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2016, otro año de crecimiento lento para México

01-10-2015, 4:28:50 PM Por:
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Jonathan Heath, analista de la UAM, asegura que el gobierno debe alentar la inversión y el consumo interno para aguantar el temporal económico.

El pasado 8 de septiembre, el Poder Ejecutivo mandó al Congreso los Criterios generales de política económica para 2016, junto con la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto.

El mismo gobierno federal subraya el margen estrecho que enfrenta el próximo año ante la caída sustancial del precio del petróleo y de una plataforma de producción disminuida, que limitará los ingresos de la Federación. No puede aumentar impuestos ante la debilidad económica, ni disminuirlos para reactivar la economía ante la caída de los ingresos petroleros. Al mismo tiempo, enfrenta el reto de sanear las finanzas públicas mediante la contención del crecimiento de la deuda y una reducción paulatina del déficit fiscal. No le queda otra alternativa, más que reducir el gasto público.

Además de este entorno, de por sí difícil, enfrenta un panorama externo enredado e incierto, que no solo ha creado volatilidad en los mercados, sino que ha propiciado un ambiente adverso a la inversión.

El marco macroeconómico que presentó la Secretaría de Hacienda para 2016 anticipa un crecimiento del PIB de 3.1%, sin aumento en la inflación y una apreciación significativa del peso. Además, admite que la Fed instrumentará una política monetaria que implica aumentos en su tasa de interés y presiones para que el Banco de México haga lo mismo. Ante un entorno externo difícil, una política monetaria adversa y una política fiscal sin libertad, ¿será factible crecer más de 3%?

Uno de los puntos clave de la estrategia gubernamental es que se prevé una aceleración moderada en el crecimiento mundial, en especial en Estados Unidos, para así beneficiarse de más exportaciones no petroleras y mayor crecimiento manufacturero.

Sin embargo, no parece que la desaceleración china y la volatilidad financiera mundial vayan a disiparse pronto. Las señales mixtas de la economía estadounidense permanecen y pudieran complicarse aún más ante las intenciones de la Fed. El posible beneficio de una moneda depreciada para alentar las exportaciones no queda tan claro ahora, ya que no se limita nada más al peso, sino que se extiende a muchos países con los cuales competimos. Aun así, dejar una buena parte de nuestras posibilidades de crecer a la suerte del ambiente externo no parece ser buena política.

Lo más complicado parece ubicarse dentro del país…

El gobierno piensa que habrá una mejor evolución del consumo y la inversión como resultado de las reformas estructurales. Pero el sector de la construcción, que representa el mayor porcentaje de la inversión fija bruta del país, muestra una clara tendencia negativa desde principios de 2015. La confianza empresarial, que va a la baja, y el menor gasto público no pintan un escenario favorable.

No se ven muchas posibilidades de una reactivación económica mayor, pero tampoco se avecina un huracán que pudiera perjudicar sobremanera el camino que llevamos. Lo más probable es que 2016 sea otro año de crecimiento lento, sin alcanzar el 3%, pero sin caer por debajo del 2%.

No queda claro si el tipo de cambio volverá a niveles inferiores de 16 pesos y es probable que enfrentemos un incremento modesto en la inflación. Será un año para aprovechar cualquier oportunidad de mejoría, pero hay que ser cautelosos, ya que los tiempos difíciles no desaparecerán fácilmente.

El doctor Jonathan Heath es profesor en la UAM Azcapotzalco y presidente de la consultora económica Jonathan Heath & Asociados.

autor Periodista, director digital de Alto Nivel, profesor universitario, amante de la música, deportista, maratonista, spartan y aprendiz de baile.
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