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Plásticos de un solo uso en México

04-06-2020, 9:00:16 AM Por:
© iStock

El objetivo de disminuir la cantidad de residuos plásticos y el grave impacto que éstos tienen en el medio ambiente.

La lucha contra la comercialización, distribución y entrega de productos de plástico de un solo uso se ha intensificado a nivel mundial, con el objetivo de disminuir la cantidad de residuos plásticos y el grave impacto que éstos tienen en el medio ambiente.

Al inicio de 2020, fue publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, el Decreto que reformó, adicionó y derogó diversos artículos del Reglamento de la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal.

A través de dicho decreto, se pretende atender diversas disposiciones jurídicas en materia ambiental, que permitan alcanzar un manejo, producción y consumo sustentable de residuos sólidos, entre los cuales se encuentra el plástico.

La intención, a grandes rasgos, es eliminar residuo de material plástico que no sea susceptible de ser incorporado en un sistema de reúso, reciclaje y/o a degradarse biológicamente, sin dejar residuos tóxicos visibles o distinguibles.

Estas medidas impactan directamente a fabricantes y empresas que producen, utilizan y/o trabajan estos materiales, quienes deberán someterse a la regulación que ya existe en otros países, en donde se está direccionando la industria hacia el uso de “materiales compostables”, es decir, que pueden biodegradarse fácilmente.

En Colombia, por ejemplo, desde 2016 rige la prohibición de bolsas plásticas. En Argentina existe una normativa similar desde 2018. En Europa, desde marzo de 2019, se prohibieron artículos de plástico de un solo uso, como los popotes y los cubiertos.

Lo más aconsejable, ahora, para los fabricantes y empresas es invertir en la investigación y el desarrollo de tecnologías que permitan prevenir, controlar y abatir la contaminación causada por la generación de residuos sólidos.

Sin embargo, no todas las compañías están preparadas para enfrentar estos cambios, ni para desarrollar nuevas tecnologías o funcionar con un suministro de productos alternativos.

Las que puedan recibir el mayor impacto de la regulación son las micro, pequeñas y medianas empresas, que en el desarrollo de sus negocios dependen del uso de productos de plástico con estas características, y para quienes sustituir dicho material podría representar un alto costo.

Algunos experimentos

Empresas más fuertes y de talla mundial han iniciado acciones en este sentido; un ejemplo de ello es Coca-Cola, que busca contribuir a la causa y se ha propuesto recolectar y reciclar el equivalente a todas las botellas y latas que vende a nivel mundial, un reto desafiante.

En tanto, las empresas jugueteras toman la misma dirección, intentando reducir el uso del plástico y utilizar materiales que permitan que sus productos tengan la misma calidad y resistencia, pero de un modo sostenible.

LEGO ha empezado a fabricar piezas usando un plástico ecológico que se fabrica con un compuesto natural, proveniente de la caña de azúcar, técnica que le permite cumplir con los estándares internacionales en materia de protección al medio ambiente.

Por su parte, en otro sector, Unilever asegura que, para 2025, todos sus empaques de plástico serán reciclables o estarán hechos de materiales compostables.

La industria de la moda, una de las más contaminantes, no se ha quedado atrás y se empieza a inclinar hacia el uso de materias primas y procesos de producción menos agresivos con el medio ambiente.

Allbirds ha dado un giro al material de las suelas de su calzado, al usar materia prima renovable derivada de la caña de azúcar.

El sector de alimentos, por ejemplo, deberá invertir en tecnologías que sustituyan al plástico para alargar la vida útil de los diversos productos alimenticios que deben de trasladarse y, al mismo tiempo, mantener la frescura hasta que lleguen al consumidor final.

Starbucks y Mc Donald’s han anunciado que no pondrán en sus estantes más popotes.

Fabricantes, empresas, consumidores y autoridades, en conjunto, deberán buscar soluciones inteligentes y responsables que permitan reusar, reciclar, manejar y separar residuos y basura, de manera que no termine en los océanos; de manera general, tendrán que impulsar una cultura responsable con los desperdicios.

*Por Erick Calvillo, Socio Líder de la Industria de Consumo de Deloitte México.

Fuentes: Artículos periodísticos e información publica

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