Tara McPherson y el encanto de lo siniestro

Por Vicente Jáuregui, editor de la revista Marvin

El arte de Tara McPherson tiene su encanto en la habilidad de cubrir lo siniestro con un halo de inocencia. De manera similar a los personajes animados de Tim Burton que son sanguinarios pero adorables, McPherson ha construido un mundo gótico pero colorido de personajes sólo en apariencia descorazonados pero llenos de una vitalidad casi infantil.

Difícilmente no podría ser tan ecléctica y multidisciplinaria la obra de una nativa de San Franciso, epítome de entrecruces donde puede nacer un gusto por el rock, la pintura renacentista, la tradición japonesa Otaku y el encanto posmoderno del super-flat, el cómic y los videojuegos. Podríamos decir que es pintura si sólo leyéramos su cédula universitaria pero también ha hecho trabajos de cómic de la mano de DC; en el mundo del rock desarrolla paisajes oníricos a través de postres, ha ilustrado afiches para bandas como Depeche Mode, Beck, Modest Mouse, etc; aborda la ilustración con cierto estilo, no desdeña el dibujo y aporta su visión a juguetes de compañías como Kidrobot, Darkhorse y Toy2R.

Vive en Nueva York  donde sus dotes pedagógicas se extienden entre los estudiantes de Parsons. Recientemente mostró parte de su obra en la Ciudad de México en una galería de la colonia Roma y allí nos aclaró algunas dudas sobre su trabajo.

¿Cómo fue que empezaste a hacer pósters para bandas de rock?
Cuando estaba en la universidad no tenía tiempo para ver bandas en vivo; y después de que me gradué mis amigos y yo formamos una banda y ellos me pidieron que hiciera postres para nosotros. Además desde hace muchos años colecciono pósters. Comencé a hacer algunos trabajos para bandas y después me acerqué a Knitting Factory de Los Ángeles y me dijeron que sí podía colaborar con ellos y hasta me dejaron elegir a qué bandas les haría un poster. Era muy divertido y a partir de allí ha ido creciendo.

También trabajas en cómics, ¿qué tan diferente resulta ese mundo de lo que haces en pintura?
Es muy diferente porque hay una dirección de arte y los creadores siempre tienen una idea muy precisa de lo que quieren, tengo cierta liberta creativa pero a partir de sus personajes. El guionista tiene todo escrito muy específicamente por escenas así que hay mucho control y es divertido, pero prefiero tener la mayoría del control artístico.

Trabajaste con Matt Groening el creador de los Simpsons, ¿qué recuerdas de ello?
Fue increíble y muy divertido. Estuve como asistente en la serie de Futuraza cuando estaba en la universidad, paré un poco de estudiar y estuve con ellos alrededor de 8 meses. Aprendí mucho sobre todo de animación y diseño de personajes y eso me ayudó mucho al desarrollo de la línea de juguetes que tengo.

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