Farmacéuticas estadounidenses se alían con China para producir medicamentos

Farmacéuticas chinas superan a Estados Unidos, produciendo medicamentos más rápido y con menos recursos. Gigantes como Summit, Merck y AstraZeneca eligen a China para fabricar fármacos innovadores.
Durante décadas, la biotecnología estadounidense prosperó en hubs como Boston-Cambridge y el área de la Bahía de San Francisco, alimentada por talento de universidades como MIT y Stanford. Pero ahora, los grandes laboratorios farmacéuticos buscan alternativas más rentables. En lugar de gastar 10,000 millones de dólares en adquirir una biotecnológica estadounidense con una terapia en fase intermedia, pueden licenciar un fármaco similar de China por una fracción del costo.
El mercado de medicamentos contra la obesidad es un claro ejemplo. Eli Lilly y Novo Nordisk lideran con sus tratamientos GLP-1 como Wegovy y Zepbound. En vez de desarrollar inyecciones similares, otros gigantes farmacéuticos buscan píldoras más convenientes.
Tanto Merck como AstraZeneca han recurrido a China para esto. En 2024, Merck optó por licenciar un fármaco GLP-1 oral de Hansoh Pharma por 112 millones de dólares más pagos futuros de hasta 1,900 millones. Un año antes, AstraZeneca firmó un acuerdo similar con Eccogene por 185 millones iniciales y posibles hitos de 1,830 millones de dólares.
Estos acuerdos son excelentes para las grandes farmacéuticas, pero suponen un desafío para las biotecnológicas estadounidenses y sus inversionistas. La dificultad de predecir la competencia china está afectando la valuación de startups biotecnológicas en Estados Unidos, lo que ha contribuido al estancamiento del ETF S&P Biotech en los últimos dos años, mientras que el S&P 500 ha subido un 48%.
China, el nuevo jugador en el sector farmacéutico
Así como China evolucionó de fabricar dispositivos a liderar innovaciones en inteligencia artificial, también está avanzando en biotecnología. En 2020, menos del 5% de las grandes transacciones farmacéuticas (superiores a 50 millones de dólares) involucraban a China. Para 2024, ese porcentaje había escalado al 30%, según DealForma. Se espera que en una década muchos de los nuevos fármacos en el mercado estadounidense provengan de laboratorios chinos.
Por un lado, científicos chinos formados en Estados Unidos han regresado, creando centros de innovación alrededor de Shanghái. Además, China ofrece ventajas en costos y rapidez: los ensayos clínicos cuestan una fracción de lo que cuestan en Estados Unidos, y los cambios regulatorios han acelerado los tiempos de aprobación.
Por ahora, la innovación china es más incremental que disruptiva. Muchas compañías se enfocan en mejorar medicamentos existentes en lugar de desarrollar terapias completamente nuevas. Sin embargo, esto ya está alterando el ecosistema estadounidense de desarrollo de fármacos.
Un llamado de atención para Estados Unidos
Desde la perspectiva de los pacientes, la competencia global es una victoria: lo que importa es la eficacia de los tratamientos, no su origen. Sin embargo, para los legisladores estadounidenses, el auge de la biotecnología china es una alerta. La competencia en innovación no se limita a la inteligencia artificial o las criptomonedas; también está redefiniendo las ciencias de la vida.
Por ejemplo, en septiembre, Summit Therapeutics, respaldada por el multimillonario Bob Duggan, anunció que su medicamento había superado a Keytruda, la terapia estrella de Merck para el cáncer de pulmón, en un ensayo comparativo directo.
Keytruda, con ventas anuales de 30,000 millones de dólares, es el fármaco más vendido en la industria farmacéutica. La posibilidad de un competidor superior provocó un impacto sísmico en el sector. Aún más sorprendente fue el origen del medicamento: Summit lo había licenciado apenas dos años antes a la desconocida compañía china Akeso.
La noticia elevó la capitalización bursátil de Summit en miles de millones de dólares, colocándola entre las principales biotecnológicas a pesar de no contar con fármacos aprobados. Aunque el medicamento aún no ha recibido aprobación regulatoria en Estados Unidos, los resultados reafirmaron la creciente influencia de China en el sector.
El caso de Summit y Akeso no pasó desapercibido para Merck. Pocos meses después de los resultados del ensayo de Summit, Merck anunció la adquisición de otro prometedor fármaco contra el cáncer basado en el mismo principio de un anticuerpo de doble acción contra PD-1 y VEGF. Este medicamento tiene como origen LaNova Medicines, una biotecnológica con sede en Shanghái.
“Si buscas innovación, ese es el lugar lógico para ir”, afirmó Duggan recientemente.
Con información de The Wall Street Journal.
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