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La incertidumbre pone a sufrir a las armadoras

10-10-2019, 11:08:41 AM Por:
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La incertidumbre política y la economía interna han impactado la venta de automóviles nuevos en el país, que en agosto sumó 27 meses de contracciones

En septiembre pasado, el presidente de la Asociación Nacional de la Industria Automotriz (AMIA), Eduardo Solís, y el director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Guillermo Rosales, se reunieron como cada mes con los medios de comunicación para dar a conocer los resultados de ventas, producción y exportación de vehículos. Pero esta vez fue diferente, no solo porque la conferencia se llevó a cabo en las instalaciones de la Asociación Mexicana de Concesionarios Honda, sino también porque ambos directivos reconocieron la preocupación que existe en la industria (armadoras, proveedores y concesionarios) por la incertidumbre que prevalece tanto a nivel local como internacional. Y todo indica que el panorama no mejorará en el corto plazo, lo que ya ha prendido los focos amarillos.

Y no es para menos: las cifras correspondientes al mes de agosto, así como de los primeros ocho meses del año, confirman la crisis por la que atraviesa la comercialización de automotores en el país, que acumula 27 meses de contracciones; pero también el mal momento por el que está pasando la producción, con cuatro meses consecutivos a la baja; y la exportación, con dos contracciones en lo que va del año.

En el octavo mes del año se vendieron un total de 107,651 vehículos nuevos en el país, 11,571 unidades menos que en el mismo periodo de 2018 (119,222 autos), que representó una caída de 9.7%. En el acumulado al mes de agosto, la comercialización de automotores registró un retroceso de 7%, al pasar de 916,438 unidades en el mismo periodo de 2018 a 851,947; esto es 64,491 automóviles menos.

En tanto, la producción de vehículos presentó en el mes de agosto una contracción de 9.6%, al pasar de 373,242 en el mismo periodo del año pasado a 337,462 unidades, es decir, 35,780 automóviles menos; mientras que en los primeros ocho meses del año la manufactura de automotores en plantas mexicanas ascendió a 2’609,165 unidades, 24,499 menos que en el mismo lapso de tiempo de 2018 (2’633,664 unidades), lo que significó un retroceso de 0.9%.

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Cabe señalar que la última vez que la producción de automotores en nuestro país registró un retroceso fue en 2009, hace 10 años, cuando se fabricaron 1’507,527 unidades, cifra 28.3% menor a la registrada en 2008 (2’102,801), es decir, 595,274 unidades menos. La causa principal de los malos resultados en la industria automotriz en ese año fue la crisis económica en México, la más fuerte en 70 años, como consecuencia de la desaceleración económica en varios países del mundo, entre ellos Estados Unidos.

Por su parte, la exportación de vehículos registró su segunda caída en el año, esta vez del 12.7%, al pasar de 322,779 unidades en agosto de 2018, a 281,811 en el mismo mes de este año; mientras que en los primeros ocho meses del año el envío de automóviles al extranjero ascendió a 2’299,528 unidades, 34,831 vehículos más que en el mismo periodo de 2018 (2’264,697 unidades).

Al igual que la producción, la última ocasión que la exportación registró resultados negativos fue hace 10 años, en 2009, cuando los envíos al extranjero sumaron 1’223,333 unidades, 438,286 menos que en un año antes (1’661,619), lo que significó un retroceso de 26.3%. 

Las causas

Pero ¿a qué se deben estos malos resultados, que nos hacen recordar la crisis del sector en 2009? Rosales dice que la situación que prevalece en el mercado interno automotor se explica desde diferentes factores, todos ellos negativos. “Hemos venido observando la caída constante de la venta de autos nuevos desde el segundo semestre de 2017 y empezó en el segmento de subcompactos, que son de menor precio y de mayor volumen, de mayor peso dentro de la estructura del mercado, con el 34.6% de las ventas totales”.

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Uno de esos factores, menciona el vocero de los distribuidores de automóviles, es la incertidumbre política y la incertidumbre sobre la situación económica interna, que ha provocado el deterioro en el empleo y el ingreso; estamos viendo el debilitamiento del poder adquisitivo de los consumidores de menores ingresos y su capacidad de endeudamiento.

“Tenemos un núcleo importante de personas que, aun teniendo la necesidad o interés de adquirir un automóvil, no están en condiciones de hacerlo, no están calificando en las solicitudes de compra o han calificado, pero no están tomando el crédito. Hay un deterioro de la posición económica de los compradores y eso se está reflejando en la caída de la venta de autos subcompactos y ahora también en el segmento de los compactos, que representan el 20.5% de las ventas totales; de lujo (3.5% del mercado) y SUV (26.3% del mercado), que habían tenido un comportamiento favorable hasta hace poco”, subraya.

