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Economía

Rusia está perdiendo la “guerra financiera” y le dejará estas secuelas

08-03-2022, 8:40:00 AM Por:
© EFE.

En este siglo XXI acudimos a una nueva modalidad que no requiere de armas, pero cuyos efectos son iguales o mayores.

Aunque solo dos países estén en un conflicto armado, el mundo está en guerra. El pasado 24 de febrero Rusia le declaró la guerra a Ucrania al invadir a ese país; unos días después el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró que las sanciones de occidente tras la invasión a Ucrania eran como una declaración de guerra. Y en cierta forma tenía razón.

Este siglo 21 ha traído consigo una nueva modalidad de guerra que al parecer llegó para quedarse, la “guerra financiera”, que hoy mismo es una respuesta a Rusia, tras la agresión bélica que llevó a cabo contra su vecino Ucrania.

Las consecuencias de la guerra bélica no las conocemos, en ocasiones todo apunta a que será un conflicto de larga duración que devastará Ucrania. Pero, las consecuencias de la “guerra financiera” pueden anticiparse, los mercados lo hacen ya en estos momentos y podrían ser muchos los factores y mercados los que estén involucrados.

Inédita cascada de sanciones corporativas

La embestida económica está liderada en realidad por grandes corporativos globales; nunca en la historia prácticamente todas las empresas del mundo se habían unido para abandonar un mercado o sancionar con diferentes acciones un mercado específico, esto es lo que pasa con Rusia.

  • Apple
  • Ford
  • Visa
  • Mastercard
  • BP
  • Shell
  • Equinor
  • Exxon Mobil
  • Céntrica
  • Eni
  • H&M
  • Burberry
  • Netflix
  • Airbus
  • Boeing
  • AerCap Holdings
  • Technik de Lufthansa
  • HSBC
  • Nordea
  • Mashreq Bank
  • Grupo ING
  • Sandvik
  • Atlas Copco
  • Metso Outotec
  • Norsk Hydro
  • Siemens
  • ABB
  • CRH
  • Adidas
  • Nike
  • Puma
  • Alphabet (Google)
  • Microsoft
  • Oracle
  • SAP
  • Dell
  • Atlassian Corp
  • Ericsson
  • Nokia
  • Ikea
  • Nokian Tyres
  • Kemira
  • Electrolux
  • Spotify

Hasta Hollywood se sumó al boicot y dejará de transmitir sus estrenos en ese mercado. La lista es enorme, la vorágine de la guerra y sus efectos económicos y en los mercados financieros no nos deja en ocasiones dimensionar lo que sucede, pero estamos frente a una embestida económico-financiera de gran magnitud. Lamentablemente debemos hablar ya de una guerra global en dos frentes: una es la guerra armada, que en estos momentos y por fortuna sólo es protagonizada por Rusia y Ucrania, tras la invasión del primero al segundo.

Mientras que del otro lado está el frente económico-financiero, con grandes repercusiones en todo el mundo, la mayoría de ellas desconocidas.

Estos son los efectos

Muchos serán y son los efectos de la “guerra financiera” en el principal y único objetivo hasta el momento, Rusia.

– El PIB ruso bajará y podría llevar a Rusia a retroceder décadas, el avance logrado en los años recientes sería borrado. Rusia se ha convertido en una especie de “trampa” para el capital extranjero, no puede disponer de recursos prácticamente en ninguna moneda industrializada, sin estos flujos vitales para cualquier economía, el desplome económico está garantizado.

– El índice bursátil RTS (el de referencia en dólares del mercado de valores ruso) registra una caída de 30 por ciento en el último mes, y más de un 40 por ciento en lo que vamos de 2022. La bolsa rusa ha cerrado varias jornadas para disminuir los efectos de las sanciones. Sin embargo, solamente los fondos de renta variable con mayor exposición a Rusia cayeron 23 por ciento la semana pasada.

Los bonos se han desplomado y los intereses se impulsaron con intensidad, a medida que los inversores pierden la confianza en las finanzas de un país que tendrá que sostener casi toda su inversión con el ahorro nacional, algo que se antoja muy complicado. La semana pasada el interés del bono a 10 años se disparó del 9 al 13.6 por ciento.

– Rusia está a las puertas de la cesación de pagos. Los Credit Default Swaps (CDS), que cubren la posible quiebra del país, apuntaban a principios de semana a una posibilidad mayor del 50 por ciento de que el país no pueda pagar su deuda y quiebre.

– La moneda rusa, el rublo, acumula una caída del 30 por ciento contra el dólar en los últimos cinco días. la depreciación de la moneda es un golpe muy duro para las expectativas.

– Rusia tiene prácticamente 3 veces más en reservas monetarias de las que tiene México; el saldo de las reservas internacionales es de 630 mil millones de dólares al cierre de febrero pasado, Pero, las sanciones tienen este saldo totalmente congelado. Casi el 60 por ciento de las reservas monetarias de Rusia están compuestas por el euro, el dólar estadounidense y la libra esterlina, esto supone de facto que quedan inmovilizados los activos rusos en todo el mundo.

– La incapacidad del banco central ruso para utilizar un gran porcentaje de sus reservas supone un gran riesgo para la estabilidad financiera. Por lo tanto, es muy alto el riesgo de una estampida bancaria en ese país.

– Así, lo más probable es que Rusia sufra una profunda recesión en los próximos meses, por lo tanto será muy difícil que el país crezca en 2022. También es altamente probable que Rusia incumpla su deuda externa, y que se registre una caída del PIB de doble dígito este año.

– La caída de la moneda rusa podría añadir hasta cinco puntos porcentuales a la inflación. El crecimiento de precios en ese país subió a 8.7 por ciento en enero, más del doble del objetivo del banco central, ubicado en 4 por ciento.

Rusia pagará las consecuencias de largo plazo de ser una economía aislada. Los mayores costos de financiación reducirán la inversión nacional y devastarán el consumo.

– La ausencia de inversión internacional, tanto directa como en cartera o de otros tipos, golpeará de lleno la productividad y el crecimiento potencial de la economía rusa.

Rusia es la primera nación golpeada por una nueva modalidad de guerra que definirá cuando menos la primera mitad de este siglo, la “guerra financiera”; en el largo plazo, no se sabe qué consecuencias de largo plazo dejará en el mundo. Y algo sí es un hecho, ningún país podrá aislarse de los efectos.

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