, lo que llevaría este indicador a 2 por ciento apenas en los albores del segundo semestre del año. No debemos olvidar que venimos prácticamente del cero absoluto, y un ajuste al alza de 200 puntos base no es cualquier cosa para miles y miles de millones de dólares, sobre todo en la divisa base de la economía global, como lo es el dólar estadounidense.

Es la inflación

El combate a la inflación es el gran objetivo de La Fed en el corto, mediano y largo plazo; lo ha dicho el banco central, Jerome Powell, en sus acciones y su propio titular lo ha reiterado.

Pero el diablo está en los detalles, y esto es lo que los mercados perciben e interpretan de las palabras Powell y actúan en consecuencia.

Si es necesario llevar la tasa de interés a terreno contractivo para bajar la inflación, no dudaremos en hacerlo“, comentó el jefe de la Fed en una entrevista al WSJ, y las bolsas reaccionaron de esta manera.

Con estas palabras Jerome Powell dijo, sin afirmarlo explícitamente, que no dudarán en impactar el crecimiento de la economía (terreno contractivo, desaceleración en el crecimiento), para abatir la inflación. Los mercados generalmente reaccionan en mayor magnitud y temen que las acciones de la Fed no sólo puedan llevar a una desaceleración de la economía, sino incluso a una eventual recesión, algo que la Fed en voz del propio Powell ha descartado.

Pero, no es que los mercados no le crean a Powell, sino que ya demostró que no es infalible cuando, no hace mucho, calificó de “transitoria” la alta inflación que a principios de 2021 empezaba a registrarse en Estados Unidos. La última justificación que utilizó para explicar su falla fue que la palabra “transitoria” había sido mal interpretada por el mercado.

La inflación es el gran reto para la Fed y para prácticamente todos los bancos centrales del mundo y, en este contexto, la herramienta esencial para combatir (anclar las expectativas, dicen los economistas) la alta inflación es subiendo las tasas de interés. La Fed misma dio por descontado un aumento de 50 puntos base en junio y julio, para después evaluar lo que sucederá, pero las previsiones no esperan un descenso notorio de los precios antes de septiembre u octubre próximo, si no sucede nada.

Con este panorama de riesgos, el flight to quality (vuelo a la calidad) . Miles de millones de dólares buscan opciones de inversión más seguras, menos inestables respecto a los criptoactivos, que destacaron en la pandemia por su demanda, pero el contexto era diferente.

Ni oro, ni cripto

Llama la atención que, en este escenario de crisis, la onza de oro, otrora refugio clásico de inversionistas, se mantenga relativamente estable entre 1,840 y 1,870 dólares por onza. ¿Qué sucede?, ¿Por qué ni siquiera el oro repunta como activo de refugio?

La respuesta nuevamente está en la volatilidad y en la incertidumbre sobre la crisis actual.

Se trata de una crisis diferente, alimentada no por uno sino por varios factores a los que se pueden añadir más en cualquier momento (tan sólo este jueves China amenazó a Estados Unidos y le advirtió sobre una “situación especial” si incrementan su apoyo a Taiwán).

Es la presencia de muchos factores lo que abona a la incertidumbre: ¿en qué momento se terminará la guerra Rusia-Ucrania?, ¿cuándo y cómo se restablecerán por completo las cadenas de producción y suministro tal como las conocíamos antes de la pandemia?, ¿Qué tan pronto bajará la inflación o hasta dónde está su techo?, ¿Habrá una desaceleración o una recesión?

El problema es que la onza de oro, igual que sucede con otros activos, se alimenta de niveles de volatilidad que en ocasiones es difícil de controlar, nadie niega su valía como activo de refugio, pero en este momento los inversionistas consideran más seguros activos como bonos del Tesoro de Estados Unidos, y el mismo dólar.

¿Estamos cerca del “cripto invierno”?

Primero es importante conocer a qué nos referimos con este concepto de cripto invierno. Dado que los mercados de las criptodivisas han registrado un crecimiento explosivo en precios y también en activos, se considera que dicho mercado se ha “calentado” o sobrecalentado, tanto en precios como en número de participantes. En el cripto invierno lo que sucedería es que se reducirían los precios de todos los activos en forma considerable y quizás abruptamente, llevando a cotizaciones mucho más bajas y con menores niveles operativos por un tiempo impredecible. Es decir, un enfriamiento respecto a las condiciones actuales o de los últimos años.

Por supuesto que sería imposible contestar con plena certeza si el mercado está cerca de un “invierno”, pero las condiciones actuales de la economía permiten prever que, cuando menos, pasaremos por un periodo de consolidación.

Recordemos que las criptodivisas no son iguales que las divisas tradicionales; son activos basados en tecnología, por lo tanto, susceptibles de comprarse, venderse, o acercarse a la extinción si no cuentan con el respaldo financiero suficiente. A diferencia del dinero fíat, las criptomonedas están basadas en tokens, no en un estado ni en nación alguna.

Eso fue lo que sucedió recientemente con el desplome de Terra Luna, el más reciente escándalo del mercado y la prueba de que todavía falta mucho para su maduración. El Bitcoin, la moneda más sólida del universo cripto llegó a caer hasta 27 mil dólares, lo que representaba un ajuste a la baja de 60.29 por ciento desde sus niveles máximos históricos de 68 mil unidades. Se ha recuperado en los días recientes a niveles de 30 mil dólares, pero la extrema volatilidad es una prueba más de la forma en la que se comporta el mercado.

No sabemos si estamos cerca de un cripto invierno. Sin embargo, lo que sí es palpable es por lo menos un proceso de consolidación o de “limpieza”, como algunos señalan, en el mercado de las criptomonedas.

Mientras el mundo siga padeciendo los altos niveles de tasas de inflación que hoy vivimos, lo que se traducirá en aumentos a las tasas de interés globales, las inversiones altamente riesgosas estarán castigadas. Y los criptoactivos están en ese grupo.

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