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Finanzas

La inflación se ‘come’ los rendimientos hasta de los fondos de inversión

01-06-2021, 6:10:00 AM Por:
© Especial

Regresa la pesadilla de las tasas de interés reales negativas, un escenario que hace mucho tiempo no se veía en el mercado financiero local.

Uno de los grandes problemas del aumento en los niveles de inflación es que “le pega” también a los rendimientos, al grado de que los minimiza y provoca que en muchos casos los inversionistas, sobre todo llamados “de menudeo, o menudistas”, empiezan a resentir el deterioro del valor de su dinero.

No es que antes no sucediera. Las tasas que pagan los bancos a los ahorradores por medio de sus clásicos pagarés siempre han sido más bajas que las tasas nominales fijadas por el banco central, pero no estaban tan lejos de la tasa de inflación. Eran negativas, pero no tanto.

En virtud de que este tipo de ahorro es siempre más un esquema de protección de los ahorradores para no tener el dinero, literal, en el colchón y exponerse a perderlo en algún robo o en otro tipo de incidentes, no les afecta demasiado la diferencia entre tasas, o no les afectaba hasta este año, cuando la inflación se disparó.

Pero había otro factor importante. Otro tipo de inversionistas con un poco más de educación financiera apostaban a esquemas de ahorro e inversión como los fondos de ahorro, mismos que la inflación ya también empezó a afectar porque sus rendimientos han sido superados en diversas ocasiones.

Inflación dobletea a los rendimientos de pagarés bancarios

De acuerdo con los sitios de diversas instituciones bancarias como Citibanamex, BBVA, Banorte y HSBC, entre otros, al cierre de la semana pasada las tasas de los pagarés a plazo de 28 días se colocaban en un mínimo de 0.70 por ciento y en un máximo de 3.4 por ciento anual.

Este plazo, de 28 días, tradicionalmente es el más demandado en el sistema bancario mexicano porque ofrece la posibilidad de disponer de los recursos en un corto periodo de tiempo.

Cualquiera que invierta en estos instrumentos sufre un deterioro del valor de su dinero muy importante respecto a lo que pasaba todavía hace 12 meses. Por ejemplo, si algún inversionista ahorra sus recursos en el banco que le paga una tasa de 3.4 por ciento anual, de todos modos resiente una minusvalía de cuando menos 2.68 por ciento, considerable ya para estos tiempos. Una tasa real negativa.

Pero quien recibe una tasa de 0.70 por ciento tiene una caída del valor de su dinero de prácticamente 6 por ciento anual, algo que no se había visto en muchos años, un deterioro del poder adquisitivo del dinero, que es sólo uno de tantos reflejos de lo pernicioso que resulta la inflación para todos, desde los grandes ahorradores y capitalistas, hasta para quien tiene, con muchos esfuerzos, unos cuantos pesos en el banco.

Fondos de inversión, también afectados

En los últimos años, y hasta 2020, los fondos de inversión eran en cierta forma el mejor “antídoto” contra la inflación, algunos incluso se vendían así.

Y sí lo eran, todavía el año pasado el promedio de los fondos se ubicó alrededor del 6.5 por ciento, dependiendo del tipo de fondo, porque algunos pagaban hasta 10 por ciento, nada mal para un país con tasa de inflación de entre 3 y 3.5 por ciento.

Pero también eso cambió; junto con un descenso de la rentabilidad, el repunte de la inflación no sólo castigó los rendimientos, sino que en algunos casos los ha deteriorado a tal grado que ya se encuentran por debajo de la inflación, o apenas en el mismo nivel.

Los rendimientos son variados pero, dependiendo del tipo de fondo de inversión y el plazo, las tasas van desde 0.90 por ciento hasta 2.5 por ciento.

¿Cómo andan los fondos de inversión más agresivos? También depende mucho, pero sus tasas promedio se ubican entre 6 y 6.5 por ciento.

Por supuesto que hay fondos que todavía pagan tasas superiores a la inflación; alrededor de 7.5 y quizás 8 por ciento, casi dos puntos arriba del crecimiento de precios a tasa anual. La mala noticia es que estos mismos fondos pagaban hasta el año pasado tasas de entre 10 y casi 11 por ciento anual, sin olvidar que para ingresar en ellos se requiere un fuerte capital monetario.

El repunte de la inflación y el descenso de las tasas de interés de referencia por parte de los bancos centrales, que determina una tendencia similar en las tasas bancarias comerciales, es una peligrosa combinación cuyos efectos ya observamos en los rendimientos para la gente común, no sólo los grandes inversionistas.

Este aumento de la inflación nos ha regresado a tiempos que creíamos superados; no sabemos cuánto durará el fenómeno, ojalá no se instale demasiado en la economía mexicana porque habría otras consecuencias que también ya creíamos superadas.

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