El desastre llamado Pemex que recibirá el nuevo director de la empresa
La administración que está por terminar entrega a la petrolera con un declive de producción, la más endeudada y dependiente de ayudas estatales.
Hace seis años, la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) recibía en sus manos a Petróleos Mexicanos (Pemex) en una situación precaria: producción a la baja, alto nivel de deuda con proveedores, pérdidas financieras y productivas, creciente importación de gas natural y gasóleo, deterioro de México en el ranking de los principales productores de petróleo y, lo que es quizás lo peor, estaba catalogada como la petrolera más endeudada del planeta con alrededor de 105,000 millones de dólares.
La promesa del gobierno que está por concluir era rescatar a Pemex y convertirla en el pivote de la economía nacional y de la llamada “soberanía energética”, que le daría al país la posibilidad de dar un paso sólido hacia el desarrollo. La gran apuesta quedó definida con nitidez por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador cuando, a mediados de 2019, dijo que en su gobierno se ocuparían tres años para rescatar a Pemex y aumentar la producción, y tres años para destinar inversiones al desarrollo nacional, sembrar y cosechar el petróleo para volver a Pemex el baluarte de la economía nacional.
Para ello, lo primero que hizo AMLO fue nombrar en el puesto a quien dijo llevaría a Pemex a las grandes ligas, al ingeniero agrónomo Octavio Romero Oropeza, sin la mínima experiencia en el sector, pero a decir del mandatario, un servidor público de primera. No fue suficiente.
La administración de Claudia Sheinbaum Pardo, que iniciará el primer minuto de octubre próximo, recibirá a Pemex con un balance muy negativo pese a la reducción de la deuda (99.4 mil millones de dólares al 30 de junio de 2024), pero como un barril sin fondo en pérdidas y dependiente de ayudas estatales constantes.
Producción, la más baja en 45 años
La primera gran promesa en el sexenio que está por concluir consistió en que la producción de Pemex se elevaría. En diciembre de 2018 se presentó un plan enfocado en el incremento de la perforación de pozos en las cuencas del sur del país, en aguas someras y en tierra. El objetivo era pasar de producir 1.75 millones de barriles de crudo diarios hasta unos 2.6 millones al final de 2024.
Pero las cifras actuales dan cuenta del fracaso: en junio de 2024, la producción de Pemex y otros privados fue de 1.57 millones de barriles diarios, lo que representó una disminución de 6.2 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior. En mayo de 2024, la producción de petróleo de Pemex había caído 5.8 por ciento en comparación con 2023 y 8.19 por ciento en 2022. También en abril de 2024 Pemex produjo 1.47 millones de barriles de crudo por día, su nivel más bajo en 45 años.
Es un hecho, el aumento en la producción de petróleo no se cumplirá y la gesta histórica que se planteaba para Pemex en aquellos días de 2018 cuando se comparaba con algo similar a la nacionalización de 1938, tendrá que esperar para mejor ocasión.
Deuda con proveedores en niveles históricos
La deuda con proveedores al inicio del sexenio lastraba las finanzas de muchas empresas que dependían de la entonces Empresa Productiva del Estado. La administración que iniciaba en 2018 prometió no solamente reducirla, sino llevarla a niveles en los que jamás se volvería a poner en riesgo la viabilidad de las empresas, y la cadena de suministro se volvería un círculo virtuoso que impulsaría el crecimiento en varias regiones del país.
Nuevamente, las cifras dicen todo lo contrario: tan solo en el primer semestre de 2024 la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) con proveedores y contratistas alcanzó un máximo histórico de 362,500 millones de pesos. Esta deuda ha crecido más de 75 por ciento desde el inicio del sexenio, lo que representa un aumento de alrededor de 156,000 millones de pesos. Muchas empresas se han visto obligadas a dejar de prestar sus servicios a la estatal mexicana, pero es insuficiente porque eso no resuelve la falta de capital generada por el impago de la petrolera más endeudada del mundo. Desde luego, más que un círculo virtuoso, el alto endeudamiento de Pemex está llevando al cierre de empresas y desempleo en el sector. Pemex no tiene liquidez ni siquiera para pagarle a sus proveedores, de ese tamaño es el desastre.
Pérdidas de casi 1 billón de pesos y un rescate de 1.5 billones
Las pérdidas acumuladas en Pemex durante el sexenio totalizan la cifra de 970 mil millones de pesos. Pero por si esta escandalosa cifra fuera poco, el rescate de Pemex durante la administración llegó a un nivel jamás visto de 1.5 billones de pesos, todo con recursos públicos.
