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Economía

Esta será la “cicatriz” que dejará en México la estrategia contra la pandemia, advierte Moody’s

29-01-2021, 8:22:33 AM Por:
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La respuesta económica del país contra los efectos de la pandemia es una de las menos agresivas del mundo, similar a la de Uganda.

La austeridad fiscal es benéfica para las finanzas de corto plazo del país; entre algunos de los beneficios que tiene están el hecho de que México no tendrá que reducir en medio de la pandemia el tamaño del gobierno (recortes), limita también el aumento de la deuda y mitiga el grado en el que la calidad del crédito soberano podría deteriorarse.

Así, México cerró el año pasado con déficit fiscal de 4.1 por ciento del PIB, lo que equivale a menos de la mitad de la mediana latinoamericana que se ubicó en 8.6 por ciento.

Todo lo anterior le proporciona al país cierto valor crediticio, según estima la correduría Moody’s Investor Services en un análisis denominado “Gobierno de México. Preguntas frecuentes sobre la trayectoria del crédito soberano en medio de un crecimiento débil, perspectivas, austeridad fiscal y apoyo a Pemex”.

Otro beneficio consiste en el hecho de que para 2021, la carga de la deuda del país sería menor respecto a otras naciones similares, lo que proporcionaría cierto “oxígeno” en momentos críticos como los que vive la economía del mundo.

Depositphotos México cerró el año pasado con déficit fiscal de 4.1 por ciento del PIB.

Sin embargo, en el contexto de la pandemia, la austeridad fiscal que ha caracterizado a la actual administración provocó una respuesta que proporciona liquidez y apoyo limitado a los ingresos de las empresas y hogares, ya que se hizo poco para contrarrestar el impacto económico de la pandemia.

En ausencia del apoyo gubernamental, los niveles de ingreso y empleo se han deteriorado, las pequeñas empresas enfrentan riesgos reales de cierre definitivo y todo lo anterior obstaculizará la demanda interna y la capacidad de la economía para recuperarse más rápido.

Moody’s advierte que la estrategia económica del gobierno a la pandemia y sus efectos dejará potencialmente una “cicatriz duradera” sobre la fortaleza económica del país.

Resulta que la respuesta de México es una de las menos “agresivas” del mundo; las medidas que implementó representan sólo el 1.1 por ciento del PIB, que representa un porcentaje cercano al de Uganda cuyas medidas equivalen a sólo el 0.8 por ciento del PIB, esta respuesta también es inferior al 1.7 por ciento de Egipto.

En contraste, otras naciones emergentes de América Latina optaron por respuestas fiscales con magnitudes muy superiores, destacan los casos de Chile, Perú y Colombia, cuyas medidas fiscales representaron niveles de entre 5.3 y hasta 10.7 por ciento de su PIB, con medidas como inyección directa de liquidez, garantías de crédito, aplazamiento de impuestos y mayor inversión pública para el apoyo de la demanda interna.

Como consecuencia, en relación con otros países latinoamericanos y de mercados emergentes del G20 la recuperación del país será una de las más débiles y rezagada; se calcula que naciones como Rusia, Perú, Brasil, Sudáfrica, China, Turquía, India, Arabia Saudita, Chile y Colombia, alcanzarán los niveles de producción registrados en 2019 hacia el año 2022, México no.

La “cicatriz duradera” consiste en el hecho de que la austeridad fiscal es en efecto relativamente benéfico para las finanzas del país porque proporciona cierto margen de maniobra y coloca al país como uno de los que menos ajustes en finanzas públicas debe realizar. Sin embargo, deja expuesta a su economía real a una incierta y prolongada recuperación, al tiempo que condena al país a una lenta recuperación, no exenta de riesgos adicionales.

Cortesía de Restaurantes El Bajío Resulta que la respuesta de México es una de las menos “agresivas” del mundo / Cortesía: Restaurantes El Bajío

La apuesta de México con su estrategia económica frente a la pandemia es exactamente la opuesta a la que hizo prácticamente el mundo entero, es decir: inyección de recursos directamente a la planta productiva, relajamiento fiscal consistente en medidas como aplazamiento de impuestos, reducción de los mismos o una combinación, esquemas de apoyos crediticios, más otra serie de medidas que se han desplegado a lo largo de los meses. México sólo apostó a la austeridad fiscal.

La deuda pública seguirá aumentando

Dicha austeridad fiscal no evitará que la deuda pública del país se mantenga al alza y eventualmente reduzca el margen de acción para las autoridades hacendarias en materia de finanzas públicas.

Moody’s Investor Services calcula que la deuda federal aumentará 7.5 puntos porcentuales del PIB en 2020 en comparación con 2019, aunque reconoce que dicha tasa se compara favorablemente con el promedio latinoamericano que se ubica en 13.5 puntos porcentuales, pero se explica precisamente por la menor respuesta fiscal a la pandemia.

Por lo tanto, México tendrá una mayor carga de intereses en relación con 2019; junto con la gran contracción económica, el efecto de una fuerte depreciación del peso fueron los principales impulsores del aumento de la deuda.

El fenómeno no se detendrá en los años 2021 y 2022 a pesar de que se mantenga la austeridad fiscal; Moody’s espera que la deuda aumente a ritmo relativamente modesto de 3 puntos porcentuales por año, impulsado por un déficit primario y una carga de intereses del 2.4 por ciento del PIB cada año, a pesar del entorno de tasas de interés más bajas.

Además, bajo el escenario base que maneja la calificadora, se prevé un aumento acumulado de 15 puntos porcentuales para 2023, con lo que la deuda como porcentaje del PIB se ubicaría en 51.4 por ciento desde el 36.4 por ciento registrado en 2019.

Pero, si el brote de coronavirus empeora, frena las perspectivas de crecimiento económico y el gobierno enfrenta crecientes presiones sociales para aumentar el gasto, aunque sea modestamente, la deuda podría alcanzar el 56 por ciento del PIB para 2023.

En otro escenario, si asumiéramos que el gobierno apoyará a Pemex y aumentará su gasto de capital en hasta 10 mil millones de pesos para elevar la producción de manera sostenida, además del respaldo de liquidez y pago de deuda que proporciona a la petrolera, entonces, la deuda del gobierno podría aumentar hasta 59 por ciento del PIB para 2023.

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