La energía cinematográfica de Penélope Cruz

Penélope Cruz es del tipo de mujeres que tienen fans o detractores, casi nadie llega a comentar algo como “no me gusta tanto” o “en algunas actúa bien pero en otras no”; la aman o la odian. Pese a esto, ha logrado lo que ninguna actriz estadounidense: tres candidaturas al Oscar, y este año va por su segundo premio.

Para llegar a donde está, ha sido explotada por directores como Bigas Luna, Fernando Trueba, Isabel Coixet y por supuesto Almodóvar. Entre otros de sus logros destacan: un Bafta, un premio a la mejor actriz en Cannes, un David di Donatello, dos premios del cine europeo, tres goyas, tres candidaturas a los Globos de Oro, un Independent Spirit y hasta una candidatura a los Razzie, los antioscar.

Con 35 años, sigue siendo buscada por los directores, pero en este punto de su carrera, ya no se da el lujo de aceptar cualquier papel, como hace unos años hacía en pro de hacerse un nombre en el medio. Ahora busca tener tiempo para otras cosas que también le interesan, además del cine.

Desde pequeña, la chica de Jamón, jamón soñaba con un Oscar, y según sus propias palabras, “en Alcobendas, el lugar donde nací, esto no era algo realista”, por eso las noches de la ceremonia de entrega de los premios, se quedaba toda la noche despierta, mirándola. Su acercamiento con el mundo del arte fue a través de la danza y después de ello brinco a la esfera musical apareciendo en el video de La fuerza del destino, de Mecano. A partir de entonces ha ido construyendo su imperio con ímpetu y pasión.

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