La otra cara del “milagro social” de las remesas
Los migrantes mexicanos, en su mayoría sin preparación, hacen un gran sacrificio para enviar cantidades históricas de dólares a México.
Durante su informe a la nación del pasado 1 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó los ingresos por remesas enviadas por nuestros connacionales, básicamente desde Estados Unidos, como un “auténtico milagro social”, al considerar que este año alcanzará una cifra sin precedente de 40 mil millones de dólares.
El mandatario expresó que la solidaridad de los mexicanos que se encuentran fuera de su país, con sus familiares que viven en México, es significativa.
En efecto, este año muy probablemente México tendrá una cifra histórica de remesas, y desde luego que la solidaridad de los mexicanos que están lejos de sus hogares, en otra nación, siempre ha sido una característica destacada.
Pero no debemos olvidar las duras condiciones de trabajo que nuestros compatriotas enfrentan en otros países, y el hecho de que en su inmensa mayoría son mano de obra primaria, cuyos salarios, demasiado bajos, se deben repartir entre su propia manutención en un país más caro, y el “gasto” para sus familiares en México.
En Estados Unidos viven muchos millones de mexicanos que generan ingresos vitales para varios millones más en México. Sin embargo, migrantes de otros países, pueden enviar cada uno hasta 10 veces más remesas que un connacional. La fuerza trabajadora mexicana es en su mayoría de origen primario, eso les provoca enfrentar condiciones laborales muy difíciles. El “sueño americano” tiene sus límites, sobre todo si la gente que migra tiene poca preparación académica, como la mayoría de nuestros compatriotas. Es algo que no podemos perder de vista. Este esfuerzo, el de nuestros migrantes, es también un auténtico “sacrificio social”.
Remesas históricas en 2020
2020 será histórico por muchas cosas, y el nivel de remesas del exterior hacia México será una de ellas. De acuerdo con las cifras oficiales del Banco de México, al cierre de octubre, nuestro país recibió remesas del exterior, básicamente provenientes de Estados Unidos, por un total de 33 mil 564.38 millones de dólares. Es probable, como dijo el presidente López Obrador, que la cifra total llegue a alrededor de 40 mil millones.
Sobre todo, la probabilidad es muy alta porque falta conocer lo que mandarán los migrantes mexicanos en diciembre, uno de los dos meses en los que tradicionalmente envían más dinero a sus familiares en México, el otro es mayo, aunque en este año eso también se modificó.
Al cierre de octubre, el total de remesas en casi 2 años del gobierno actual suma 72 mil 994.31 millones de dólares, nunca en un periodo similar había llegado tal cantidad de recursos a nuestro país, sin duda una cifra para el análisis posterior.
Remesas per cápita mexicanas, inferiores a las de otras nacionalidades
Se sabe que la mano de obra de origen mexicano en Estados Unidos es barata, pero al ver el desempeño de las cifras es evidente la magnitud de lo que sucede con nuestros paisanos.
De acuerdo con cifras de datosmacro.com, que cita como fuente la Oficina del Censo de Estados Unidos, en ese país existen un total de 11 millones 489 mil 684 migrantes de origen mexicano, cifra que supera casi 4 veces a los migrantes provenientes de China que totalizan 2 millones 299 mil 267 personas, y también rebasa en 4.31 veces a los migrantes de la India cuyo total es de 2 millones 661 mil 470 ciudadanos de ese país. México es la mayor población total de migrantes en Estados Unidos.
Pero el año pasado, la India recibió remesas del exterior por un total de 83 mil 100 millones de dólares, la mayoría proveniente de Estados Unidos. Mientras, China captó 68 mil 400 millones, contra 38 mil 500 millones de dólares que recibió México, según cifras del Banco Mundial (BM).
Los datos anteriores nos dicen que con una población migrante en Estados Unidos más de 4 veces inferior a la mexicana, las remesas totales de la India fueron 2.15 veces superiores a las que recibió nuestro país. Asimismo, con prácticamente 5 veces menos población migrante las remesas totales de origen chino superaron en 1.77 veces a las nuestras.
¿A qué se debe? La respuesta es inmediata: los trabajadores mexicanos tienen en promedio ingresos muy inferiores a los de sus pares chinos e indios porque se desempeñan en actividades distintas.
En una gran mayoría, los inmigrantes chinos están mejor calificados, especialmente en la última década, y se desempeñan en los sectores industriales, energéticos y tecnológicos. Los inmigrantes provenientes de la India por su parte se han consolidado en la pujante industria tecnológica y todas las que la orbitan, la gran ventaja que tienen sobre chinos y mexicanos es el idioma ya que, como sabemos, en la India el idioma oficial es el inglés junto con el Hindi. Evidentemente los salarios en estos sectores económicos en los que se desempeñan mayoritariamente chinos e indios, son muy superiores.
Así, mientras que en promedio el año pasado cada migrante mexicano mandó a sus familiares en México 3,350.83 dólares, cada migrante chino mandó 23,592.17 dólares a sus seres queridos en su país de origen, mientras que los trabajadores provenientes de la India mandaron en promedio casi 10 veces más que nuestros compatriotas, un total de 31,223.34 dólares.
La migración, junto con la economía informal, son las dos grandes válvulas de escape para la economía mexicana, si no existieran la situación social en México se habría descompuesto hace mucho.
Quizás habría que evaluar si estamos frente a un “milagro social” o un “sacrificio social”, con millones de mexicanos que tuvieron que abandonar su país porque en él no encontraron trabajo, pero que al llegar a otra nación enfrentan condiciones desiguales por su baja preparación, traducido en salarios bajos respecto a lo que se puede ganar en esos países con otras condiciones socioculturales.
Sin duda, ni siquiera así abandonan la noble causa de mandar a sus familiares en México recursos para su manutención, porque este país no es precisamente el mayor generador de empleos en el mundo, nunca lo ha sido y tampoco lo es ahora.
