El plan de BMW para acelerar en San Luis Potosí sin miedo a Trump

Por Franck Velázquez

Hace más de 100 años, BMW surgió como una fabricante de motores para aviones en Alemania, incluso fueron los mejores de la industria en esa época hasta el final de la primera guerra mundial. Después construyó su primera motocicleta, la R 32. En 1929 lanzó el primer coche con el sello de BMW después de comprar la fábrica de vehículos de Eisenach conocido hasta ahora como el BMW Dixi.

Hoy, es una de las fabricantes de autos de gama alta con mayor prestigio en el segmento de lujo a nivel global. En México llegó hace 25 años con 1,500 unidades en su primera producción, y se ha posicionado como la firma líder en este sector por arriba de marcas como Mercedes Benz, Audi o Lincoln.

Tan sólo en 2018 vendió 25,000 autos en el país pese a la desaceleración que ha tenido la industria automotriz desde hace algunos años.

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Y la demanda ha sido tal que la compañía decidió abrir una nueva planta en el estado de San Luis Potosí, la segunda mayor economía del país, con una inversión de 1,000 millones de dólares y que opera desde hace dos meses e inaugurada el día de hoy en las instalaciones de la misma. Su capacidad de producción es de hasta 35 automóviles por hora, aunque por el momento sólo fabrica 80 por día.

Para la fabricación de estos coches que serán del modelo serie 3 de nueva generación, la firma alemana cuenta con 222 proveedores, de los cuales alrededor del 50% son empresas mexicanas y el resto extranjeras. Así lo señaló Andreas Wendt, responsable de compras y suministros de BMW durante el evento de apertura.

Todas las unidades que se fabriquen en estas instalaciones hasta julio de 2019 serán exportadas a Estados Unidos, mientras que para los siguientes meses se estima que se comercialicen en 40 países del mundo de los 140 en los que la fabricante tiene presencia.

Pese a la incertidumbre que se vive en la industria automotriz con el aumento de los aranceles que propone el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cualquiera que sea la decisión final, BMW no va a cambiar sus planes de inversión, operación y crecimiento. “Por ahora no podemos tomar decisiones con base en especulaciones, habrá que esperar”, dijo Hermann Bohrer, CEO de la planta en San Luis Potosí.

Además, Oliver Zipse, miembro del Consejo de Administración de BMW, señaló que aumentarse un 5% al arancel a partir del próximo lunes, serán los consumidores finales quienes tendrán que pagar los aranceles si se da un incremento en el costo de los autos, una situación que podría afectar las ventas de la firma.

Al evento de inauguración también asistió Alfonso Romo, jefe de la oficina de la Presidencia de México en representación de Andrés Manuel López Obrador, y dijo que el gobierno le garantizará a BMW las condiciones óptimas para seguir en el país.

Más de 2,000 personas conforman la plantilla de colaboradores de esta nueva sede que cuenta con 550 robots para el armado de los coches, una planta propia de energía eléctrica que se genera a través de 70,000 metros cuadrados de paneles solares, misma que se utiliza para sostener la operación del área de ensamble; además de un lago artificial para captar la lluvia y utilizar el agua para los sanitarios y regar los jardines.

BMW se mantiene firme frente a las turbulencias económicas que pueden surgir, y confía en que el mercado mexicano seguirá siendo próspero para el desempeño de la empresa.

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