Alexander McQueen, L’enfant terrible del diseño
El inglés cautiva a hombres y mujeres con diseños oscuros, góticos, llenos de una sensibilidad romántica y única.
El inglés, Alexander McQueen, comenzó desde pequeño a confeccionar ropa. Lo hacía para sus hermanas y ya mostraba talento e imaginación en cada creación.
Se graduó en la prestigiosa escuela St. Martins College of Art & Design y sus aptitudes no pasaron desapercibidas para los sastres Anderson & Sheppard que le ofrecieron incorporarse a la firma. Luego, trabajó para Romeo Gigli y Koji Tatsuno, antes de abrir su estudio en East London.
Creó su propia marca y la fama comenzó. Una fiel clientela, entre la que figuraban destacadas personalidades del mundo de la moda, consagraron día a día su carrera.
Así, en 1996 y 1997, ganó el premio al mejor diseñador del año. También fue nombrado sucesor de John Galliano al frente del equipo de diseño de la casa Givenchy, gracias a su brillante creatividad y maestría técnica.
En 2000, la marca Gucci adquirió las acciones mayoritarias de la firma de McQueen. Esto le permitió desvincularse de la marca Givenchy y LVMH que, en sus palabras, limitaba su creatividad.
El niño terrible
McQueen es apodado “L’enfant terrible”, siendo uno de los más polémicos y grandes diseñadores de la historia.
Diseños oscuros, pero siempre femeninos, que han seducido desde Bjork hasta la Duquesa de Westminster. La influencia de cortes angulares y agresivos tiene su origen en el figurinista de la MGM Adrian, Christian Dior y Thierry Mugler.
También tiene su propio perfume, y en 2003 lanzó su colección para hombres, hecha a medida y producida por la sastrería Huntsman, de la londinense Savile Row. En 2004, se dio a conocer por primera vez en la pasarela de Milán su colección prêt-à-porter masculina.
En la actualidad, presenta sus colecciones en la Semana de la moda de París y cuenta con tiendas en las principales ciudades del mundo.