Lisa Yuskavage, derribando tabúes femeninos
Una particular visión de la belleza y la sexualidad femenina es el punto de partida en la excelente obra de esta artista graduada en Yale.
El trabajo de Lisa Yuskavage es bello en su más pura esencia. Hablamos de una artistas sumamente controversial, una valiente que tomó la figura femenina para amoldarla de formas peculiares…y sensuales.
Y es que claro, el erotismo es su mejor arma de seducción. Yuskavage deforma y exagera las siluetas, pinta mujeres con senos y caderas enormes divididas por cinturas diminutas. Tal es su osadía que incluso ha deformado al más grande icono de la belleza femenina: Barbie.
Sus mujeres como objetos de deseo son el combustible para la creatividad de esta artista nacida en Pensilvania, en 1962. Además, se vale de la expresión de los rostros; inocentes, provocadores, a veces ausentes cuando el cabello o extrañas sombras lo cubren. Es la manera de la artista para decir que las chicas se sienten incómodas al ser observadas.
“Mis personajes son autoretratos parciales que han nacido a partir de mi interminable psicoanálisis con una terapeuta cuya fisonomía a veces aparece en mis pinturas, comúnmente con una nariz redonda que tiene un matiz que va de lo coqueto a lo perverso”, así define su obra Lisa Yuskavage.
Amarillos, púrpuras, rosas y verdes son los ambientes que predominan y reiteran la condición femenina, al igual que los decorados con flores y frutas.
La mujer empoderada y bella, la mujer que derriba tabúes y se erotiza y desea. Eso es lo que muestra Yuskavage en su obra, un juego entre la personalidad, el rol, la luz y el sentido de pertenencia de cada chica. Hoy y ahora.
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