Cuentas de trabajadores asignados, el gran pendiente de las Afores
El hecho de que más de 19 millones de trabajadores no tengan Afore obedece a un desinterés mutuo entre clientes y Afores.
Las cuentas de los trabajadores que no han elegido alguna Afore en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), totalizan la cantidad de 19 millones 4 mil 818 al cierre de septiembre pasado (el dato más actualizado); con respecto a las cuentas totales se trata prácticamente de la tercera parte, 29.29 por ciento del gran total, para ser exactos.
Es sin duda uno de los grandes pendientes de las Afores, que no han cumplido cabalmente con el objetivo para el que nacieron: administrar las cuentas de ahorro para el retiro de todos los trabajadores mexicanos, al no haber incorporado hasta la fecha a más de 19 millones de trabajadores, quienes por alguna razón no abren cuentas en estas instituciones. Tener una cuenta de ahorro para el retiro no significa en automático estar afiliado a una Afore.
Si bien la cifra total de recursos administrados por las Afores es muy alto, 3.66 billones de pesos solamente en Retiro Cesantía y Vejez, más conceptos como ahorro voluntario así como fondos de previsión social, el monto de las cuenta de estos más de 19 millones de trabajadores que no tienen cuenta en alguna Afore no es nada despreciable, suma la cifra de 44 mil 174.8 millones de pesos, monto que fortalecería las finanzas de cualquier Afore, sobre todo de las que menos cuentas manejan en el sistema.
Las causas de la no afiliación
El hecho de que más de 19 millones de trabajadores no tengan Afore obedece a un desinterés mutuo, es cierto que los titulares de las cuentas no quieren acercarse a las administradoras, pero también es claro que las Afores no enfocan su batería comercial a la captación de estos clientes, no hay interés por estas cuentas debido básicamente a dos causas:
1) Son cuentas que en su mayoría tienen montos pequeños en sus saldos, por lo tanto significan para las Afores un esfuerzo adicional muy importante con escasa rentabilidad, a menos que pudieran captar todas esas cuentas o una gran parte de ellas, de lo cuál no existe ninguna garantía, por lo que las Afores prefieren no “atacar” mucho ese mercado.
2) En gran medida, las cuentas de trabajadores que no tienen Afore pertenecen a trabajadores intermitentes laboralmente hablando, entran y salen del mercado formal y por lo tanto no son constantes en sus aportaciones, eso redunda en sus bajos saldos.
El costo de no afiliarse a una Afore
Las expectativas de pensión en México son muy bajas; las estimaciones más benévolas calculan una tasa de reemplazo (porcentaje del sueldo que obtendría un trabajador al momento de pensionarse), de 45 por ciento como máximo; mientras que otros calculos consideran que cuando mucho este indicador será de 35 por ciento, y menor.
Eso siempre y cuando los trabajadores coticen constantemente toda su vida laboral en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), mediante una Afore, instituciones que supuestamente pagan las tasas más altas posibles al ahorro para el retiro. Con todo, las tasas de reemplazo no son las más adecuadas considerando que la OCDE señala un mínimo de 80 por ciento.
En consecuencia, cuando un trabajador no elige alguna Afore para que sus recursos sean administrados, esos fondos corren el riesgo de ser depositados en la cuenta concentradora del Banco de México (Banxico), que por ley pagan una tasa de 2 por ciento anual, evidentemente muy baja para generar el capital suficiente que con el tiempo pague a los trabajadores una pensión decorosa.
En otras palabras, si los trabajadores que se han afiliado desde su inicio laboral a una Afore tienen una muy baja expectatativa de pensión, aquellos que no han elegido Afore están automarginándose del sistema pensionario sin saberlo.
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