El vocero de los distribuidores comenta que las autorizaciones crediticias van a la baja, afectando al principal motor del mercado de vehículos. “Al mes de julio de 2019 se registraron 444,572 colocaciones de vehículos nuevos a crédito, lo que representó una disminución de 10.4% con respecto a 2018; esto equivale a 51,347 unidades menos”.

A esto, agrega, hay que sumarle el escenario internacional, que luce complicado por la desaceleración de la economía en EU y la guerra comercial que este país mantiene con China y otras naciones de Asia y Europa. “Entonces, todo esto (factores internos y externos) está afectando la llegada de nuevas inversiones a nuestro país, lo que a su vez tiene una repercusión en la creación de empleos y la compra de bienes durables, como los automóviles”.

Eduardo Solís, presidente de la AMIA, coincide con Rosales, al asegurar que la causa principal de la caída de la venta de vehículos nuevos en el mercado mexicano obedece a la incertidumbre política y la situación económica interna.

 “Hemos sido muy francos, muy abiertos para compartir nuestros puntos de visita. Hacemos reuniones AMDA, AMIA, Banxico y las marcas, para tratar de entender lo que está pasando en el mercado, y cada quien tiene su mejor versión de lo que está ocurriendo. Se habla del bajo crecimiento del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE), de las tasas de interés, del tipo de cambio; hay quien resalta la desaceleración en la generación de empleos formales, que en agosto pasado tuvo su primer caída desde junio de 2009, y no vemos que vaya a mejorar; y hay otros, como yo, que dicen que un ambiente de incertidumbre le pega inmediatamente a la demanda de bienes durables, se pospone la compra de refrigeradores, lavadoras, pantallas, computadoras y automóviles”, subraya.

Solís indica que cuando la gente pierde su trabajo o no consigue un empleo, cuando todos los días ve en las noticias que la economía no crece, que se está contrayendo; que las inversiones se están posponiendo, que nuestro vecino del norte amenaza con no ratificar el T-MEC e imponer aranceles a las importaciones mexicanas en cualquier momento, deja de consumir bienes durables. “Me parece que mientras esa variable de incertidumbre no regrese a un lugar seguro, que veamos que el tsunami ya pasó, seguirá la posposición de compra de bienes durables y, por ende, los malos resultados en ventas de vehículos nuevos”.

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Por lo que respecta a la caída de la producción de vehículos en México en los últimos cuatro meses y el sorpresivo retroceso de las exportaciones en el mes de agosto, el presidente de la AMIA dice que esta desaceleración se explica por el cambio en las líneas de producción de algunas plantas y la reducción de la producción en otras por la baja en la demanda a nivel global, especialmente en el mercado estadounidense, que es el principal destino de las exportaciones mexicanas de vehículos, con una participación del 79.1% en los primeros ocho meses del año.

“Como saben, el mercado de EU ha venido cayendo y en agosto las exportaciones a nuestro vecino del norte presentaron un retroceso de 8.9%, al pasar de 253,498 unidades en el mismo mes de 2018 a 231,032 automóviles, esto es, 22,466 unidades menos; aunque en el acumulado a agosto los envíos a ese país registran un avance de 10.8%, con un total de 1’818,948 unidades, 176,744 unidades más que en el mismo periodo del año pasado (1’642,203 unidades)”, detalla.

“Tenemos marcas que nos han indicado el cambio de líneas de producción; otras nos han indicado baja en la demanda, lo que las ha obligado a hacer ajustes; una de ellas públicamente indicó que cerrará un turno por la baja en la demanda del producto que fabrica. Me parece que ahí tenemos una mezcla, pero la señal es el debilitamiento del mercado global y por eso estamos viendo estos números”, menciona Solís.

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El directivo dice que hay signos en el mundo de una caída en la demanda y siendo México el cuarto productor de autos con un mercado interno, que también se está contrayendo, se tiene como resultado una producción y una exportación en números más bajos de los que se esperaban al inicio del año. “Me parece que vamos a ver replicada esta misma situación en la mayoría de nuestros mercados: las exportaciones a Canadá caen 35% en agosto, Latinoamérica presenta un retroceso de 36%, Asia cae 21%, África 34% y Europa crece 75%, siendo la única región con resultados positivos en el octavo mes del año”.

No obstante, Solís espera una recuperación en la última parte del año. “No esperamos terminar el 2019 con números negativos en ambos indicadores, sino con números modestos, pero positivos”. 

