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Economía

Pese a todo, reforma energética ha traído inversiones por 10,643 mdd

02-08-2022, 8:57:18 AM Por:
© Especial

La reforma energética de hace 9 años sigue dando frutos, incluso después de que los prejuicios ideológicos prácticamente la enterraron.

Una de las grandes críticas del actual gobierno a la política energética de la pasada administración fue la relacionada con la supuesta falta de resultados y de inversiones.

El argumento era que se habían comprometido miles de millones de dólares y no se veían por ningún lado, además de que no se había obtenido hasta ese momento una sola gota de petróleo con la reforma energética. Por supuesto, no faltaron las acusaciones de corrupción, para lo que el caso Emilio Lozoya fue de gran utilidad a los intereses gubernamentales.

Pero no todo fue como se dijo. Lamentablemente los funcionarios que en su momento llevaron a cabo la implementación de la reforma no pudieron o no quisieron, por alguna razón, dar los argumentos técnicos y de mercado que sustentarán las inversiones.

La reforma energética implementada a partir del año 2013 consideraba en efecto cuantiosas inversiones, pero no eran inmediatas porque como todo el mundo sabe, el negocio del petróleo es de muy largo plazo.

Tampoco se dijo en ninguna parte de las leyes que se produciría gasolina de inmediato, ni que México incrementaría en el acto sus volúmenes de producción de petróleo.

De hecho, en la reforma se expresaban con todo detalle las rutas de las inversiones necesarias para madurar cualquier proyecto que se llevara a cabo.

Y, algo muy importante, el estado mexicano prácticamente no asumía riesgo alguno, salvo el de tener que ser paciente para ver los frutos de las inversiones.

Así van las inversiones en sector petrolero del país

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el órgano regulador que recibe de las empresas la estimación de sus inversiones y aprueba los planes de exploración, evaluación y desarrollo.

Al menos ese era su papel hasta que inició la presente administración federal.

Hasta el momento se han autorizado inversiones por 46 mil 487 millones de dólares, mismos que se ejercerán entre 2015 y 2048.

Las mismas cifras señalan que hasta mayo del 2022 las inversiones reportadas ascendieron a 10 mil 643 millones de dólares.

¿Esta cifra es mucho o es poco? No debemos olvidar que más inversiones están planeadas para un horizonte de más de tres décadas, 33 años para ser exactos.

Con base en los datos, hasta el momento se han concretado inversiones equivalentes al 22.89 por ciento del total esperado, una cifra muy cercana a la cuarta parte de lo esperado.

Es importante recordar en este contexto que los distintos proyectos de exploración y producción están en diferentes etapas de ejecución y cada uno tiene un plazo diferente para ejecutar las inversiones.

Aquí cabe otra pregunta, ¿por qué no se hacen todas las inversiones de manera conjunta, al mismo tiempo?

La respuesta es sencilla, los proyectos tienen diferentes etapas, tal como funciona la industria petrolera en el mundo.

Las cifras de la CNH demuestran que, del total de inversiones aprobadas, alrededor del 81 por ciento corresponde a proyectos en etapas de desarrollo, cuya vigencia se extiende hasta el año 2048, es decir, alrededor de 37 mil 577 millones de dólares fueron aprobados como parte de Planes de Desarrollo para la Extracción.

Además, el 19 por ciento de la totalidad de inversiones aprobadas corresponde a contratos en etapas exploratorias cuya vigencia se extiende hasta el año 2025. Es decir, 8 mil 910 millones de dólares fueron aprobados como parte de los Planes de Exploración y Programas de Evaluación.

También es muy importante señalar que más del 83% de estas inversiones se concentran en contratos cuyas actividades se realizan costa afuera, lo que representa aproximadamente 7 mil 459 millones de dólares.

Así, tomando en cuenta que alrededor de 70 por ciento de los contratos vigentes se encuentran en etapas puramente exploratorias y que los programas de inversión aprobados tienen un plazo de vigencia para ejecutarse hasta el 2025, es claro que hay diversas etapas de inversión y de resultados.

Hasta mayo de 2022, las inversiones aprobadas en contratos con Planes de Exploración y Programas de Evaluación ubicados costa afuera ascendieron a 7 mil 459 millones de dólares, aproximadamente.

Por otra parte, las inversiones ejecutadas reportadas por los operadores son de 3 mil 637 millones de dólares.

La inversión pendiente por ejercer en los contratos en etapas exploratorias, es decir, 3 mil 821 millones de dólares, aproximadamente que representa el 51% del presupuesto total aprobado, tiene distintos plazos para ejecutarse.

Por contrato, en los próximos 3 años las distintas empresas concluirán con sus Planes de Exploración y Programas de Evaluación.

Los operadores tienen en conjunto compromisos para perforar al menos 30 pozos exploratorios en los próximos 3 años, de los cuales al menos 17 se ubican en aguas profundas. Estas actividades están consideradas en la inversión pendiente por ejercer.

En resumen, la reforma energética de hace 9 años sigue dando frutos incluso en un contexto en el que los prejuicios ideológicos prácticamente la enterraron.

El hubiera no existe, pero de haber seguido los planes originales quizás la situación actual del sector energético mexicano sería otro, a la luz de los shocks que se registran desde hace algunos años en este sector, y de la innegable cercanía con la mayor economía del planeta.

Todo esto viene a colación porque los cambios sustentados en la ideología han sido tan erráticos que ni siquiera se sabe bien a bien si las dos empresas emblema de nuestro país en el sector, es decir Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sigue con problemas.

La segunda ha ligado cinco años de pérdidas, mientras que la primera sólo obtiene utilidades cuando los precios internacionales del petróleo se disparan; de lo contrario, no. Sin considerar su ya casi impagable deuda de más de 100 mil millones de dólares.

En estos años ha quedado claro que el camino de las inversiones, de los proyectos productivos y de los capitales en el sector, es el adecuado. El nacionalismo energético sirve y servirá de muy poco.

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