¿Desaparecerán las Afores? Estos son los 3 escenarios

El próximo 1 de julio, las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro (Afores) posiblemente no tendrán mucho que celebrar. Ese día se cumplen 23 años del inicio del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) basado en cuentas individuales, sistema que la administración en funciones señala (erróneamente) como privatizador de los ahorros de los trabajadores.

Muchas señales había mandado ya el presidente Andrés Manuel López Obrador en torno al tema de las pensiones, en todas ellas señalaba que no estaba de acuerdo con el sistema que dio origen a las Afores.

Sin embargo, este martes 9 de junio fue contundente al final de su habitual conferencia mañanera al señalar que, si pudo revertirse la, desde su punto de vista, mal llamada reforma educativa, así como otras reformas del periodo neoliberal, también se revisará el tema de las Afores.

Más claro ni el agua. Viene una contrarreforma al sistema de pensiones y las Afores tienen muchas posibilidades de desaparecer, por el simple hecho de formar parte de una reforma que el gobierno considera, erróneamente, privatizadora, además de neoliberal y, por lo tanto, corrupta.

A reserva de saber, llegado el caso, la forma y fondo de una eventual contrarreforma, además de lo que sucederá con los miles de trabajadores de las Afores, este autor se ha permitido hacer 3 escenarios sobre lo que sucedería con las administradoras.

Para adelantar juicios y calificativos, el hecho de ser al final del día especulaciones, no le quita valor al ejercicio, y le decimos porqué.

Estos escenarios pueden ser especulativos en la medida en que son eso, simples escenarios que no han ocurrido. Pero, debido a la forma en la que actúa la presente administración en lo relativo a todo lo que huela a pasado, en verdad que pierden su carácter especulativo para convertirse en elementos dignos de tomarse en cuenta para el análisis de lo que puede suceder a los billones de pesos que los trabajadores hemos acumulado en casi 23 años de ahorro ininterrumpido.

Lee: ¿Se privatizaron los ahorros de los trabajadores con las Afores, como dice AMLO?

Escenario poco probable: La reestatización de los ahorros

Quizás sea sorpresivo que este escenario no tenga un alto grado de probabilidad, ya que por el perfil ideológico del jefe del ejecutivo y por las necesidades de recursos que tiene el gobierno, tanto para llevar a cabo sus tareas cotidianas como para impulsar los cambios llamados transformaciones, que desde su punto de vista el país requiere, la reestatizacion de los ahorros de los trabajadores sería la mejor opción para revertir la reforma al sistema de pensiones.

Sin embargo, en el cálculo político quizás logren convencer a quien toma estas decisiones de que hacerlo, reestatizar los ahorros de los trabajadores, supondría una pésima señal, otra, hacia los capitales privados.

Tomar el control estatal directo nuevamente de los ahorros de los trabajadores enviaría la señal al exterior de cerrazón económica, de un estado dilapidador que usaría los fondos para gasto corriente, no para impulsar el desarrollo, de un gobierno expropiador de capitales que cambia las reglas del juego a su antojo.

Aunque ya se han mandado señales en este sentido, hasta ahora las reacciones de los capitales han sido relativamente mesuradas, en el caso de las Afores podría no ser así porque se trata de un impacto directo a recursos monetarios, no a inversiones pasadas, presentes y/o futuras.

El escenario no deja de tener cierta probabilidad, que los recursos sean reestatizados y manejados por el Banco del Bienestar, sobre todo para usarlos con la bandera política de que se administrarán con honestidad y eficiencia, lo que estaría por verse.

La reestatización de los ahorros de los trabajadores sería un error histórico, significaría en los hechos el regreso del sistema de reparto incluso aunque se administren por medio de un organismo autónomo, con mayor razón si son manejados por una entidad financiera estatal, es decir, en manos del estado.

Sería un enorme retroceso que llevaría al país, con los años, a una crisis de magnitudes hasta ahora insospechadas. Pero es un escenario probable, no lo perdamos de vista.

Lee: ¿Qué pasaría si se reestatizan las Afores de los trabajadores?

Escenario muy improbable: La permanencia de las Afores

Como decíamos, la intención de revertir la reforma al sistema de pensiones incluye acabar con todo lo vigente; por lo tanto, las Afores no tienen la mínima oportunidad de permanecer en un “nuevo” SAR.

Mención aparte, las Afores han hecho poco en materia de estrategia para ganar la “simpatía” de la gente.

Sí, seguramente algunas de ellas dirán que eso no es cierto, y posiblemente tengan razón. Pero, el gremio en general no puede ser autocrítico porque le ha faltado a lo largo de 23 años más “conexión” con la gente, en un tema que es de verdad altamente sensible.

Hace algunos años un banquero de antaño platicaba conmigo, se acercaba su retiro y me dijo al final: “uno de los grandes fracasos de cualquier empresa, pero más del medio financiero en general, es que sea considerada como un mal necesario, no tener el apoyo del público, de sus propios clientes, es mortal por necesidad”. Sabias palabras.

