Buscador
Ver revista digital
Opinión

Es la empresa, candidato

15-06-2018, 5:01:00 PM Por:

Las empresas son fundamentales para la generación de valor económico y social de un país. Veamos el 2018 como el año en que México comenzó a trabajar el futuro desde el futuro.

En ningún país del mundo desarrollado se margina a los empresarios o a las empresas. A ellos y a estas se les considera fundamentales para la generación de valor económico y social, lo mismo que a las personas que buscan innovar, transferir e impactar en los mercados y en la sociedad mediante el empleo del mejor talento disponible.

Una sociedad que no sabe apreciar la generación de valor económico y social es y será una sociedad condenada a la tutela del Estado y al capricho populista del político de turno. Solo una sociedad con una iniciativa privada competitiva y socialmente responsable puede lograr que crezcan y mejoren los estándares de vida de cualquier nación.  

Leer: La extraña relación de los mexicanos con su gobierno

Tal vez, en ninguna otra organización humana se reproducen mejor tal cantidad de conductas orientadas a la productividad, la innovación y la competitividad. Y esas conductas solo se pueden dar cuando existe un ambiente de libertad y de respeto hacia la persona. Y, por ello, una empresa contribuye, sin duda, a una mejor sociedad –más productiva– y a un mejor país, más libre y más socialmente responsable.

México lleva prácticamente 30 años de transición; de haber comenzado grandes transformaciones institucionales desde finales de los años 80 hasta nuestros días, y de seguir en ese proceso de evolución en el camino de consolidación de un sistema cada vez más abierto, más democrático, más justo y más competitivo.

Esta transición no solo ha sido a nivel sistémico, sino también a nivel micro, donde cada una de las empresas –no importando el tamaño– han hecho grandes esfuerzos por reestructurarse y mantenerse en el mercado en un entorno cada vez más abierto y exigente, siempre tratando de incorporar mejores técnicas y  prácticas y así contribuir a una sociedad y a un país en plena reconfiguración.

El aterrizaje de las reformas institucionales de segunda y tercera generación que se han impulsado en este sexenio, las negociaciones de una nueva versión del TLCAN y las elecciones presidenciales de julio de este año son algunos de los elementos que, en el panorama nacional e internacional, se nos presentan como retos y que debemos afrontar con responsabilidad, sin olvidar no solo lo que es mejor para los ciudadanos, sino también para el país.

Por ello, no podríamos obviar todo lo que hemos avanzado como país. Sin duda, tampoco podríamos olvidarnos de los grandes problemas nacionales, como es la ausencia de un pleno Estado de Derecho, pero tampoco podemos irresponsablemente no tomar en cuenta todo aquello donde sí hemos dado pasos firmes y duraderos hacia un país mucho más competitivo.

Este año, sin duda, es y será de definiciones en muchos ámbitos. Por lo que toca al mundo de la empresa, fundamental para cualquier sociedad que quiera sobrevivir en el mundo actual, deberá pensar en el futuro desde el futuro. Plantearse preguntas que en principio detonen reflexiones profundas y que motiven nuevas prácticas desde el management hasta las dinámicas más operativas para seguir contribuyendo y generando no solo valor económico, sino también valor social.

El 2018 también es el año, y tal vez sea lo más importante, del reconocimiento de que el rumbo del país es el adecuado, pero que en ese camino y en esa dirección tenemos que redoblar los esfuerzos y superar todos esos retos pendientes, como el gran lastre que significa para nuestro avance la corrupción y la impunidad, y buscar decididamente la construcción de un verdadero Estado de Derecho en México.

La consolidación de nuestra democracia después de treinta años no solo es deseable sino necesaria, por el bien propio y por el bien común.

Pero tampoco le pidamos a esa democracia aquello que no le hayamos dado. Con nuestro compromiso veamos el 2018 como el año en que México comenzó a trabajar el futuro desde el futuro.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

autor Profesor de Entorno Político y Social del IPADE. Ha sido consultor de organizaciones, gobierno y empresas.
Comentarios