El FMI lanza una ‘alerta amarilla’ por el aumento de la deuda global
El problema viene desde la crisis pasada, pero ha sido profundizado por las políticas monetarias laxas para frenar la recesión por la pandemia.
El excesivo apalancamiento, definido como la capacidad de endeudamiento, derivado de las políticas monetarias laxas en la mayor parte del mundo, es un arma de doble filo que no puede tomarse como un juego, sino como un auténtico riesgo para las economías del planeta, asegura el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El apalancamiento puede en una primera etapa servir como estímulo para la reactivación económica porque mantiene las actividades económicas y productivas e incluso las profundiza (compra de maquinaria y mantenimiento de la capacidad productiva, pago de sueldos y salarios, ampliación de instalaciones, etc).
Este apalancamiento es incluso vital en tiempos de crisis como los actuales. Su papel es de tal relevancia que puede ser la diferencia entre una crisis mayor o la recuperación.
Sin embargo, su incremento desmedido provoca que las economías se vuelvan más vulnerables ante períodos de desaceleración económica o un proceso de corrección en los precios de los activos. Históricamente, en la era moderna todas las crisis financieras han estado precedidas de rápidos aumentos en los niveles de apalancamiento, conocidos como “booms crediticios”, de acuerdo con el FMI.
Un problema añejo, profundizado por la pandemia
En un análisis denominado “Enfrentar los peligros de un apalancamiento creciente”, el FMI reconoce que el elevado apalancamiento en el mundo no es un problema reciente sino más bien añejo, prácticamente originado en la crisis previa la de 2008-2009. “Las condiciones financieras laxas del período posterior a la crisis financiera mundial de 2008-2009 fueron un determinante clave del aumento del apalancamiento”, dijeron en su análisis los expertos del FMI.
Sin embargo, es también un hecho que el endeudamiento se profundizó como consecuencia de lo que el FMI llama “las políticas de respaldo desplegadas en respuesta al shock de la pandemia de COVID-19“; fenómeno que se registró en los dos grandes bloques que hoy perduran en el mundo: economías desarrolladas y en desarrollo.
Además, la contracción generalizada del producto que sufrieron las naciones, contribuyó al aumento de la relación deuda/PIB, y el apalancamiento de las empresas registró un incremento de 11 puntos porcentuales del PIB, al cierre del tercer trimestre del año pasado.
Así, el FMI expresa que el apalancamiento del sector privado no financiero, integrado por hogares y empresas no financieras, iba en constante aumento durante la década pasada. Cálculos del organismo señalan que el apalancamiento del sector a nivel mundial subió de 138 a 152 por ciento, mientras que el de las empresas alcanzó un máximo histórico de 91 por ciento del PIB.
Solución para hoy, riesgo para el futuro
Según el FMI, los gobiernos y autoridades financieras del mundo enfrentan hoy día una gran disyuntiva. Por un lado, lo que el FMI llama “políticas acomodaticias” (recorte de las tasas de política monetaria junto con la expansión cuantitativa para recortar los costos de endeudamiento de empresas y hogares), así como las condiciones financieras resultantes, evitaron el colapso económico global y apuntalaron el crecimiento.
La estrategia es necesaria en el plazo inmediato, está plenamente demostrado que, de no haberse implementado, hoy el mundo estaría en una Gran Depresión por la devastación de la pandemia. Sin embargo, hacia el futuro, también se puede convertir en una gran vulnerabilidad que eventualmente pondría en riesgo la estabilidad financiera global.
FMI estima fecha
No se trata de un análisis al vacío, el FMI calcula que en un escenario de boom crediticio como el que vivimos actualmente por las políticas monetarias laxas, genera el riesgo de que en un promedio de 7 a 8 trimestres se produzca una fuerte desaceleración, es decir, en un periodo de 2 años podrían registrarse un periodo de ajuste en la economía global o algo más severo, todo depende de la profundidad de la corrección en los precios de los activos. Dentro de 2 años, cuando el mundo apenas empiece a dejar atrás los estragos generados por la pandemia, estaría ya presente una nueva crisis.
Esto puede ayudar a disminuir el riesgo
Ante la disyuntiva en la que se encuentra el mundo: Entre la implementación de políticas monetarias laxas para impulsar la reactivación económica y el elevado endeudamiento que esto genera, el FMI aconseja adoptar algunas medidas para resolver el problema o cuando menos reducir el riesgo en el largo plazo.
Por ejemplo: imponer criterios más estrictos para el otorgamiento de créditos, exigir aumentos de capitalización en las empresas, implementar regulaciones más estrictas de liquidez para los bancos, entre algunas medidas que disminuirían el apalancamiento excesivo de las empresas del sector no financiero.
El FMI señala que no es fácil actuar, no en los tiempos actuales. Pero, advierte que lo que no se haga hoy, podría traer serias consecuencias en el futuro. El mundo está por llegar al primer cuarto de este siglo, periodo en el que las crisis económico-financieras han sido la constante, ¿cuántos años más durará este?