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Banca de desarrollo, el otro motor que quiere arrancar

16-03-2015, 4:49:52 PM Por:
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Dispersar el crédito no es tan fácil para estas instituciones y es previsible que cada una recurra a estrategias distintas. El objetivo sigue siendo el mismo.

El otro motor que se busca arrancar es la propia banca de desarrollo. La reforma financiera liberó a las administraciones de Nacional Financiera (Nafin), Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) y Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) para colocar más crédito, ya sea por vía directa o través de la banca comercial, o por medio del otorgamiento de garantías.

“La estrategia de esta banca sí ha cambiado; son más dinámicos, están buscando utilizar de la mejor forma su balance para colocar mucho más crédito. Por supuesto, con los limites de capitalización”, encuentran Alfredo Calvo y José Manuel Pérez Gorozpe, directores de Calificaciones para Instituciones Financieras de Standard & Poor’s (S&P) en México.

Banca educadora

Dispersar el crédito no es tan fácil para estas instituciones y es previsible que cada una recurra a estrategias distintas. Nafin ha lanzado en los últimos años grandes programas de garantías, que permiten a la banca comercial prestar a tasas más bajas.

Por su parte, Bansefi dio un giro más radical el año pasado, al absorber préstamos de nómina del sindicato de maestros, por medio de una oferta de menores tasas que las Sofomes originales.

En un año, el portafolio de Bansefi, que aún no es muy grande, pasó de cero a 40% en préstamos de consumo. Por supuesto, ello implica que el banco modificará radicalmente su perfil de riesgo.

Ello no preocupa por ahora a los analistas, pues consideran que el Estado mexicano, al fin y al cabo, tendrá como prioridad respaldar a estas instituciones, cuyos niveles de liquidez podrían disminuir, al tiempo que su cartera vencida irá en aumento.

“Lo que se hizo fue quitar a la función pública de la administración”, resume Guillermo Zamarripa, director de la Fundación de Estudios Económicos del ITAM. 

El problema con el modelo anterior era que, al ser considerados funcionarios públicos, los administradores del banco no se atrevían a conceder ciertos tipos de crédito, pues una falla en la recuperación les habría causado responsabilidades.

Luis Robles Miaja, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), piensa lo mismo:

“Le ponía un corset a las decisiones. Hoy, la banca de desarrollo puede entrar a segmentos más riesgosos, lo cual es parte de su función. Pero lo más importante es que educan al acreditado. A veces, los clientes ya no requieren la garantía de Nafin, por ejemplo. En ese momento, los bancos comerciales podemos prestar de forma directa y la banca de desarrollo puede avanzar a otros segmentos”.

De esta forma, Nafin y compañía pueden cumplir el gran papel de impartir el ABC del crédito a las empresas pequeñas y medianas

“Es un tema cultural también –dice Pérez Gorozpe–. Las pymes están acostumbradas a financiarse con los proveedores. Para llegar a un banco requieres finanzas en orden. Hacienda está haciendo esfuerzos en materia de contabilidad electrónica, de manera que un banco puede revisar rápidamente si hay condiciones de otorgarle crédito a determinada empresa”.

La cartera vigente de la banca de desarrollo creció 19% en 2014, para alcanzar 595,934 millones de pesos. Por el momento no hay indicios de ningún deterioro en sus finanzas, pero existe cierta tranquilidad, por el hecho de que las reglas de transparencia y gobierno corporativo también tendrán que aplicarse aquí. 

El fantasma de los bancos de desarrollo quebrados por políticos no ronda estos pasillos por ahora.

Parte importante de la reforma financiera fueron los cambios para garantizar que todos los bancos cumplan con los estándares de capitalización y liquidez, así como el envío de información y reglas de supervisión más estrictas, acordadas bajo la serie de reuniones que hoy se agrupan en Basilea III.

Para ello se fortalecieron y dieron nuevas funciones a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y a la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras (Condusef), que colocan a México en la vanguardia en materia de regulación financiera.

autor Periodista
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