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Desde un garaje, estos mexicanos conquistaron a Nissan, Ford y VW

07-01-2018, 7:39:52 AM Por:

Un viaje a Alaska impulsó a dos mexicanos a crear una empresa que ofreciera nuevas soluciones a la industria automotriz. El resultado fue oro puro para las grandes armadoras.

Alaska está en el límite del mundo. Tiene un invierno crudo que alcanza temperaturas de -40 grados Celsius y regiones que sólo se pueden surcar con automóviles adaptados.

En esa parte recóndita del planeta empieza la historia de Airdesign, firma mexicana de accesorios y equipamiento a la medida para diversas industrias (principalmente la automotriz).

“Mi papá nos enseñó, a mi hermano y a mí, mucho de mecánica. Cuando estábamos en la prepa nos dijo que haríamos un viaje a Alaska, pero que era necesario construir un vehículo especial para que nos dejaran entrar”, cuenta Carlos Ávalos Sartorio, quien, junto con su hermano, Miguel, han creado la principal marca independiente de autopartes, 100% mexicana.

Carlos y Miguel trabajaron tres años de su adolescencia en aquella máquina. El resultado fue un auto de doble motor, seis llantas y una estructura súper flexible. Era septiembre del 84 y el invierno estaba cerca.

“Mi papá nos enseñó a valorar los coches como herramientas de libertad”, evoca Carlos. Y la enseñanza quedó más que clara tras esta experiencia: los hermanos regresaron de su expedición de tres meses con la idea de que su vida seguiría esa misma línea.

Acostumbrados a trabajar desde pequeños, los hermanos Ávalos Santoro llevaban una educación universitaria sin mucho entusiasmo.  A la par, Carlos daba clases de Física, Matemáticas e inglés, repartía queso y huevo, y vendía jícamas mangos y pepinos. “Y mi hermano”, dice medio-en-broma-medio-en-serio, “creo que él vendía marihuana”.

Al estilo de Silicon Valley

Los jóvenes, con un historial académico intrascendente, empezaron a vender sus cosas y a comprar herramientas para trabajar. Eran finales de los 80 y, armados con una computadora, se pusieron a inventar en el garaje de la casa familiar.

Primero tinas de hidromasaje, luego spoilers para autos deportivos, accesorios en fibra de vidrio y, finalmente, pasaron al poliuretano.

“Para ganar nuestro primer proyecto, con Nissan, fabricamos una máquina de poliuretano que en realidad estaba hecha de desechos: fuimos a los tiraderos y recogimos monitores viejos del IMSS, mangueras y motores viejos. Era una máquina de cartón que presentamos a los ingenieros para que nos aceptaran como proveedores”, se ríe Carlos.

Con el adelanto de este contrato, los hermanos fueron a Alemania a comprar una máquina de verdad.

Los Ávalos Sartorio bien podrían aparecer en el diccionario que defina aquello del “ingenio mexicano”.

Airdesign se formó oficialmente en 1991, con el poliuretano como materia prima esencial y con más clientes en el currículum: Bancomer fue uno de ellos, al solicitarles una buena cantidad de piezas de mobiliario, y luego una empresa que les solicitó 200 mil cascos para bombero.

“Con ese proyecto nos descubrió Ford Motors Company, que nos pidió que hiciéramos la cubierta de la llanta de refacción, para lo que utilizamos una máquina muy sofisticada”, dice Carlos.

La revolución de la industria

Airdesign es la muestra del entendimiento de un mercado. Los jóvenes se apuntaron para crear una necesidad en donde no había competidores.

“Compañías como Nissan, VW, General Motors y varios grupos más nos empezaron a buscar porque cubrimos un nicho que ellos no estaban cubriendo. Los grupos de ingeniería más avanzados de esas compañías –marcas premium— representaron el siguiente paso”, explica el menor de los Ávalos Santoro.

Así llegaron los accesorios originales para el Jetta GLI, para la Lincoln Mark LT, la Ecosport y varias submarcas que son únicas gracias al trabajo de diseño realizado por Airdesign.

“Migramos a una tecnología padrísima que es virtual, compramos maquinaria y equipo para maquinar lo que sea, y nos volvimos atractivos para hacer otro tipo de proyectos que no fueran sólo para el mercado de accesorios. Nos hemos diferenciado más al conectarnos con series especiales en nichos de mercado”, explica el diseñador.

La firma depende en buena medida del mercado automotriz, pero ya están en búsqueda de algunas alternativas, como una línea de accesorios de lujo para mascotas, explica Carlos, quien luego comenta que tiene 12 perros y 2 gatos. No es para menos.

En cuanto a sus clientes principales, Airdesign vivió su momento de mayor estabilidad hace un par de años, cuando se estancó el mercado de automóviles en Brasil, pues el país sudamericano representaba, hasta ese momento, el 70% de sus ventas totales.

“Abrimos un centro de distribución en California, que ha crecido los últimos dos años hasta convertirse en el 40% del total de nuestras ventas. Trabajamos con el mayor distribuidor de accesorios, Keyston, en Canadá y Estados Unidos”, comparte el empresario.

Actualmente, Airdesign es el principal proveedor de accesorios premium para Pick Up’s en Norteamérica.

Desde México y desde sus inicios, Airdesign ha trabajado de la mano con FedEx, con lo que han logrado que la empresa consiga niveles de internacionalización importantes en poco tiempo, y se absorba, de cierta forma, el fuerte gasto que implicaría la logística para alcanzar destinos como Colombia y otros países de Sudamérica, en donde Airdesign cobra cada vez mayor presencia.

Airdesign realiza, vía Fedex, casi 40 mil envíos anuales. Los primeros, recuerda Carlos, fueron para traer piezas con las que estaban construyendo un carro para ir a Alaska.

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