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Katalin Karikó, la científica húngara que hizo posibles las vacunas contra Covid-19 afirma ´En verano podremos, probablemente, volver a la vida normal´

29-12-2020, 4:21:30 PM Por:
© RACHEL WISNIEWSKI / RACHEL WISNIEWSKI

Katalin Karikó hizo posibles las vacunas contra Covid-19 Moderna y Pfizer/BioNTech.

La madre de la vacuna contra el Covid-19, pasó 40 años trabajando y desarrollando avances clave para las inyecciones de Moderna y BioNTech, da esperanzas para en verano´ regresar a una vida normal´.

Katalin Karikó es una bioquímica originaria de Hungría, hizo una rigurosa investigación acerca de la sustancia ARNm para combatir enfermedades, misma que abrió camino para el desarrollo de las vacunas anticovid de los laboratorios Moderna y Pfizer/BioNTech, sus hallazgos pueden hacer posible el afrontar esta pandemia.

La investigadora y bióloga húngara platicó en una entrevista para el diario El Pais, sobre sus inicios dentro de la carrera de biología y como es que fue su trayectoria para lograr los descubrimientos que hoy en día desarrollan las grandes farmacéuticas para la elaboración de las dosis contra el coronavirus.

“Yo era una niña feliz. Mi padre era carnicero y me gustaba mirarle trabajar, observar las vísceras, los corazones de los animales, quizás de ahí me vino la vena científica”, narra Karikó, quien nació en 1955 en la ciudad de Kisújszállás a aproximadamente 100 kilómetros de la capital de Hungría, Budapest.

Posteriormente de estudiar la carrera de Biología en Hungría, se fue a Estados Unidos para realizar el doctorado en el año de 1985, pero jamás regresó. Señala que estuvo a punto de ir a España con el grupo de Luis Carrasco, quien se hallaba interesado en su trabajo, de igual manera a Francia, pero que la Hungría comunista ´ponía las cosas difíciles´.

Las dosis contra el coronavirus desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna usan ARN mensajero para estimular que sean las mismas células del individuo que generen una respuesta contra un agente externo que amenaza con introducirse en el organismo. Dicha molécula se encarga de ingresar en el núcleo celular e interpretar los requerimientos del cuerpo con el propósito de adaptarse a ellas.

Lee: La OMS busca vacunas para todos a un año de comienzo del COVID-19

Pese a ser una tecnología que parece haber tenido éxito contra el coronavirus, Karikó recibía múltiples rechazos respecto a su idea cada que buscaba financiación para poder desarrollarla. “Ahora todo el mundo lo entiende, pero antes se trataba de cambiar el ADN para corregir enfermedades hasta que se dieron cuenta que podían provocarse mutaciones capaces de causar la muerte”, indicó la bioquímica a dicho medio.

La especialista detalló que no estaba acostumbrada a la atención y apoyo después de largos años de trabajo, pero asegura que esto demuestra por qué razones la ciencia debe de ser apoyada en muchos niveles.

La falta de apoyo a su idea en la década de los 90

Karikó, la bioquímica de 65 años pasó la mayor parte de la década de 1990 enviando solicitudes de retribución con la finalidad de poder financiar sus investigaciones acerca del ´ácido ribonucleico mensajero´, moléculas genéticas que indican a las células que proteínas producir, fundamentales para mantener los cuerpos vivos y sanos.

Como tal, la idea era buena, pero no estaba de ´moda. Lo que querían era utilizar una molécula frágil y efímera para la curación de enfermedades y evitar infecciones de manera inmutable. El ARN es una molécula básica para la vida, dado que es el mensajero encargado de entrar en el núcleo de nuestras células, leer la información genética, el ADN y salir con la fórmula para la producción de todas las proteínas que ser requieren para poder desempeñar todas las actividades.

Lo que la bioquímica quería era usar las células del mismo enfermo con la finalidad de que fabricaran la proteína que los sanaría suministrando un diminuto mensaje de ARN. “Todo el mundo lo entiende ahora, pero no entonces”, comenta la experta.

A finales de la década de 1980, gran parte de la comunidad científica se enfocó en la utilización del ADN con el objetivo de administrar terapia genética. No obstante, la especialista húngara consideraba como prometedor el ARNm, esto debido a que la mayoría de las enfermedades no son hereditarias y no requieren soluciones que alteren de forma permanente nuestra genética.

Cabe destacar, que enfrentó un problema importante, dado que en los experimentos con animales en ARNm sintético generaba una respuesta inflamatoria masiva, al momento que el sistema inmunológico hallaba un elemento invasor y se apresuraba a combatirlo.

Este problema pudo superarlo junto con el científico Drew Weissman, cuando ambos descubrieron que uno de los cuatro bloques de construcción del ARNm sintético se encontraba fallando, y pudieron superar dicho problema haciendo el cambio por una versión modificada.

Posteriormente, publicaron un artículo sobre el avance en 2005. En 2015 hallaron una nueva manera de suministrar ARNm a ratones, usando una capa grasa llamada “nanopartículas lipídicas” que evitan que el ARNm se degrade y ayudan a colocarlo dentro de la parte adecuada de las células.

¿Cómo fue que Karikó entró a BioNTech?

En 2010, un grupo de investigadores estadounidenses fundaron una compañía que adquirió los derechos sobre las patentes de Karikó y Weissman. Denominado un acrónimo de ´ARN modificado´: ModerRNA. Tres años después, posteriormente de 40 años laborando casi en anonimato, Karikó fue fichada por BioNTech, empresa en la que actualmente se desempeña como vicepresidenta.

“Sentí que era el momento de cambiar y pensé que podía aceptar el puesto para asegurarme de que las cosas iban en la dirección correcta”, dice Karikó. Las vacunas de Moderna y BioNTech, desarrollada junto a Pfizer, han garantizado una eficacia de al menos 94 porciento.

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