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Mercado interno: panorama incierto

Desafortunadamente, indica Rosales, de AMDA, no se ve una posibilidad de mejora en el corto plazo. “Seguiremos teniendo un panorama complicado en el mercado interno en lo que resta del año, con todo lo que esto implica. Hoy tenemos una caída en ventas del 7% y estamos viendo que en el último cuatrimestre del año esta disminución se acentuará para llevarnos a un retroceso cercano al 10%, con un total de 1’300,000 unidades comercializadas, esto es, 31,000 unidades menos de nuestra estimación inicial”.

Para el próximo año, comenta el vocero de los distribuidores de vehículos, no se ve que vaya a haber un cambio en el ritmo del mercado para empezar a tener una fase de recuperación. “En un momento donde llevamos 27 meses consecutivos con ventas a la baja, lo que esperamos es que llegue la etapa de estabilidad, sin crecimiento, pero sin caída. Es lo que estamos esperando para el próximo año”.

A prueba de crisis

Suena contradictorio que en medio de la crisis que atraviesa la industria automotriz por el desplome de las ventas en el mercado interno y la caída en la demanda a nivel global, que ha impactado a la producción y exportaciones de México, el sector de autopartes goce de excelente salud y la producción presente un crecimiento por arriba del 3% en los primeros ochos meses del año, cuyo valor totaliza 66,690 millones de dólares (mdd).

¿Qué está sucediendo? Oscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), explica: “En EU hay una demanda cada vez más importante de pick-ups y SUV, y una disminución de la demanda de sedanes. Nosotros fabricamos autopartes para los tres segmentos y cuando hay un incremento en la demanda de alguno de ellos, como está sucediendo actualmente con las pick-ups y SUV, nuestras empresas se benefician, pues los productos para estos vehículos son más caros que los de los sedanes, ya que son 30 o 40% más grandes. Esa es la razón por la que la producción y exportación de autopartes sigue creciendo”. 

Para este año, el directivo estima que la producción de autopartes en México superará los 100,000 mdd, una cifra que hace cinco años no se creía alcanzar, sino hasta el 2020 o 2021, aunque los crecimientos que ha tenido el sector en los últimos años permitirán alcanzar esa cifra récord, que representará un incremento de 3.3%. De dicho monto, 71,000 mdd se exportarán, la mayoría a EU, lo que también representará un récord para esta industria.

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Para el 2020, el pronóstico sigue siendo positivo, a pesar de que la producción de vehículos en EU se prevé estará por debajo de los 17 millones (este año se estima termine en 16.7 millones).

“Si estos pronósticos se mantienen, creo que para la industria de autopartes será un año similar al actual, es decir, con un crecimiento del 3%, todavía muy bueno. Para el 2021 se espera que la economía de EU se desacelere, por lo que si tenemos un crecimiento de entre 0.1 y 3% será un buen año, sobre todo porque estaremos llegando al limite de la capacidad de producción de pick-ups y SUV en ese país”, explica.  

T-MEC, una luz entre tanta oscuridad

Oscar Albín, presidente de la INA, cree que la ratificación del T-MEC podría ser una luz dentro de toda la oscuridad, toda la incertidumbre que existe actualmente en la industria automotriz.

“El primer elemento que podría venir en el corto plazo para quitar ese factor de incertidumbre sería la ratificación del T-MEC. Hoy en día, la guerra comercial que mantiene EU con China, Japón, la India y Europa también, podría convertir a México en una plataforma de producción de autopartes para el mercado estadounidense; sin embargo, muchos se cuestionan si nuestro país va a ser una plataforma de exportación de largo plazo a EU, libre de aranceles, pues hasta que no se ratifique el T-MEC, no se puede asegurar. Entonces, creo que entre toda la incertidumbre que existe en el mercado interno y a nivel global, la ratificación del T-MEC sería una luz dentro de toda la oscuridad que existe, ojalá y se nos dé, porque llegaría inversión de todos esos países con los que EU tiene conflictos comerciales”, subraya Albín.

Eduardo Solís, presidente de AMIA, estima que dicha ratificación no sucederá sino hasta el 1 de julio del próximo año, por lo que su efecto en el sector no será inmediato.

“Hay quien dice que la votación podría darse en octubre, pero hay también quienes piensan que no va a ser antes de noviembre; no soy el experto en Washington, pero no hay nada que me indique que en septiembre habrá una votación y también hay que tener los tiempos bien claros en cuanto a que una vez votados, hay dos cosas que tienen que pasar: primero, tienen que transcurrir 90 días para entrar en vigor, no antes, pero todavía más importante son las reglamentaciones uniformes del tratado, que una vez que se terminen estas reglamentaciones tienen que pasar 180 días después de que se termine, por lo que el tratado, en el mejor de los casos, estaría listo el 1 de julio de 2020”.

autor Editor de Negocios de Alto Nivel.
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