Dejando de lado lo anterior y asumiendo el improbable escenario en el que las Afores logren permanecer, habría que revisar de qué manera lo harían.

Para empezar, seguramente tendría que revisarse la ley, modificar algunas cuestiones operativas para seguir fingiendo, perdón, diciendo, que, ahora sí, con ajustes legales los trabajadores tendrán una mejor pensión en el futuro.

Seguramente varias Afores tendrían que desaparecer porque uno de los ajustes fundamentales de la reversión en el SAR como lo conocemos hoy sería el de las ganancias de las Afores versus los rendimientos de los trabajadores.

La caída en las utilidades de las Afores provocaría que varias de ellas decidieran mejor bajar la cortina y enfocar sus baterías a otros mercados de mayor rentabilidad.

Para no herir susceptibilidades, evitaremos decir nombres, pero un eventual periodo de consolidación en el sistema llevaría a un nuevo escenario de cuando mucho 5 Afores, es decir, la mitad de las que hoy existen.

Al final del día las Afores sobrevivientes tendrían que “renunciar” a una parte importante de sus utilidades porque las tasas de comisión podrían incluso ser fijadas por decreto. Se trata de que los trabajadores sigan engañados, perdón, vean que las “voraces” Afores ya no ganan tanto y ahora sí ellos van a tener una pensión de primer mundo en el futuro, supongo que dirán que tendrán una pensión nórdica.

En realidad eso no sucederá, muy independientemente de que las Afores dejen de ser tan “voraces”, porque no cambiará el único elemento que de verdad aumentaría las pensiones de los trabajadores mexicanos: la tasa de aportación.

Y este elemento no se revisará ni mucho menos se aumentará, porque tiene implícito un costo político que, desde luego, no estarán dispuestos a tomar.

Lee: Los pros y contras de la propuesta de retiro adicional de recursos en las Afores

Escenario más probable: Un nuevo y único administrador autónomo; una Afore grandota

De algún modo hay señales que nos llevan a este escenario. La Consar propuso hace poco por medio de su presidente la creación de un instituto en el que se concentren los más de 3 mil sistemas pensionarios que hoy existen en el país (universidades, estados, municipios, etc), para homologar el sistema al de las Afores, con una sola institución que administre estos recursos convirtiéndose de facto en una nueva Afore.

No es la primera vez que lo proponen en Consar, su titular Abraham Vela Dib ya tenía el tema en su agenda desde hace varios años.

¿Por qué no llegar a algo similar, y de plano desaparecer a las Afores para derivar en un SAR de cuarta transformación?

El modelo sería muy similar al suizo, ya que andan en eso de que al final del sexenio tendremos un sistema de salud nórdico, cualquier cosa que eso signifique.

¿Por qué no dejar un SAR nórdico?, o algo que se le parezca.

Así, nacería un nuevo instituto autónomo (seguramente alguno de sus apellidos tendrá la palabra Bienestar), pero desde luego con todo el respaldo del estado, con el mandato de impulsar los ahorros de los trabajadores (nuevamente un engaño porque esto no sucederá mientras no modifiquemos la tasa o cuota de aportación).

Este organismo sustituirá a todas las Afores, que serán historia. Una Afore grandota pues, con todas las atribuciones de la actual ley del SAR, más los ajustes debidos por supuesto.

Uno de estos grandes ajustes podría ser, ¿por qué no?, el marco regulatorio para que la Afore única incremente las inversiones en proyectos de infraestructura, por supuesto previamente elegidos en otras instancias gubernamentales.

El tema de las comisiones sería la gran bandera para “convencer”, aduciendo que esas comisiones que antes se llevaban las “voraces” y neoliberales Afores, ahora se los llevará el pueblo, razón por la que los trabajadores ahora sí tendrán pensiones dignas, algo incorrecto ya que las pensiones posiblemente mejoren, pero unos cuántos pesos, el problema de fondo perdurará porque las bajas pensiones no son culpa de esas entidades “voraces” y neoliberales llamadas Afores, sino de una tasa de aportación vigente en el país y en el SAR desde la era de los bisabuelitos, misma que, todo indica, en esta administración tampoco se corregirá.

Reitero lo dicho en diciembre de 2018: los ahorros de los trabajadores serían una gran tentación para el gobierno, poco a poco se va perfilando como realidad.

De ninguna manera hemos señalado que esos recursos se perderán, pero pueden ser utilizados para impulsar proyectos gubernamentales ya con un marco legal ajustado, recursos que si bien, en efecto, podrían impulsar el desarrollo nacional, estaría por verse si con el paso de los años no se dilapidaron nuevamente, con las consecuencias que padecerá toda una generación.

Este asunto, el de las pensiones, es de relevancia nacional. Es mucho más relevante y delicado que varios más a los que se les pone mayor atención.

Pero, desafortunadamente no se dimensiona en ese sentido, ojalá no cometamos el error de dejar de impulsar el debate y permitir, nuevamente, que un grupo decida lo que más nos conviene a los millones de trabajadores del país.

Antonio Sandoval