La tecnología está lista para acabar con la trata de personas
Si las empresas tienen mejores herramientas para detectar operaciones ilícitas, es más fácil combatir el delito de trata de personas.
Por Daniel Ortiz
La trata de personas es un problema que aqueja a todas las sociedades latinoamericanas, sin embargo, resulta alarmante que en algunos países no se ha adoptado una política proactiva en contra de este delito.
Según el último reporte sobre tráfico de personas del Departamento de Estado de Estados Unidos, solo cinco países de Latinoamericana cumplieron todas las normas de la Ley de Protección a Víctimas de Trata de Personas, manteniendo el nivel 1 de cumplimiento. Por otra parte, más de la mitad de la región (16 países) bajó al nivel 2, lo que significa que no cumplen plenamente con los estándares mínimos de esta normatividad por lo que aún están en vía de cumplimiento.
Las organizaciones criminales dedicadas a la trata de personas están vinculadas directamente con delitos como el lavado de dinero, el soborno y la corrupción, a través de los cuales buscan legitimar sus activos con actividades en casinos, inmobiliarias o la compra-venta de metales preciosos. La meta de esto es introducir los activos ilícitos a los mercados financieros para poder usarlo de manera legítima en diversos países.
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En medio de esta red delictiva, resulta preocupante que, según cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la región no se observan aumentos significativos en las investigaciones y condenas por el delito de trata de personas. La impunidad alcanza el 90% al comparar las cifras de las personas condenadas por este delito entre los casos denunciados.
El problema es que los traficantes se ocultan tras operaciones financieras complejas, y al pasar los activos por diversos mecanismos de blanqueo se vuelve muy complicado para las autoridades de gobierno rastrear a los beneficiarios finales y criminales. También es un problema para las instituciones financieras, ya que al no tener acceso a la información necesaria para identificar a estos traficantes, se incrementa el riesgo de propiciar las ganancias ilícitas.
En este contexto resulta preocupante que, según un estudio elaborado por LexisNexis Risk Solutions, el 30% de las instituciones financieras desconocen el estatus legal de sus clientes o beneficiarios, si éstos se encuentran envueltos en actividades ilícitas, tienen antecedentes penales, o procesos legales abiertos en su contra.
El sistema financiero y la tecnología que lo respalda, son el único medio a través del cual se pueden rastrear a los traficantes, ya que los indicios de ese dinero sucio quedan registrados en las diversas operaciones e intentos por blanquear los activos.
A pesar de que en la actualidad existe una gran cantidad de información sobre las personas, la labor de identificar a los traficantes y sus operaciones financieras no es tan sencilla, ya que el acceso a la información es limitada y el análisis de la misma es muy lento. Sin embargo, actualmente existen soluciones tecnológicas que utilizan algoritmos de coincidencia, con las cuales se puede identificar si alguien ha sido señalado como traficante, tiene una orden de aprensión o ha estado involucrado de alguna manera en los delitos intrínsecos a la trata de personas.
Por esta razón, resulta indispensable para las instituciones financieras contar con herramientas de monitoreo y búsqueda de última generación que permitan realizar este ejercicio de verificación de terceros en cuestión de segundos. Resulta alarmante que, a pesar de los impactos del tráfico de personas en Latinoamérica impere la ausencia de estudios, registros oficiales, estadística e informes nacionales que permitan prevenir, denunciar y castigar este delito.
Con tecnologías de análisis de información, las compañías privadas y las fuerzas del orden tienen la capacidad de rastrear esas redes criminales mediante el uso de plataformas especializadas para analizar bases de datos, registros criminales y de operaciones financieras. Gracias a esto las empresas pueden identificar si una persona está relacionada con directa o indirectamente con traficantes de personas. Mientras que las autoridades pueden identificar con mayor facilidad y rapidez a los criminales, a través de un sistema de tipificaciones de las operaciones más comunes para blanquear activos en el sistema financiero.
Al acceder a bases de datos y fuentes de noticias globales, filtrando dicha información a través de tecnología de detección y algoritmos de aprendizaje automático, las empresas pueden identificar los riesgos dentro de sus cadenas de suministro, lo cual es más rápido y menos costoso que los métodos manuales. Para las corporaciones que buscan obtener una comprensión más profunda de sus relaciones con terceros, la tecnología debe ser un aspecto crucial de su programa de cumplimiento contra todo tipo de delitos financieros.
*El autor es Director de Desarrollo de Negocio para Latinoamérica de LexisNexis® Risk Solutions Mexico