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Emprendedores

El empresario mexicano que hizo realidad el traje de Ironman

07-03-2017, 6:40:12 AM Por:

Ernesto Rodríguez siempre quiso cambiar al mundo. Hoy, el mexicano busca mejorar la vida de 600 millones de adultos mayores con problemas de movilidad con un exoesqueleto diseñado para controlar sus extremidades.

Ese 12 de junio de 2014, en Brasil, ocurrió algo histórico, nunca antes visto. El proyecto Walk Again causó expectativa en la inauguración del Mundial de Fútbol. En suceso sin precedente para la medicina, la patada inicial la daría alguien que no podía caminar con ayuda de un exoesqueleto, es decir, una vestimenta robótica que le permitió dar el puntapié gracias a un casco que conectó las señales de su cerebro con los músculos de sus piernas.

Esta hazaña no había ocurrido antes, pero no era única. Ese mismo año, Ernesto Rodríguez creaba WeaRobot, una empresa nacida en Monterrey, Nuevo León, un estado del norte de México, que también resuelve el problema de pérdida de movilidad en adultos mayores o personas con discapacidad física.

Su tecnología usa señales cerebrales y musculares para determinar el instante en el que las articulaciones del cuerpo requieren de fuerza para moverse, muy parecido a como funciona la armadura de Tony Stark para ser Ironman. La diferencia es que este emprendedor fabrica exoesqueletos modulares que pueden separarse en varias partes, lo que representa la solución para democratizar esta tecnología y permitir que más personas de diferentes estratos sociales tengan acceso a ella.

Tras diez años de investigación en robótica aplicada a la industria, Rodríguez, que es profesor e investigador del Instituto Tecnológico de Monterrey, encontró la oportunidad de ayudar a su padre a recuperar la movilidad que estaba perdiendo en piernas y brazos, debido a un desgaste en las articulaciones. Así, con ayuda de un equipo de estudiantes de posgrado, creó un traje electromecánico que le ayuda a controlar sus extremidades.

El deterioro de la salud de su padre, narra Rodríguez, coincidió con que el departamento de investigación donde trabaja pidió recursos al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Ese capital semilla sirvió para empezar a producir el artefacto durante 2015.

En la actualidad este exoesqueleto podría mejorar la vida de algunos de los 600 millones de adultos mayores con problemas de movilidad que existen en el mundo, según las investigaciones de Rodríguez.

De la ciencia ficción al emprendimiento

Cuando Ernesto era un niño, jugaba béisbol y le gustaban las historias de ciencia ficción en las que los robots tenían un papel importante: mejorar la vida de las personas.

“Me imaginaba que en el futuro se podrían resolver problemas con la robótica.”

Su fascinación por las máquinas la heredó de su abuelo, un mecánico a quien veía constantemente desarmar motores de coches, y de su padre, quien es ingeniero mecánico.

Hoy Rodríguez tiene 37 años y un doctorado en robótica. Y su emprendimiento, WeaRobot, ha concursado en varios certámenes a escala internacional en Silicon Valley. El camino no ha sido fácil, pues ha sido complicado encontrar inversionistas debido a que la tecnología médica necesita más inversión y conlleva más riesgo, así como mayor regulación. “Eso espantaba un poco a los inversionistas”, reconoce.

En 2015, el equipo recibió apoyo de Startup México; ahí se incubaron y salieron del laboratorio para validar el exoesqueleto frente a más de 1,600 personas entre usuarios, pacientes, médicos y enfermeras.

El año pasado el proyecto fue parte de un programa de alto impacto del Texas Medical Center Accelerator (TMCx) que ayuda a los emprendedores que incursionan en la medicina. “WeaRobot fue el único emprendimiento fuera de Estados Unidos seleccionado para participar”, presume Rodríguez.

El objetivo principal de este emprendedor es crear un aparato ‘democratizable’, que sea económico para que la gente tenga acceso a rehabilitación física. Por ello, para este 2017 planea vender sus dispositivos modulares a un costo menor a mil dólares, mientras que en el mercado pueden costar hasta 40 mil dólares. En un inicio, se comercializarán a través del sitio web de WeaRobot en México, Estados Unidos y Canadá.

“Nuestra tecnología es modular, lo que nos permite hacer el exoesqueleto en varias partes y que el usuario sólo adquiera las que necesita, así el costo baja significativamente”, explica Rodríguez.

En estos tres años WeaRobot ha participado en varios programas de alto impacto que le ha llevado a entender cuál es la ruta de comercialización correcta para cada uno de los productos que han desarrollado, pues desde el pasado noviembre cuenta con tres diferentes: dos para rehabilitación (uno para lesiones leves y otro para padecimientos graves) y una línea de entretenimiento en la que se utilizan los exoesqueletos como parte de un videojuego.

Así, Rodríguez y su equipo buscan ‘gamificar’ la rehabilitación por medio de realidad virtual, a través de juegos en los que se requiere que el paciente mueva cierta parte del cuerpo. En Monterrey, ya funciona un prototipo para rehabilitar brazos en el Hospital Zambrano Hellion.

Ernesto Rodríguez, hoy, a sus 37 años, sigue creyendo que los robots mejorarán la vida de las personas, así como lo creía desde que era niño.

“En los pacientes se ve la esperanza de que la tecnología puede mejorar su vida y eso es una inyección de energía positiva y de motivación para seguir adelante. Nuestra generación verá cómo la robótica se convierte en una realidad y formará parte de nuestra vida.”

Texto publicado originalmente para Entrepreneur

autor Editora de Entrepreneur en Español. Comunicóloga amante de los temas de negocios y finanzas.
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