¿Devaluación o depreciación?, lo que le sucede realmente al peso
El primer concepto que viene a la mente sobre la situación del peso mexicano es herencia de otras épocas; sin embargo, su uso indiscriminado puede llevar a la confusión
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha entrado en confrontación con algunos medios y periodistas al señalar que tratan de asustar a la gente anunciado una inminente devaluación del peso si se cancelan las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Estos le han revirado al señalar que el término utilizado por el presidente electo no es el adecuado, que se han referido a una depreciación del peso y no a una devaluación.
Al margen de revisar lo que ha pasado con el tipo de cambio del peso contra el dólar en las semanas recientes, surgen varias preguntas sobre dicha polémica: ¿Cuáles son las diferencias para el ciudadano común?, ¿enfrenta el peso en los últimos días una devaluación o una depreciación frente al dólar?, por señalar algunas.
Sí, existen diferencias entre los términos devaluación y depreciación, a pesar de que ambos se refieren a la pérdida de valor de una moneda (en este caso el peso mexicano), la diferencia estriba en los escenarios en los que se presentan, asociados a otro término del que poco se habla: régimen del tipo de cambio.
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Para entender un poco más hagamos un breve contexto sobre lo que ha sucedido en materia cambiaria en México las tres últimas décadas.
Historia de devaluaciones provoca que el concepto se use indistintamente
En 1988 México vivía una de las más graves crisis financieras y económicas de su historia, pero todavía le faltaba lo peor.
La década perdida (1980-1990), dejó entre sus legados más representativos y nocivos una profunda y constante devaluación del peso contra el dólar, sí, con esa palabra, devaluación.
peso Existen diferencias entre los términos devaluación y depreciación.
Lo que sucede es que en esa época el régimen del tipo de cambio, es decir, el esquema que utilizaba el gobierno de entonces por medio del Banco de México (Banxico no era autónomo), era de tipo de cambio controlado, en diversas modalidades.
México vivió en esos años y todavía un poco más adelante, casi todos los regímenes cambiarios habidos y por haber, pocos fueron los que le faltaron, especialmente el de la Caja de Conversión, que tuvo Argentina y que llevó a ese país a una debacle económica de la que muchos consideran que todavía hasta la fecha no se recupera.
Este esquema de control del tipo de cambio en diversas modalidades provocaba que la moneda mexicana pasara de un valor a otro, devaluándose.
Estos regímenes de tipo de cambio controlado se terminaron en diciembre de 1994, la última y traumática gran devaluación con su consecuente crisis que llevó al país al borde del precipicio. Desde entonces el tipo de cambio del peso contra el dólar, y contra todas las divisas del mundo, está sujeto a las leyes del mercado, al libre juego de la oferta y la demanda.
Devaluación y depreciación; es lo mismo, pero no es igual
La devaluación de una moneda se presenta cuando dentro de un régimen de tipo de cambio controlado el gobierno o el banco central decide que ésta pase de un valor a otro, con lo que se provocan otro tipo de ajustes en la economía.
Las devaluaciones están asociadas por regla general a crisis, eventos económicos traumáticos que colapsan a las economías, México tiene una larga historia en este sentido.
Otra de las características de la devaluación es que por lo general es irreversible, no existe modo alguno de que se pueda revertir el cambio de valor de la moneda, al menos en la historia financiera de México no hay antecedentes y al parecer en ninguna otra parte del mundo, excepto que se haga una transición a otro régimen cambiario, lo que sí sucede.
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Nunca en la historia de México y del mundo se aplicó la palabra revaluación, que sería lo contrario de la devaluación, pero en la práctica es algo inexistente hasta el momento.
En cambio, una depreciación es el ajuste de una moneda dentro de un esquema o régimen de tipo de cambio libre. La depreciación tiene por regla general su contraparte llamada apreciación, fenómeno que también se presenta en forma constante.
Si bien la depreciación de una moneda también significa pérdida de valor frente a otras, existe la posibilidad de que en algún momento esa pérdida se revierta por completo o parcialmente.
En México tenemos un ejemplo claro: en enero de 2017 el tipo de cambio llegó a cotizar sobre niveles de 22 pesos por dólar en el mercado interbancario, eran los tiempos del gasolinazo y su impacto en la economía nacional. Hoy ese mismo tipo de cambio del peso contra el dólar cotiza alrededor de 19.50 pesos, es decir, claramente hubo un proceso de apreciación del peso, posterior a una fuerte depreciación.
Depreciaciones y apreciaciones profundas, solo en mercados maduros
Algunos podrían criticar que lo dicho anteriormente no es cierto, ya que si bien el tipo de cambio bajó de 22 pesos a 19.50, no se han registrado apreciaciones significativas que lleven al peso a niveles digamos que, de 15 o 10 unidades.
Aunque eso es muy poco probable por el momento en México, en otras partes del mundo ha sucedido en incontables ocasiones, sobre todo en naciones más desarrolladas y con mercados maduros, ahí las apreciaciones y depreciaciones forman parte de la historia.
Por ejemplo, las cotizaciones del yen japonés contra el dólar tienen una historia que rebasa los 150 yenes por dólar como techo, a 70 yenes como piso.
Así funcionan los mercados de divisas en el mundo. Por cierto, en este tipo de plazas financieras la palabra devaluación no existe, es un concepto prácticamente exclusivo de los mercados emergentes, herencia de otras épocas.
En resumen, el término devaluación hace referencia a la pérdida de valor de una moneda, en este caso el peso, bajo esquemas de tipo de cambio controlado.
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En contraste, el término depreciación se refiere a ajustes del tipo de cambio en un régimen de libre flotación.
Las devaluaciones en México terminaron en diciembre de 1994, eso no quiere decir que el peso no pierda valor, lo ha perdido y mucho, pero en ocasiones también lo ha recuperado, está sujeto a las fuerzas del mercado, aunque claro el banco central mexicano actúa como regulador de los movimientos cambiarios.
Es importante utilizar los términos adecuados en aras de una mejor cultura financiera, y para erradicar de una vez por todas aquellos fantasmas de hace 30 años que al parecer todavía viven en este país con la palabra que invoca tragedia financiera: devaluación.
