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Tras amargo 2020, prevén que ventas de árboles de Navidad crezcan 40%

03-12-2021, 6:10:00 AM Por:
© Depositphotos

Los productores locales quieren acabar con el mito de que comprar un árbol de Navidad natural daña el medio ambiente; al contrario, uno artificial contamina más.

En 2020, un año en el que la pandemia amargó la Navidad para muchas familias, el grupo  “Lomas de Tepemecatl” en el Ajusco, vendió solamente mil árboles de Navidad naturales. Sin embargo, estiman que para esta temporada cierren con un saldo de 2 mil 500 árboles vendidos

El Ingeniero Miguel Gallegos Mora, titular de la Promotoría de Desarrollo Forestal de Comisión Nacional Forestal (Conafor) en la Ciudad de México, señala que aproximadamente en toda la ciudad se venderán de 3 mil a 3 mil 500 árboles de Navidad, después de que en 2020 cerraron con 2 mil 500. Esta cifra toma en cuenta solamente a los productores locales, ya que los pinos que venden las tiendas departamentales suelen ser importados.

No solamente se espera un repunte en las ventas de árboles, en general los artículos y ornamentos relacionados con la Navidad tendrán un aumento de hasta 90% respecto a 2020, de acuerdo con el informe realizado por Hellosafe.

Un ejemplo es la compra de un árbol de Navidad artificial, que tuvo un aumento del 200% comparado al año pasado, otro son las coronas de Navidad con un incremento de precio de hasta 140%.

Asimismo, los productores de árboles de Navidad estiman que, a pesar de los desafíos de la pandemia, las ventas crecieron impulsadas por la tradición y por la ilusión de que la gente salga de nuevo y vaya a escoger su arbolito. 

Sinai Hernández García, productor de árboles de Navidad del Ajusco, el mayor de venta en la Ciudad de México, afirma que los precios moderadamente subieron (actualmente un árbol de Navidad natural oscila entre mil 100 a mil 300 pesos) esto por el incremento este año en los gastos que conlleva el cuidado y material para los árboles, un ejemplo es el papel para protegerlos, la rafia para amarrarlo, etc, el cual solo se agrega al valor del producto. 

“El año pasado sí sufrimos por el tema de la pandemia, pero ahorita la economía se está reactivando, muchas familias de acá del campo nos quedamos sin un ingreso, ahora las familias que no vinieron el año pasado, ahora se están haciendo presentes”, menciona en entrevista Sinai Hernández. 

Por su parte, Miguel Gallegos integrante de la Conafor, estima que hay poco más de 400 mil árboles plantados en la Ciudad de México, de los cuales, aproximadamente están en condición de venta unos 200 mil, además indica que el precio del árbol depende del productor, ya que el gobierno no lo regula, al final es el propio productor quien define el precio. 

También están los árboles que por más de 15 años se han importado de Estados Unidos y Canadá, los cuales son revisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que buscan frenar la entrada de plagas y enfermedades de importancia cuarentenaria, aunque el año pasado no hubo inspección. El último registro oficial que se tiene por parte de Profepa es que del 4 de noviembre al 16 de diciembre de 2019, revisó 617 mil 955 pinos importados de EU. 

Conciencia ambiental 

El mito de que comprar árboles de Navidad naturales hace un mal al medio ambiente, es algo con lo que cada año los productores y la Conafor buscan desmentir; de acuerdo con Sinai Hernández, cada árbol que se corta se vuelve a plantar, y lo compara con otras actividades del campo.

“Aquí como cortamos sembramos, es como una plantación de lechuga, rábanos o zanahorias, siembran cortan es prácticamente como en una granja, todas las personas que dicen que estamos haciendo un mal uso de esto, están equivocadas, les falta un poco más de información”, menciona el productor del Ajusco. 

Es una imagen muy común en enero ver los árboles de Navidad tirados en la banqueta o en camiones de la basura, algo que sucede frecuentemente por la falta de información sobre qué hacer después de las fiestas decembrinas con el árbol, para esto hay programas en la ciudad de México que recolectan los árboles, porque después se trituran y sirven de composta. 

“En la medida en que la sociedad comience a saber que el artificial daña al medio ambiente,  va a preferir el natural, el cual se corta e inmediatamente se planta uno y en temporada de lluvias se planta otro. El árbol que la gente compra se puede regresar para moler y así conformar composta y abono que sirve para terrenos, jardínes o parques, solo necesitan más información de esto”, indicó en entrevista Miguel Gallegos Mora, titular de la Promotoría de Desarrollo Forestal de la Conafor en la Ciudad de México.

Dejar el árbol de Navidad en la banqueta es muy malo para el medio ambiente porque se descompone de manera lenta y crean metano que es un gas de efecto invernadero, el cual tiene 25 veces más de potencia que el dióxido de carbono, de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. 

Asimismo, Sinai reitera que la gente piensa que este tipo de cuestiones o opción del trabajo en el campo implica la deforestación masiva de grandes extensiones, pero señala que una plantación ya tiene estipulada cuántos árboles se irán plantando dependiendo de la extensión que se tenga y todo esto debe estar registrado ante las autoridades, en este caso, de la Conafor. 

“El cortar un árbol, más allá de hacer un mal o perjudicar en algo, el árbol es uno de los seres vivos que da la mejor acción ambiental, cuando está en el proceso de crecimiento, el árbol lo que hace es captar todo el CO2 de la Ciudad de México y traerla a la parte alta del Ajusco y lo regresa en forma de oxígeno. Evita la erosión de la tierra, apoya a los mantos acuíferos y por supuesto, a la generación de empleos en el campo”, finaliza Sinai Hernández. 

Los productores del Ajusco llevan años en este trabajo, hay algunas personas que ya son la cuarta generación, lo que implica que iniciaron desde los abuelos y ahora son los nietos quienes llevan este trabajo, y aunque el debate entre si los árboles de Navidad naturales son mejores o no que los artificiales, si un productor vende mil árboles, planta más hasta 3 mil más y tardan de tres a siete años, dependiendo del tamaño en qué se ponga a la venta uno. 

Tanto Sinaí como el ingeniero Miguel Gallegos señalan que los artificiales generan más contaminación no solo por el plástico que utilizan, sino por todo el proceso que implica su creación. 

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