Estos son los retos que México enfrentará con la presidencia de Trump

Agresivas medidas contra migrantes ilegales, lucha antidrogas, y aranceles a mercancías mexicanas, dominan la agenda del nuevo presidente de EEUU.
El endurecimiento de las políticas migratorias y fronterizas, con miras a expulsar a quienes permanezcan de manera irregular en Estados Unidos, la imposición de aranceles; y un replanteamiento de la cooperación bilateral para combatir a los carteles de la droga, son los principales problemas que México enfrentará desde este lunes con el arribo de Donald Trump a la presidencia estadounidense.
El político y empresario conservador, de 78 años, llega por segunda ocasión a la Casa Blanca con la intención de firmar -inmediatamente- 100 órdenes ejecutivas (decretos) que involucran alrededor de 100,000 millones de dólares en propuestas, de acuerdo con senadores del Partido Republicano, aliados de Trump.
Entre esas ordenanzas se destacan las relativas a la migración ilegal y a la seguridad fronteriza.
De hecho, es factible que el magnate declare una emergencia nacional en la frontera con México para iniciar un programa de deportaciones masivas, lo que podría incluir utilizar a elementos del Ejército o de la Guardia Nacional de ese país.
Las declaraciones de emergencia nacional le permiten al presidente de Estados Unidos ejercer más de 130 facultades especiales, que incluyen acceder a fondos federales sin necesidad de la aprobación del Congreso, de conformidad con el Título 50, secciones 1601 a 1651, del Código estadounidense.
“Quédate (de nuevo) en México”
En ese tenor, la noche del domingo en un mitin de celebración con sus partidarios, Donald Trump adelantó que, en su discurso de inauguración, este lunes dará a conocer las primeras medidas que su gobierno implementará para “restaurar” la frontera entre Estados Unidos y México.
“Para el momento en que anochezca, (…) la invasión en la frontera se habrá detenido y los invasores ilegales, de alguna forma u otra irán de camino a casa”, dijo al referirse al fenómeno de la inmigración ilegal.
Otra de las acciones que pretende lograr el nuevo mandatario norteamericano es cerrar la frontera entre Estados Unidos y México para todos los solicitantes de asilo: Su intención es que el territorio mexicano se convierta -nuevamente- en “tercer país seguro” para las personas que piden la protección del gobierno de la Unión Americana.
El problema de esto último es que la figura de “tercer país seguro” es violatoria de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, ya que el artículo 33 de ese instrumento internacional establece claramente que los países tienen prohibido remitir a los solicitantes de refugio o asilo a una tercera nación.
La política “Quédate en México” (Remain in Mexico), implementada en enero de 2019 en la primera administración presidencial de Donald Trump, previsiblemente será reactivada por este, trasgrediendo la legislación internacional y poniendo en aprietos al gobierno mexicano.
En nuestro país, ni los estados ni el gobierno federal cuentan con la infraestructura y recursos económicos que se necesitan para poder atender a los migrantes que solicitan asilo en Estados Unidos.
Además, a estos se les sumarán las personas que serán deportadas, y aquellas que se encuentren en tránsito y no logren cruzar al lado norteamericano, ya que -si Trump declara emergencia nacional en su frontera sur- esta será reforzada para impedir el tránsito ilegal de personas.
Comercio bilateral en riesgo
El déficit comercial que mantiene Estados Unidos con México es un tema que estará varios meses en la agenda del mandatario estadounidense, quien considera que su país “subsidia” al nuestro al comprar productos mexicanos.
La imposición de aranceles a algunas de estas mercancías prometen ser un dolor de cabeza no solo para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, sino sobre todo para el sector privado exportador.
Asimismo, hay otras áreas de la economía mexicana que podrían verse afectadas si México responde de la misma forma a los aranceles de Trump.
Imponer el pago de impuestos a los productos que Estados Unidos nos vende podría generar una espiral inflacionaria en nuestro país, ya que México adquiere de esa nación gasolina, trigo, maíz, leche, pollo, gas natural, vacunas y medicamentos, entre otros.
Según datos del Banco de México, de enero a noviembre de 2024 nuestro país importó de la Unión Americana 231,680 millones de dólares en mercancías.
Más cooperación
A su vez, México no debe descartar que Trump cumpla su amenaza y designe a los carteles de la droga mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (Foreign Terrorist Organization o FTO).
El tráfico de estupefacientes, en especial de fentanilo, y en general las actividades de estos grupos delictivos, son vistos en Estados Unidos como un problema para su seguridad nacional.
Al gobernante estadounidense y a los funcionarios que le acompañarán en su gestión, no les interesa escuchar que el gobierno mexicano “está combatiendo las causas” del crimen, pues lo que Donald Trump quiere es que México detenga el flujo de sustancia ilícitas que entran por su frontera.
Si bien este problema no solo es responsabilidad de nuestro país, pues el trasiego de drogas funciona a partir de la demanda que existe en Estados Unidos, la administración de Sheinbaum necesariamente deberá ampliar la cooperación bilateral antidrogas.
De lo contrario, podrían repetirse operaciones estadounidenses a espaldas del gobierno de México, como la que permitió el traslado a ese país del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada.
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