9 señales al sector energético tras las renuncias en la CRE y CNH
Las renuncias de los presidentes de los órganos reguladores del sector energético, CRE y CNH, indicarían cambios profundos de la reforma energética
Con la renuncia presentada ayer por Guillermo García Alcocer como Comisionado Presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), efectiva a partir del 15 de junio, quedan acéfalos los dos principales órganos reguladores del sector energético, toda vez que Juan Carlos Zepeda Molina también renunció al mismo puesto en la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) en noviembre de 2018, unos meses antes de que iniciara el nuevo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Ambos exfuncionarios, García Alcocer y Zepeda Molina, debían haber trabajado con la nueva administración durante cierto tiempo, el segundo de ellos muy poco ya que su salida estaba programada para mayo de este año, de acuerdo al periodo para el que fue elegido. En el caso de Guillermo García Alcocer su permanencia al frente de la CRE se prolongaba mucho más y abarcaba buena parte del sexenio en turno ya que debía salir en abril del año 2023.
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Los dos organismos reguladores, tanto la CNH como la CRE, son autónomos, así está consignado en el cambio constitucional que se cristalizó en 2014 con la implementación de la Reforma Energética, por lo tanto, sus comisionados presidentes también son autónomos en sus decisiones, lo anterior garantiza en esencia la fortaleza regulatoria del mercado energético mexicano y permitiría su desarrollo otorgándoles plena certeza a los inversionistas de los diferentes segmentos.
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Aunque se sabe, no está por demás señalar lo relevante que es para la economía mexicana el sector energético, tan sencillo como que la empresa pública más grande e importante de este país, Petróleos Mexicanos (Pemex), se desempeña precisamente en la industria energética.
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Son varias las señales que se mandan a los mercados del mundo con la calidad acéfala de los principales órganos reguladores mexicanos, aquí señalamos algunas:
1) En los hechos, la permanencia de los dos órganos autónomos solamente será administrativa más no operativa; ambos organismos sesionarán con los comisionados que tengan, pero no tendrán capacidad para tomar decisiones relevantes. Será como darle mantenimiento a un barco que no navega.
2) No existe una reversión de la reforma energética como tal, declararla con todas sus letras traería consecuencias negativas y posiblemente incertidumbre financiera. Sin embargo, en la práctica empieza a delinearse un regreso a otros tiempos no muy lejanos, hasta ahora no parece haber interés para nombrar un comisionado presidente en la CNH y después del 15 de junio, cuando se vaya Guillermo García Alcocer de la CRE, no parece probable que ya haya quien lo sustituya, no corre prisa porque las decisiones parecen tomarse en otras partes.
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3) Esta situación hace sentido con la estrategia del gobierno que asumió hace 6 meses; su prioridad no la ha ocultado al señalar que busca la recuperación de la soberanía energética (incluso lo utiliza como slogan de Pemex), y para ello trata de fortalecer a la compañía petrolera mexicana.
4) Dicho fortalecimiento, de Pemex, incluye en la práctica cerrar el mercado energético para muchos efectos, uno de ellos para nuevas rondas licitatorias, que prácticamente han quedado descartadas hasta nuevo aviso. Es muy probable que ese nuevo aviso no llegue antes de 2024.
5) Muchas inversiones se han detenido y se detendrán en el mercado mexicano, pero otras ya estaban en marcha, llegaron al país antes de que iniciara el gobierno actual. En ambos casos, con los dos principales órganos reguladores acéfalos es muy probable que la incertidumbre y sobre todo la desconfianza se apodere de las inversiones en el sector, sobre todo con la situación de Pemex, compañía sobre la que pesa la amenaza de una reducción de su calificación crediticia.
6) Estamos ante la reversión de otros cambios importantes, en materia de energías alternativas no se observan muchos avances y este gobierno debería entregar menor consumo de combustibles fósiles en el país a su término, no se ven acciones y aunque hay tiempo, este pasa muy rápido.
7) La salida de García Alcocer de la CRE termina por reconfigurar el directorio del sector energético mexicano en su alta cúpula oficial, es decir, en los órganos principales de regulación y/o fomento, léase CNH, CRE, CENACE, CENAGAS, etc. Pero no se observa un proceso evolutivo, los movimientos y nuevos nombramientos parecen obedecer a la lógica de un gobierno que no desea continuar con los cambios contemplados en la reforma energética.
8) No sabremos si la nueva estrategia será un fracaso o permitirá el gran objetivo de recuperar la soberanía energética del país, entendida como la fortaleza financiera y productiva de Pemex, lo que incluye aumento de la base de exportación de 1.65 a 2.4 millones de barriles de petróleo diarios y la producción de al menos 80% de la gasolina que se consume en el país. Lo que sí es que ese objetivo no se conseguirá bajo la reforma energética como fue concebida originalmente, de hecho, si se logra será con un esquema muy distinto.
9) Todos estos cambios son malas señales para los mercados, hasta el momento se han mantenido relativamente estables, aunque no se han realizado más inversiones, al menos no tantas como se esperaba, seguramente esperarán a que haya nuevos y mejores tiempos, o señales.
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