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Aprende a capitalizar tus miedos en 6 pasos

24-04-2015, 6:48:25 AM Por:
Aprende a capitalizar tus miedos en 6 pasos fifu

Culturalmente se nos ha enseñado a percibir al miedo como una emoción negativa, pero también podemos aprovecharlo para lanzarnos hacia las grandes ligas.


¿Tienes miedo? ¡Felicidades! Estás
frente a una gran oportunidad. Quizás te suene un poco extraño, pero
créeme: el miedo es como un mensajero que nos trae noticias
importantes; nos previene de ciertas amenazas, y nos expulsa de la
mediocridad para lanzarnos a las grandes ligas.

Sin embargo, culturalmente, se nos ha
enseñado a percibirlo como una emoción negativa por lo que tratamos de
evadirlo o reprimirlo a toda costa. “El miedo es para los cobardes”; “tienes
que vencer el miedo”; “debes de ser valiente”: son todas creencias
que descalifican dicha emoción y empeoran nuestro malestar.

Antes de tratar de vencer nuestros
miedos es necesario que entendamos cómo operan y de dónde vienen.

En el libro La sabiduría de las
emociones
, Norberto Levy define al miedo como “la sensación de
angustia que se produce ante la percepción de una amenaza.

¿Cómo funciona el miedo?

El miedo surge cuando la persona que
lo experimenta no cuenta o no sabe que tiene los recursos necesarios para
salir adelante.

Las amenazas son tan variadas y
subjetivas como personas en el mundo. Así como hay quien tiene fobia a volar en
avión, hay para quienes este mismo hecho constituye una de sus más grandes
pasiones –por ejemplo para un piloto aviador–.

“El miedo es la valiosísima señal que indica una desproporción entre la amenaza a la que nos enfrentamos y los recursos con que contamos para resolverla”.

El miedo (al igual que las demás
emociones), funciona como la señal que se enciende en el tablero de nuestro
auto para indicarnos que se acabó la gasolina o existe alguna falla que es
necesario arreglar.

La señal encendida no es el problema como tal, sino que nos
está anunciando la existencia de un problema.

Del miedo disfuncional al funcional

La clave no está en no sentir miedo,
sino en capitalizarlo al máximo, de manera que sea nuestro aliado en los
momentos en que hay que enfrentarnos a diversos desafíos o salir avante de
las amenazas y encrucijadas que se nos presentan a lo largo del camino.

Frecuentemente usamos la
autosugestión como una forma de enfrentarlo y nos repetimos frases como:
no tengo miedo”; “yo soy valiente”; “este sentimiento no podrá
vencerme”, etc. Lo que no sabemos es que entre más nos resistimos a
nuestro miedo, más lo alimentamos.

¿Será el miedo una emoción exclusiva
de los cobardes? ¿Las personas más exitosas o destacadas son aquellas que no
tienen miedo?

El miedo no conoce exclusividades, es
una condición inherente al ser humano. No respeta edades, género, raza,
tamaños, nivel social o intelectual.

A continuación te damos algunas
claves para usar tus miedos como un trampolín hacia el éxito:

1. No disfraces tus miedos 

Si bien la autosugestión o la
negación nos pueden dar una sensación inmediata de “alivio”, en el mediano
y largo plazo nos daremos cuenta de que aquel mensaje de prevención que
traía nuestro miedo nos habría sido muy útil para salir bien librados de
la situación que se nos presentó como amenaza.

2. Enfócate en el verdadero problema 

El error que cometemos al
manejar nuestro miedo es que pensamos que éste es el problema y no
logramos ver lo que nos está indicando.

Además de que tenemos que
lidiar con la falsa creencia de que el miedo es sinónimo de
debilidad y
con el sentimiento de 
culpa o frustración que esto nos
genera.

3. Distingue los miedos racionales de los
irracionales
 

Aunque como mencioné anteriormente,
las amenazas son subjetivas, bien podemos analizar si aquello que
consideramos una amenaza tiene o no razón de ser.

Un miedo racional es aquel que
responde a una amenaza evidente, que podemos respaldar con hechos. Por su
parte, un miedo irracional vive en nuestras ideas y en nuestros juicios.

Por ejemplo, si una persona te
apunta con una pistola, el miedo que experimentas es totalmente racional. Por el contrario, si una persona
lleva su mano al bolsillo y se acerca caminando hacia ti y tú crees que en su
bolsillo hay una pistola y te va a disparar, se trata de un miedo irracional.

4. Maneja tus recursos 

Ya sean materiales, emocionales o
psicológicos, para hacer frente a tus miedos, no basta con tener o generar
los recursos necesarios para enfrentarlos, también es importante que reflexiones y te hagas consciente
cuando ya cuentas con ellos.

Tal vez estabas tan ocupado sufriendo
por tener miedo que no habías hecho un inventario objetivo de tus recursos
y/o de tus opciones para conseguirlos.

5. Reconcíliate con tu miedo

Lejos de menospreciarlo; insultarlo;
negarlo o reprimirlo, las personas que manejan sus miedos adecuadamente,
se compadecen de este aspecto de sí mismos, reconociéndolo y
entendiendo qué es lo que lo genera, desde la empatía y la aceptación;
buscando generar una alianza positiva que los lleve a actuar con mayores
recursos y herramientas.

6. Aprende a retirarte

Las personas que capitalizan sus
miedos, también saben detectar cuando la amenaza es más grande que sus
recursos y deciden no continuar en la batalla para evitar salir malheridos. Sin
embargo, no asumen su retirada como un fracaso, sino como
una determinación que los llevó a salir bien librados de un atolladero.

Los miedos nos llevan lejos de
nuestras zonas de confort. La sensación de una amenaza nos obliga a
movernos por simple instinto de supervivencia.

Una buena dosis de miedo es la
antesala de grandes posibilidades y de un boleto (sin regreso) hacia el
crecimiento personal.

¿Qué recursos necesitas conseguir
para hacer frente a tus miedos? ¿Qué te están indicando tus temores. 

La autora es coach ontológico, especializada en coaching de vida y empresarial. Directora de Cae-el20, empresa de coaching y capacitación. Puedes seguirla en Twitter en su cuenta @March_coach.

autor Coach ontológico e instructora en temas de desarrollo humano y empresarial.
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