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Raúl Flores, el empresario deportivo y musical ligado al narcotráfico

11-08-2017, 12:34:37 PM Por:

Raúl Flores tiene una larga historia en el mundo deportivo y musical de México, en el que sus negocios llamaron desde hace varios años la atención de las autoridades de México y EU.

A pesar de que en México era prácticamente desconocido, Raúl Flores Hernández es un “significativo” líder de una organización criminal que ha operado durante décadas con un bajo perfil, de acuerdo con la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).

Tras una larga investigación conjunta entre esa agencia y el Departamento del Tesoro del país vecino, Flores Hernández fue identificado por esas instituciones como un traficante de drogas que ha sido apoyado en sus actividades por 42 empresas y 21 personas, entre las que se encuentran, siempre según la DEA, el futbolista Rafael Márquez y el cantante Julión Álvarez.

De acuerdo con la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro estadounidense, Raúl Flores Hernández “ha operado durante décadas debido “a sus duraderas relaciones” con el crimen organizado. En específico se le señala por mantener nexos con los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.

Este hombre, que fue detenido el pasado 20 de julio, solía utilizar tanto a compañías como a personas para “enmascarar sus inversiones procedentes del tráfico ilegal de drogas”, aseguró en un comunicado John E. Smith, director de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC, por sus siglas en inglés). Esa institución considera de manera unilateral que tanto Rafa Márquez como Julión Álvarez han mantenido relaciones “de larga data” con Flores Hernández.

Según la DEA, desde los años ochenta Flores posee una amplia red de empresas en México entre las que se encuentran consorcios deportivos, de salud, de rehabilitación, y compañías que prestan servicios recreativos: Es dueño de restaurantes y bares, posee una productora de música, un casino, además de otras firmas turísticas.

Entre los negocios señalados por la OFAC, que presuntamente son propiedad de Flores Hernández, se incluyen el club de futbol Deportivo Morumbi, en el que también habría participado Rafael Márquez; el Gran Casino de Guadalajara, ubicado en el municipio conurbado de Zapopan; los bares Carmelias y Nocturnum; el centro de rehabilitación deportiva Prosport & Health Imagen; y la productora musical Noryban Productions.

Las actividades de esas compañías servían para blanquear recursos procedentes del narcotráfico, a decir del Departamento del Tesoro estadounidense. Fue justo con esta investigación que se encontraron los presuntos nexos de Flores con Márquez y Álvarez, aunque estos últimos niegan cualquier vínculo con el detenido.

La ley que utilizó el Departamento del Tesoro para acusar a Rafa Márquez y Julión Álvarez.

En busca de pistas

El cantante de música regional mexicana reconoció el jueves ante los medios de comunicación que conocía a Raúl Flores, pero solo como empresario, negando estar al tanto de sus presuntas actividades delictivas. No obstante, la DEA y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos insisten que Álvarez y Márquez “han mantenido una larga relación con Flores Hernández, y han actuado en su nombre”.

La OFAC también señaló a los mexicanos Marco Antonio Fregoso González y Mauricio Heredia Horner, “por actuar en nombre de Rafael Márquez”, toda vez que durante años han fungido como apoderados del futbolista, contando con la capacidad para llevar a cabo todo tipo de negocios en nombre del seleccionado.

Raúl Flores, de 66 años de edad, no es un desconocido en el sistema penitenciario mexicano, pues en 2013 fue apresado y enviado durante dos años al Centro Federal de Readaptación Social número 4, ubicado en El Rincón en el estado de Nayarit. En esa ocasión fue acusado por su presunta responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Además, el gobierno de nuestro país le ha seguido la pista a Flores desde hace más de un lustro, pues en agosto de 2010 la PGR ofreció una recompensa de cinco millones de pesos a quien proporcionara información para localizar a quien también se le identifica como Miguel Casas Linares. La Fiscalía federal mexicana publicó entonces la oferta en el Diario Oficial de la Federación, señalando a Raúl Flores como miembro de la delincuencia organizada, aunque esa dependencia omitió dar detalles sobre los cargos en su contra “para evitar que se pongan en riesgo las investigaciones”.

Con esos antecedentes fue que también iniciaron las pesquisas de las autoridades de Estados Unidos, que tienen como objetivo detener el flujo de drogas que llega de manera ilegal a ese país, así como “exponer a los capos del narcotráfico, y a aquellos que les facilitan sus redes financieras ilícitas”, enfatizó el documento de la OFAC.

Raúl Flores Hernández, quien es solicitado en extradición por Estados Unidos, fue detenido la mañana del 20 de julio en un restaurante del municipio de Zapopan, Jalisco. Los encargados de su aprehensión fueron elementos de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR), quienes lo pusieron a disposición de un juez de Distrito en el Reclusorio Sur de la Ciudad de México.

Estos detalles se hicieron públicos hasta esta semana, tras la identificación del presunto delincuente anunciada por las autoridades estadounidenses. De hecho, el gobierno de la CDMX desconocía el grado de peligrosidad de Flores, según admitió la secretaria de Gobierno Patricia Mercado, por lo que este fue entregado a las autoridades federales quienes lo llevaron al penal de máxima seguridad del Altiplano, donde permanecerá recluido en lo que se define su extradición a la Unión Americana.

autor Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.
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