Autos personalizados, tendencia de producción
Para los que no pueden quedarse atrapados en lo ordinario y buscan activamente la individualidad.
Para los que no pueden quedarse atrapados en lo ordinario y buscan activamente la individualidad.
Existe en el mundo automotriz una exclusividad discreta que aumenta los sentimientos de placer asociados a la obtención de un objeto de lujo.
La mayoría de las armadoras se ocupan de complacer los deseos de sus clientes, casas como BMW o Bentley tienen departamentos específicos en los que su lema podría ser: “si es técnicamente posible y la chequera está abierta, con gusto lo haremos”.
A la medida
En 1992 BMW presentó el primer 750iL personalizado, que el diseñador de moda Karl Lagerfeld mandó a producir, agregándole despachadores de pañuelos desechables en las puertas traseras. La creación más reciente de la firma es un 760Li, a pedido del fabricante de relojes Girard Perregaux, el cual se equipó con un estuche para relojes, una mesita y pantallas de video para que los clientes potenciales puedan interactuar y conocer a detalle cada pieza de relojería.
La casa Bentley cuenta con la división Mulliner, donde abundan las anécdotas como la única petición que no pudo cumplir: cubrir totalmente un motor con oro; algunas piezas perdían su tono dorado cuando se calentaban, por eso el capricho no pudo ser llevado a cabo.
Dentro de los talleres de AMG donde se arman los motores de alto rendimiento de Mercedes-Benz, encontramos el equipo Designo, encargado de transformar los modelos al gusto del propietario, echando mano de pieles, maderas exóticas, pinturas en tonos exclusivos e incluso algunos minerales. Finalmente la firma Lamborghini, anuncio este año durante el auto show de Detroit, la creación del programa Ad Personam, que permite a sus clientes elegir libremente el color del auto y personalizar también el interior.
En un mundo donde los autos son vehículo de identidad, esta personalización es básica para quienes quieren gritar “Este soy yo y éste es mi auto”.