Pemex fue un auténtico barril sin fondo, una empresa que se ha priorizado como fundamental para la economía nacional, pero a un costo demasiado elevado, se calcula que con el rescate de Pemex pagado por este gobierno se hubiera podido comprar dos veces una empresa petrolera global como Repsol, por no decir en lo que se hubiera podido gastar ese dinero para el desarrollo nacional.
En total, Pemex le habría costado al país este sexenio alrededor de 2.5 billones de pesos, los cuales 1.5 billones por su rescate financiero y casi 1 billón de pesos más por las pérdidas generadas por su ineficiencia, sin considerar las consideraciones que se hicieron para que dejara de pagar menos impuestos, un fracaso que se dimensiona en cifras contantes y sonantes.
México baja en el ranking de países productores
A principios del siglo XX, México era considerado el principal país productor de petróleo en el mundo. Para mediados de dicho siglo ya había perdido bastantes lugares, pero se mantenía en el Top 10, ocupando el puesto número 8 de la lista.
Las décadas han pasado y nuestro país no ha hecho otra cosa más que perder puestos, todavía ocupa un sitio importante, pero ya muy lejos de los primeros lugares.
México ocupa al cierre de este sexenio el sitio 13 entre los principales países exportadores de petróleo de acuerdo con la lista de la OPEP. A inicios de la administración ocupaba la posición número 12, ya perdió un lugar en la lista.
Deer Park, un acierto muy costoso
La compra de Deer Park fue un acierto que generó una utilidad de 195 mdd, según dijo el director de Pemex a finales del año pasado, también señaló que la refinería procesó de 282,000 barriles diarios de crudo y una producción de 294,000 barriles diarios de petrolíferos.
Pero el costo de comprar dicha refinería ubicada en Texas, no deja bien paradas las finanzas de Pemex, y tampoco las del país, ni justifican el gasto en la posición de Pemex, veamos por qué.
La refinería se adquirió por 600 millones de dólares, lo que no tiene sentido económico ya que llevaba registrando pérdidas durante los dos últimos años previos a su venta, sin olvidar la deuda que ascendía a más de 980 millones de dólares. Debido a que Pemex ya contaba con el 50% de las acciones de Deer Park, con esta compra asumió el control total pero también la totalidad de sus pasivos. Mismos que se sumaron a la enorme deuda de Pemex. Todavía no se sabe bien a bien la relevancia de Deer Park en la estrategia de Pemex como petrolera, pero lo que sí se sabe es que contribuyó a que la deuda de la empresa se incrementara, el supuesto aumento en la producción total que aportó a Pemex tampoco es del todo claro ya que, como vimos, la producción de Pemex está prácticamente en sus niveles más bajos en casi cinco décadas.
La primera petrolera del mundo… en deuda
Cuando en 2018 el nuevo gobierno tomó en sus manos la administración pública federal catalogó como “una vergüenza” y un símbolo de la corrupción e ineficiencia el hecho de que le hubieran entregado a Pemex con alto nivel de deuda, tanto que estaba considerada entonces la empresa petrolera más endeudada del planeta con un endeudamiento que se ubicaba alrededor de los 110,000 millones de dólares. Además de la crítica, la promesa fue clara, contundente y rotunda, Pemex dejaría de ser la empresa del sector más endeudada del mundo, y se convertiría en la punta de lanza del desarrollo nacional.
Seis años después, la administración de Andrés Manuel López Obrador entregará al gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo a Pemex con el mismo título con el que la recibió, como la petrolera más endeudada del mundo: al cierre de la presente administración tendrá una deuda que rondará los 106,000 millones de dólares, habría reducido su deuda en 4,000 millones, totalmente insuficiente para quitarse la nada honorable distinción.
Todos los indicadores, renglón por renglón, muestran que la gestión de Octavio Romero Oropeza al frente de Pemex fue un auténtico desastre. El agrónomo que llegó a manejar la empresa pública más estratégica y relevante del país y que la dejó en peores condiciones de las que la recibió, ya que un atraso de 6 años podría ser determinante para el futuro de la empresa. Ese es el desastre que tomará en sus manos en poco más de 30 días quien sea nombrado como el próximo director o directora de Pemex, la petrolera más endeudada del mundo.
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