Pemex no parece estar lista para ser la “palanca del desarrollo nacional”, y el tiempo se acaba
Sus pérdidas en los dos primeros años de la actual administración, superan dos veces a las reportadas en el mismo periodo del sexenio anterior.
Pemex se hunde cada año más. La empresa llamada a ser palanca del desarrollo nacional junto con su industria a partir de julio de este año, es decir en la segunda mitad de la administración, no está en condiciones para serlo.
Más allá de los dichos, los hechos y las cifras hablan de forma contundente. Es cierto que se heredó un desastre en la petrolera mexicana, pero también es cierto que hasta la fecha no se le encuentra “la cuadratura al círculo” y pérdida tras pérdida Pemex acumula años de deterioro, antes y ahora.
La que alguna vez fue considerada en el top ten de las petroleras globales, joya de la economía nacional, y también baluarte económico, llega al mes en el que celebrará un año más de su fundación envuelta en pésimos resultados financieros.
Historia de pérdidas y fracasos
En los últimos 10 años, es decir entre 2011 y 2020, Pemex solamente ha reportado ganancias en uno de ellos, el año 2012. En dicho periodo, la petrolera mexicana tuvo beneficios por 4 mil 977 millones de pesos, de acuerdo a la memoria estadística de la compañía, cuando un año antes reportó pérdidas netas por 79 mil 622 millones.
En estos diez años de historia reciente, el mayor descalabro lo registró en el año 2015 con una pérdida neta de 712 mil 567 millones de pesos, mientras que la pérdida más “moderada” fue registrada en 2018 cuando “sólo” perdió la cantidad de 148 mil 634 millones de pesos en el periodo.
Con los resultados del año pasado, Pemex acumula 8 años de pérdidas netas consecutivas, no hay empresa en el mundo que pueda soportar esto, excepto Pemex. Lo anterior sin olvidar que la compañía tiene la nada honrosa distinción de ser la petrolera más endeudada del planeta. Este dato, el del exceso de deuda, refleja por sí mismo el deterioro que ha registrado Pemex con el transcurso de los años y las diferentes administraciones, de todos los colores.
Así, en ocho años de constantes resultados financieros negativos, Pemex acumula nada más y nada menos que 2.755 billones de pesos en pérdidas. La cifra anterior no dice otra cosa, sino que Pemex se ha convertido en un auténtico “barril sin fondo”, una empresa a la que no se le ha logrado enfilar hacia la rentabilidad. Este deterioro puede obedecer a múltiples causas, no hay duda. No puede ser que solamente una mala administración, o la corrupción del pasado hayan llevado a la empresa a la situación en la que se encuentra hoy, son muchos los factores que colaboraron para ello. Tanto así, que las pérdidas acumuladas en los dos primeros años de la presente administración dejan poco espacio a la duda.
Un mal desempeño en una nueva era
En virtud de que Pemex y la industria petrolera está llamada a convertirse en “palanca del desarrollo nacional” a partir de la segunda mitad de la presente administración, es decir tan pronto como en julio próximo, es necesario saber qué se ha hecho en estos dos años previos para sentar las bases de dicho desarrollo, ese que se impulsará desde el sector energético en general y desde Pemex en particular.
En el año 2019 Pemex tuvo pérdidas netas por 347 mil 911 millones de pesos, mientras que un año después, en 2020 el año de la pandemia, la pérdida creció 38.24 por ciento hasta 480 mil 966 millones.
Lo anterior significa que en los dos primeros años de la actual administración Pemex acumula pérdidas netas por un gran total de 828 mil 877 millones de pesos.
La cifra anterior, el gran total, nos dice que la petrolera mexicana enfrenta una situación financiera verdaderamente desastrosa, sin olvidar lo mal que también se hicieron las cosas durante las administraciones anteriores. La pérdida acumulada de Pemex en estos dos años recientes supera prácticamente 2 veces a las pérdidas acumuladas de Pemex en los dos primeros años completos de la anterior administración, el dato exacto es 1.9 veces. De acuerdo con las cifras oficiales, durante los dos primeros años del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, se acumularon pérdidas netas en Pemex por un total de 435 mil 601 millones de pesos.
Evidentemente el deterioro del año pasado pudo estar ligado a la crisis económica global, de la que ni México ni ningún país pudo escapar, pero las tendencias estadísticas históricas señalan que lo sucedido en Pemex data de tiempo atrás, no estamos frente a un año atípico en las finanzas de la petrolera mexicana sino frente a una realidad constante.
Pemex no quebrará, pero tampoco es viable
Bajo las condiciones actuales de Pemex, casi cualquier empresa en el mundo, de cualquier sector, habría quebrado. Sabemos que la quiebra en Pemex es casi imposible, equivaldría a reconocer la quiebra del país.
Sin embargo, tampoco hay condiciones de viabilidad financiera para la compañía, no en estas condiciones. Recientemente se habla sobre un concepto que al parecer será una de las principales consecuencias de la pandemia, el de las “empresas zombie”, ligadas a una economía similar, una economía zombie. Son empresas que funcionan por inercia, sin rentabilidad, pero que por algunas causas no pueden desaparecer, ya sea por su tamaño, por su influencia en el mercado, etc.
Este concepto se ha popularizado mucho a raíz de la pandemia, pero tampoco es novedoso. Al parecer, las empresas zombie son una realidad desde mucho antes, y quizás Pemex sea una fiel representante, sin que la mayoría de los mexicanos lo hayamos notado.
