El secreto de Unilever para reducir a la mitad su impacto ambiental
Unilever tiene como meta reducir a la mitad su impacto ambiental, para lo que hace uso de las innovaciones tecnológicas en la fabricación de sus productos
Unilever, una multinacional que produce productos de consumo, inició el camino hacia las prácticas sustentables, y su meta es reducir a la mitad el impacto ambiental hacia 2030, de acuerdo con su Plan de Vida Sustentable.
El camino hacia la sustentabilidad es un viaje constante, en el que la empresa aprendió a separar el negocio del impacto ambiental de sus operaciones, comentó Gerónimo Rivera, gerente general de sustentabilidad para México y Caribe de Unilever, dueña de marcas como Axe, Sedal y los helados Holanda, en entrevista con Alto Nivel.
En este camino, la compañía anglo-holandesa desvía la mirada hacía las nuevas tecnologías que permitan optimizar sus operaciones, con el firme objetivo de que la sustentabilidad sea una constante para reducir su huella de carbono, consumo de agua y el de uso de energías fósiles.
“Se busca que el negocio siga creciendo y eso significa una separación entre el impacto ambiental y el modelo de negocio, esto implica encontrar los paradigmas que tienes que romper y detectar las tecnologías disponibles en el mercado que nos ayuden a dar esos saltos para poder reducir el impacto ambiental”, dijo Gerónimo Rivera.
La compañía, que también produce las mayonesas y otros condimentos de la marca Hellmann’s, también utiliza en sus cadenas de producción ingredientes y materiales que se manejen de forma responsable los recursos naturales, pero que también contribuyan al desarrollo de las comunidades en donde se producen.
La planta en la que Unilever produce jabón en barra, en Ciudad de México; la de Helados Holanda en Tultitlán; Maicena en Toluca, Estado de México y la de Cuernavaca Morelos, en donde se producen los champús Sedal, aerosoles como Axe y Rexona, han avanzado de forma significativa su impacto ecológico.
De 2008 a la fecha, estas fábricas han implementado procesos y proyectos con los que han logrado reducir 52% las emisiones de carbono y 44% la extracción de agua, de acuerdo con datos de la empresa.
En México, uno de los focos más relevantes de Unilever es reducir el consumo de agua y para ello trabajan en la optimización de procesos, dado que, el país es un territorio de escasez hídrica, detalló Rivera.
En tanto, la compañía logró reducir en su totalidad los residuos que se destinaban a relleno sanitario, algunos de los cuales -después de atravesar un proceso de control de calidad- regresan a la cadena productiva, proceso conocido como economía circular.
En este sentido, la dueña de los jabones Dove desde 2017 recupera el equivalente de su producción de envases de aluminio y pet, mientras que el 90% de sus empaques son reciclables.
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Mercado consciente
Los cambios de la marca también responden a los nuevos hábitos de consumo de los sectores de alimentos, cuidado personal y del hogar, que también buscan ser más responsables en materia ecológica.
Por ello, Unilever creó un portafolio que integra 28 marcas con propósito, que atienden a un problema social o medioambiental y contribuyen a los objetivos del Plan de Vida Sustentable.
Entre estas marcas se encuentran Dove, Knorr, Hellmann’s y Holanda, las cuales crecen 46% más rápido que el resto del portafolio, y en 2018 representaron el 70% de la facturación global de Unilever.
“Las marcas con propósito son las que más crecen y lo hacen más rápido. La gente las acecha mucho más porque hay una identificación con esas medidas. Los consumidores son cada vez más conscientes de esta de esta necesidad y colaboran a través del seguimiento de estos productos”, comentó Gerónimo Rivera
Con las mejoras en eficiencia ecológica, la compañía registró ahorros por más de 600 millones de euros desde el año 2008 a nivel global. En tanto, en el primer semestre del año, facturó 26,100 millones de euros, 0.9% menos frente al mismo periodo de 2018.
Unilever tiene presencia en México desde los años 60’s y da empleo a 5,600 mexicanos.
