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EU reprueba a Trump: demócratas ganan la Cámara de Representantes

06-11-2018, 10:55:35 PM Por:
© Reuters.

Los demócratas obtendrían la mayoría en la Cámara de Representantes, mientras que los republicanos se quedarían con el Senado, un golpe a Trump

Los demócratas aprovecharon una ola de descontento con el presidente Donald Trump para ganar este martes el control de la Cámara de Representantes, dándoles la oportunidad de bloquear la agenda del mandatario y abrir su administración a un intenso escrutinio.

En las elecciones de medio término dos años después de ganar la Casa Blanca, Trump y sus camaradas republicanos se encaminaban a obtener la mayoría en el Senado, tras una campaña divisiva marcada por fuertes choques sobre raza, inmigración y otros temas culturales.

Según los últimos resultados, los demócratas han ganado un neto de 14 de los 23 escaños republicanos que necesitaban para asegurar una mayoría en la Cámara de Representantes.

Con una mayoría en la Cámara baja, los demócratas tendrán el poder para investigar las declaraciones de impuestos de Trump y posibles conflictos de interés, además de desafiar sus acercamientos con Arabia Saudita, Rusia y Corea del Norte.

También podrían obligar a Trump a reducir sus ambiciones legislativas, posiblemente condenando sus promesas de financiamiento de un muro en la frontera con México, aprobar un segundo gran paquete de recorte de impuestos o llevar adelante sus políticas comerciales de línea dura.

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Una mayoría simple sería suficiente para impugnar a Trump si hubiera acusaciones de que obstruyó a la justicia o que su campaña en 2016 se coludió con Rusia. Pero el Congreso no podría destituirlo sin una mayoría de dos tercios en el Senado, controlado por los republicanos.

Los demócratas en la Cámara baja podrían apostar por iniciar una investigación utilizando los resultados de una pesquisa de 18 meses del fiscal especial Robert Mueller sobre acusaciones de interferencia rusa para apoyar a Trump en la elección presidencial del 2016. Moscú niega haberse entrometido y Trump asegura que no hubo colusión.

El resultado del martes fue amargo para Trump, de 72 años, después de una campaña que se convirtió en un referendo sobre su liderazgo.

Al acercarse la elección, Trump endureció su retórica sobre temas que atraían a sus principales seguidores conservadores, lanzando advertencias sobre una caravana de migrantes centroamericanos que se dirigen hacia la frontera con México y condenas a las “turbas” liberales estadounidenses.

Los demócratas acudieron en masa a registrar su desaprobación a su retórica divisiva y políticas sobre temas como la inmigración y su prohibición de viaje que pesaba sobre varios países de mayoría musulmana. Una cifra récord de mujeres se postuló para la Cámara de Representantes, muchas de ellas demócratas rechazadas por la agenda política de Trump.

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Este 6 de noviembre está en juego el equilibrio de poder en el Congreso de Estados Unidos.

Así los demócratas retomarán el control de la Cámara baja en enero por primera vez desde 2010, iniciando un acuerdo de poder dividido con el Senado liderado por los republicanos que podría obligar a Trump a centrarse en temas con respaldo bipartidista, como un paquete de mejoría de infraestructura o protección contra incrementos de precios de medicamentos con receta.

También pondrá a prueba la capacidad de Trump de forjar compromisos, algo en lo que ha mostrado poco interés en los últimos dos años con los republicanos controlando ambas cámaras del Congreso.

La pérdida de poder probará el control político del mandatario sobre sus correligionarios de la Cámara de Representantes, la mayoría de los cuales le habían prometido su respaldo a menos que enfrenten la ira de los principales partidarios republicanos, que hasta ahora se han mantenido al margen.

La mayoría de los candidatos demócratas en carreras muy disputadas evitaron criticar duramente a Trump, focalizándose en cambio en cuestiones cotidianas, como mantener las protecciones de seguro para personas con afecciones médicas preexistentes y salvaguardar los programas de jubilación y salud para mayores.

Los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 35 del Senado de 100 miembros y 36 de 50 gobernaciones estatales estaban en disputa.

La furia republicana

El demócrata Beto O’Rourke no pudo vencer al republicano Ted Cruz en su intento por convertirse en el primer demócrata en tres décadas elegido para el Senado de Estados Unidos por el conservador estado de Texas.

Cruz, de 47 años y quien fue elegido por primera vez como senador en 2010 ante la furia republicana contra el entonces presidente demócrata Barack Obama, reunió a los votantes de su partido para compensar la ira de los demócratas contra el mandatario Donald Trump.

La derrota de O’Rourke puso fin a las esperanzas demócratas de recuperar el control del Senado, según los reportes de la prensa local.

O’Rourke, un exrockero punk de 46 años y legislador por tres períodos, captó la atención nacional y rompió un récord de recaudación de fondos de 18 años al juntar 61,8 millones de dólares durante su campaña, frente a los 35,1 millones de dólares que consiguió su rival republicano.

Pero Cruz lideró los sondeos de intención de voto durante la mayor parte del año y finalmente se impuso, dejando a los demócratas sin un representante demócrata por Texas en el Senado por tres décadas.

O’Rourke, de El Paso, integra el ala liberal del Partido Demócrata, apoya la atención médica universal y expresa su apertura a los pedidos para abolir la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos.

Reuters.

Ted Cruz

Cruz, de Houston, luchó contra Trump como precandidato republicano en la carrera a la Casa Blanca en 2016, pero desde entonces ha aceptado la agenda del presidente, apoyando sus duras políticas migratorias y los aranceles a la importación destinados a reducir el déficit comercial del país.

Durante la campaña, Cruz caracterizó a O’Rourke como alguien fuera de sintonía con las prioridades de los tejanos de tendencia conservadora: “No hay una carrera en el país con una división más marcada que esta carrera por el Senado de Estados Unidos aquí en el estado de Texas”, dijo en un acto en octubre.

O’Rourke, en tanto, trató de posicionarse como una voz más independiente: “Queremos que todos nosotros, republicanos y demócratas, y también independientes nos unamos y hagamos algo bueno por este país. Eso es lo que he escuchado de la gente de Texas en los últimos 22 meses”, dijo el martes después de votar.

Texas eligió por última vez a un senador demócrata en 1988, cuando Lloyd Bentsen ganó su cuarto mandato de seis años. Bentsen renunció en 1993 para convertirse en secretario del Tesoro bajo la presidencia de Bill Clinton.

Demócratas pierden en Florida

El demócrata Andrew Gillum, de 39 años, falló el martes en su intento de convertirse en el primer gobernador negro de Florida, al sufrir una ajustada derrota contra el excongresista republicano Ron DeSantis.

“Quiero alentarlos a que no se den por vencidos”, dijo Gillum a sus partidarios al reconocer la derrota. “Todavía planeo estar junto a cada uno de ustedes para luchar por lo que creemos”, agregó el alcalde de Tallahassee, de 39 años.

Los republicanos también obtuvieron una importante victoria en Ohio, donde Mike DeWine, el fiscal general del estado, derrotó al demócrata Richard Cordray.

Las derrotas moderaron las grandes victorias demócratas en las carreras de gobernadores en Michigan y Kansas, estados que votaron por el presidente republicano Donald Trump en 2016.

Si bien gran parte del enfoque de las elecciones se centró en qué partido ganará el control del Congreso, los republicanos y los demócratas luchaban en todo el país por el poder estatal, lo que puede ayudarlos a apoyar o resistir la agenda de Trump en temas como atención médica, control de armas y los derechos de las minorías sexuales.

En Michigan, la demócrata Gretchen Whitmer superó a Bill Schuette en la contienda para reemplazar al gobernador republicano Rick Snyder, quien no pudo postularse nuevamente debido a los límites de los mandatos.

En Kansas, la demócrata Laura Kelly derrotó a Kris Kobach, un aliado incondicional de Trump.

En Georgia, Stacey Abrams, de 44 años, buscaba convertirse en la primera gobernadora negra del país ante el republicano Brian Kemp, Secretario de Estado de ese estado.

Las carreras de Florida y Georgia fueron consideradas como una prueba de si los candidatos liberales podrían prevalecer en los estados del sur, donde los demócratas centristas han perdido repetidamente, tras apelar a votantes jóvenes y minorías.

Ambas campañas atrajeron la atención nacional. Trump viajó a cada estado en los últimos días del ciclo electoral para animar a los republicanos. El expresidente demócrata Barack Obama buscó a impulsar a los demócratas, y la estrella de TV Oprah Winfrey visitó Georgia respaldando a Abrams.

Reuters.

Elecciones en EU

La reputación de Trump estaba en juego en Georgia y Florida luego de que su respaldo ayudó a Kemp y a DeSantis a obtener las nominaciones republicanas para competir por los cargos de gobernador en sus estados.

Kemp, de 55 años, y DeSantis, de 40 años, han enfrentado acusaciones de que han intentado explotar las divisiones raciales durante la campaña, algo que ambos niegan.

Los demócratas presentaron su mayor lista de candidatos legislativos en más de tres décadas. Por su parte, los republicanos controlaban 33 gobernaciones y dos tercios de las cámaras legislativas estatales antes de las elecciones del martes.

El resultado de las elecciones para cargos estatales también podría afectar el control futuro de la Cámara de Representantes.

Los gobernadores y cientos de legisladores elegidos este año estarán en el cargo cuando se rediseñe el dibujo electoral para el Congreso tras el Censo de 2020. En algunos estados, la potestad de un gobernador de aprobar o vetar los mapas podría decidir el equilibrio partidista.

autor Agencia de noticias con sede en Reino Unido.
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